Entrevista > Carlos García / Empresario (Elche, 14-julio-1978)
La suerte y nuestro destino a veces puede estar a la vuelta de la esquina cuando menos lo esperamos, y si no es así, hay que salir a su encuentro.
Algo así le ocurrió al ilicitano Carlos García, un claro ejemplo de emprendedor. Trabajaba en la compañía aérea Ryanair, y le ofrecieron un ascenso si se trasladaba a la ciudad de Núremberg en Alemania en 2017. Su novia además es alemana, con lo que todo pintaba muy bien, y no se lo pensó dos veces.
Todo iba sobre ruedas, la ciudad les encantaba, el trabajo no le faltaba a ninguno de los dos, pero a veces los cuentos no siempre acaban bien, y llegó la pandemia para echarlo todo por tierra.
Cambios inesperados
La situación comenzó a cambiar y la compañía decidió trasladarlo de nuevo a otra base en otro país, cuando ya tenían su vida hecha en Núremberg, donde eran muy felices.
En plena pandemia, y con todo el tiempo del mundo para pensar y tomar una decisión, vinieron unos días a Elche a ver a la familia.
En el transcurso de una comida descubrieron un caldo preparado para paella, muy bueno, y que se elaboraba en Santa Pola. El resultado les sorprendió y pensaron “ojalá vendieran esto en Alemania, las paellas allí suelen ser horribles”. Y de nuevo su destino volvió a cambiar, y nació ‘García Paellas’ en Alemania.
«Hay un ingrediente que aún no he conseguido hacerles comer en el arroz: los caracoles»
Cuéntanos, ¿cómo comenzaste a darle forma a esa idea?
Lo más importante para mí era que fueran arroces de verdad, con el sabor auténtico, porque para hacer paellas malas como las que hacen por allí no me interesaba, tenían que ser auténticas, y el agua que se utiliza en nuestra tierra por su dureza es fundamental para el resultado.
Así que contactamos con la empresa, una familia de pescadores de Santa Pola, y les fascinó la idea de llevar su caldo de pescado a Alemania. La única condición que pusimos es que se vendería con nuestra marca, a lo que no pusieron objeción alguna. Hicimos el diseño de la etiqueta, creamos la web y lanzamos el producto para venderlo en toda Alemania y Austria.
¿Es decir, que cocináis con agua de Santa Pola?
Efectivamente. Uno de los factores que nos diferencia de otros caldos en tetrabrik que se pueden encontrar (más baratos) es que el caldo está hecho con agua alicantina, concretamente de Santa Pola, y que tiene una dureza específica. El resultado final es un arroz, con un sabor casi idéntico al que puedes encontrar en un restaurante de la provincia.
¿Cómo fue el siguiente paso?
Empezamos solo con el preparado de paella marinera, la salmorreta y el arroz bomba. Y un poco viendo la demanda popular, hemos seguido añadiendo productos a nuestra tienda online.
¿Lleváis más productos de nuestra provincia?
Ahora tenemos preparado de paella de carne y de verduras también. Además, incluimos otros productos, todos relacionados con el mundo del arroz como el azafrán, el alioli, aceite de oliva, etc.
El aceite lo traemos de una almazara ilicitana precisamente. Siempre intentamos que sea un producto local y que sea cien por cien natural y sostenible. Por eso trabajar con empresas familiares nos permite alcanzar estas pautas que nos marcamos.
¿Qué tipos de arroces ofrecéis a vuestros clientes?
Los tipos de arroces que hacemos son a la carta. Cuando vamos a casa de alguien a hacer un catering, el cliente es quien elige el tipo de arroz que quiere que preparemos. De marisco, del senyoret, clásico valenciano, con conejo, de verduras, con atún y alcachofas, con costillar y setas… Las opciones son infinitas.
Y cuando un cliente hace el pedido online del producto, ellos mismos en casa se hacen el arroz que más les apetezca. Nosotros, a través de nuestro canal de YouTube y de Instagram, simplemente les damos ideas para que vayan variando.
«Hacemos todo tipo de arroces, pero el favorito de los alemanes es el de marisco»
¿Cuál es el arroz estrella?
Hacemos todo tipo de arroces, pero el favorito de los alemanes es el de marisco. De hecho, tienen la creencia de que el arroz original es con marisco, seguramente porque suelen ir de vacaciones a Mallorca y allí les sirven ese.
Siempre nos toca contar que la paella original no se hace con marisco, sino con pollo y verduras. Un ingrediente que les hace explotar la cabeza son los caracoles. No conseguimos introducirlos en el mercado alemán, con lo buenos que están.
¿Tenéis vuestra propia escuela de arroces?
Como la temporada fuerte de eventos es en los meses de verano, decidimos empezar a ofertar cursos en un estudio de cocina. Cada participante dispone de un fogón y acaba haciendo un arroz por sí mismo. La verdad es que salen todos muy satisfechos y el comentario general es siempre el mismo: “qué fácil es”.
Con el preparado de paella que vendemos se simplifica mucho el proceso, y el resultado es espectacular. A veces es solo cuestión de no utilizar ingredientes fuera de lugar, como el chorizo, que les encanta. “Eso mejor de aperitivo”, les decimos siempre.
«Creamos la web y lanzamos el producto para venderlo en toda Alemania y Austria»
¿Qué aberraciones te has encontrado en cuanto a arroces en esa zona de Alemania?
No dudo de la capacidad de los cocineros que trabajan en el mercado alemán, el problema es que quieren adornar tanto la receta para que luzca visualmente, que acaban destrozándola. Ponen demasiados toppings, algunos sin sentido, y es muy típico mezclar carne y marisco.
También cometen el fallo de utilizar demasiado arroz, seguramente para sacarle más raciones para vender. Por no hablar de cuando usan arroz de grano largo, que no absorbe nada del caldo.
Estando tan lejos de tu tierra, ¿qué es lo que más valoras?
Al final, lo que nos hace seguir adelante son los comentarios de satisfacción de los clientes, ver que el producto gusta y que la gente empieza a valorar la gastronomía alicantina como se merece.