Entrevista > José Miguel Sáez / Preparador físico (Anna, 7-enero-1984)
¿Recuerdan la película ‘La chaqueta metálica’ (1987) de Stanley Kubrick? Las sensaciones que tenían los reclusos tras los duros entrenamientos deben ser muy similares a las de los clientes de nuestro protagonista, el preparador físico José Miguel Sáez, quien les lleva siempre “a otro nivel”.
Chuster para los amigos, confiesa que entró a una sala de musculación por primera vez a los doce años. Hoy en día el deporte se ha convertido en un hábito más de su vida, parecido al comer y “si no lo hago, es como si me faltara algo”.
Experto nutricionista, sabe perfectamente qué se debe comer, aunque apunta que no debemos obsesionarnos con el físico y la alimentación. “No peso lo que como, porque sería vivir con una báscula. Sí les pido que coman con coherencia”.
«Me gusta que trabajen de todo desarrollando cualquier capacidad, desde resistencia a fuerza»
¿Cuál es tu formación?
Procede de varios ámbitos: primero dos años en una academia, como entrenador personal. Me gustó tanto que dejé mi trabajo -era conductor de camiones- y la empresa, que era de mi propiedad, para dedicarme al entrenamiento en mi propio centro, en Enguera.
Hice seguidamente un curso de Psiconeuroinmunología clínica (PNI), que aborda las patologías desde otra perspectiva. Mi vida cambió radicalmente, formándome igualmente en movimientos naturales del cuerpo y, sobre todo, en nutrición.
¿En qué estás especializado?
Me gusta que los clientes trabajen un poco de todo, desarrollando cualquier capacidad, desde resistencia, pliometría, coordinación, fuerza…
En definitiva, todos los campos que podemos tocar -basándose en un estímulo diferente para el cuerpo- son buenos, porque nuestros genes están configurados para unos patrones y conductas de movimiento. Si no los varías, el cuerpo se amolda.
Pero también puedes perder habilidades.
Exacto, sobre todo cuando empiezas con movimiento natural y de tu propio peso corporal. Pero con el tiempo mejoras en todos los aspectos.
Ahora busco que el cuerpo sea funcional y capaz de gestionar todo lo que se plantee en este tipo de entrenamiento. ¿De qué me sirve que sean un diez en coordinación si luego son nulos en resistencia?
«El cuerpo es muy listo y se adapta a todo tipo de estímulos, guardándose las calorías que va a necesitar»
¿Qué tipo de entrenamiento realizas?
Me gusta combinarlo constantemente, también con mis clientes. Trabajo la misma semana, por ejemplo, ejercicios de calistenia y de resistencia con tu propio peso corporal, sin necesidad de coger un disco o una barra.
Tengo comprobado que somos máquinas de adaptación: si haces un entrenamiento durante dos meses, el cuerpo es tan listo y se adapta a ese estímulo que se guarda hasta las calorías que sabe que vas a necesitar. Entonces lo que debemos hacer al cuerpo es sorprenderle, mediante estímulos nuevos y capacidades distintas.
¿Hasta qué punto lo aplicas en los clientes?
Depende de cada uno, porque tengo clientes que vienen uno o dos días a la semana, mientras que otros cinco.
Igualmente soy muy cambiante: ahora trabajan la resistencia combinada con fuerza. Hacen, por ejemplo, remo o corren a una velocidad moderada y luego, casi inmediatamente, un ejercicio de fuerza, que pueden ser básicos o multiarticulares.
¿Les exiges el máximo?
Sí, también porque el cliente busca eso. Si ellos pudieran hacer por sí mismos este tipo de entrenamiento, no acudirían a mí.
Están conmigo porque les llevo más allá de donde ellos mismos podrían llegar. Conmigo notan una presión y luego ven los resultados en su propio cuerpo.
¿Cuáles son los beneficios de tener un entrenador personal?
Aparte de la disciplina que les exijo, la ejecución y la técnica de trabajo en cada ejercicio. Siempre les remarco que quiero calidad, no cantidad. Prefiero seis dominadas de calidad a quince que sean mediocres.
«También me agrada empatizar con el cliente, ayudarle a salir del bache que tiene un día en concreto»
En ocasiones tienes incluso que hacer de psicólogo.
Sin duda, porque no todos los días vienen con las mismas ganas de entrenar, pueden haber tenido un mal día, discutido con la mujer o les afectan miles de cosas. Vivimos con estrés, especialmente en momentos como los actuales, y cuando la cabeza te dice que no, por mucho que el cuerpo quiera…
Me agrada también empatizar con el cliente, ayudarle a salir del bache que tiene ese día.
¿Por qué está tan de moda el crossfit?
Primero, porque se trata de un entrenamiento bastante completo, en el que se trabajan muchas capacidades en una misma sesión. Sabes, además, que vas a acabar exhausto, porque juegan también con los tiempos.
¿Es como estar jugando mientras haces ejercicio?
Sí, como una competición sana con el resto de tus compañeros, en el que se ‘pican’ unos con otros. Sin embargo, a veces, la ejecución de los movimientos no es correcta, en parte por la rapidez a la que se hace.