Quién iba a decir que la enorme explanada en la que se congregaron miles de espectadores para ver a Manu Chao cinco siglos antes había sido depósito de grano importado. Es la historia de buena parte de los escenarios de nuestra ciudad y área metropolitana. El ayuntamiento de València ha cedido a Burjassot la enorme explanada de Los Silos, cuya historia es sorprendente.
El Patio de los Silos, uno de los enclaves más conocidos del término de Burjassot, se ha convertido en punto de encuentro de familias, citas gastronómicas y espectáculos visuales de gran éxito. Pero en el pasado su función era muy distinta. Recientemente, las fuertes lluvias malograron parte de su estructura que ha tenido que ser rehabilitada. Ahora, de nuevo, el poderoso patio luce orgulloso.
Cuando Burjassot da sus pasos
Al final de la Edad Media Burjassot, como se lee en las hemerotecas, “era un lugarejo insignificante en medio de un pinar que comenzaba en estos collados a la vista de Valencia, y se extendía mucho hacia el interior”. Tenía un antiguo castillo en medio de una frondosa dehesa aprovechado por beatos y literatos para el retiro y la contemplación.
Ese entorno de flora y fauna ha dejado paso a uno de los municipios con mayor densidad de población de València (ronda los 40.000 habitantes). Pero no todo ha cambiado. Así, el Patio de los Silos se conserva en pie con su estructura más o menos idéntica a la erigida en el siglo XVI.
El maestro cantero Sancho Camino, conocido como ‘mestre de fer sitjes’, fue el encargado del proyecto
La gestión municipal
Este municipio de ininterrumpido gobierno socialista desde las elecciones de 1979 luce con orgullo este conjunto monumental gestado en pleno Renacimiento, con el objetivo de almacenar el trigo sobrante de València. Los Silos de Burjassot consiste en 47 depósitos subterráneos, 41 de los cuales conservan su tapadera.
En noviembre de 2019 el Ayuntamiento de València propuso a Burjassot que se encargara de su uso, gestión y mantenimiento por un periodo de medio siglo. En 2018 las inclemencias meteorológicas determinaron su vida durante los años recientes. El muro del Patio de Los Silos cedió a mediados de septiembre de 2018 por las fuertes lluvias que a final de verano tradicionalmente azotan la Comunitat.
Consiste en 47 depósitos subterráneos, 41 de los cuales conservan su tapadera original
Un esfuerzo a tres bandas
Finalmente, en la primavera del año pasado la explanada del Patio de los Silos, tras cuatro años cerrada al público por las obras de restauración tras el derrumbe de parte del muro perimetral en 2018, y luego la pandemia, reabrió sus puertas.
En enero de 2020, el Ayuntamiento de Burjassot iniciaba ya las obras de emergencia sobre la ampliación de la obra en el muro noreste tras el derrumbe de septiembre de 2018. En un esfuerzo a tres bandas entre el Ayuntamiento de València, el Ayuntamiento de Burjassot y la Generalitat se llevaron a cabo las obras de emergencia y consolidación de esta joya arquitectónica.
Manu Chao y Álex Ubago han sido algunos de los artistas que han actuado en la explanada
Espacio lúdico y familiar
El Patio de los Silos supone un punto de referencia para todos los habitantes de este municipio de l’Horta Nord. Muy cerca de los hermosos jardines de Burjassot, tanto las familias como las parejas escogen este enclave para dar prolongados paseos y disfrutar del solaz y las vistas, pese a que el sol del mediodía azota fuerte el lugar.
Es habitual que el consistorio programe o autorice la celebración de mercadillos en los aledaños del Patio de los Silos. Así, no es de extrañar que puestos de artesanía y ayudas a refugios de animales se den cita los fines de semana en su entorno.
Grandes conciertos se han programado en el mismo Patio de los Silos. Así, Manu Chao congregó a miles de asistentes sobre esta enorme explanada. También el español Álex Ubago, en pleno esplendor de su carrera, reunió a cientos de fans en las noches musicales que allí se daban cita en aquellos grandes conciertos de inicios de siglo.
Estabilidad social y económica
En el siglo XVI València padecía prolongados periodos de hambruna. A esta demanda de víveres se añadía la desestabilizadora fluctuación del precio del trigo y el aumento demográfico en la ciudad. El trigo nacional era insuficiente y se multiplicó la importación de trigo siciliano por vía marítima. Los almacenes habilitados como el Almudín eran insuficientes o inadecuados. La solución: construir unos silos en Burjassot.
El maestro cantero Sancho Camino, conocido como ‘mestre de fer sitjes’, fue el encargado de un proyecto que involucró a diversidad de gremios, desde maestros de obra (‘sobreestants’) hasta constructores de tapia (‘tapiadors’). Las obras arrancaron en 1573 y finalizaron en 1788.
Esta magnífica obra arquitectónica serviría para garantizar el abastecimiento sostenido de València y toda su área metropolitana hasta el periodo de la Ilustración. Esta consecución permitiría, además, disponer de un mayor control de los precios, que redundaría en una mayor estabilidad social y económica.