En un mundo cada vez más cambiante, consumista y tecnológico resulta difícil adivinar hacia dónde irá la humanidad en el futuro. ¿Acaso se nos volverá todo esto en nuestra contra? ¿Quizás lo está haciendo ya? Sobre estas cuestiones reflexiona la obra ‘Adictos’ que llega próximamente a nuestra provincia. Los días 25 y 26 de noviembre la podremos ver en el Teatro Principal de Alicante, y el 15 de diciembre en el Gran Teatro de Elche.
Una de las tres protagonistas de ‘Adictos’ es Lola Herrera (Valladolid, 30-junio-1935). Si recopilamos todos los trabajos que lleva a cuestas sumando teatro, cine y televisión nos saldría una lista más larga que la de los Reyes Godos. Sin embargo, lejos de pensar en una posible retirada, esta veterana actriz sigue encontrándose con fuerzas y entusiasmo como para embarcarse en proyectos que le apasionen.
En un principio ibas para cantante… pero acabaste siendo actriz.
Quizás empecé demasiado pronto. Cuando tenía doce años me inscribí en algunos concursos para cantar que se organizaban en la Posguerra. Eran parecidos a los de ahora, solo que se hacían por la radio o en teatros en lugar de por televisión. No fue ni siquiera por iniciativa mía, sino porque unos vecinos me apuntaron. Yo pensaba en ir un día para hacer la gracieta y ya está. Sin embargo acabé ganando cinco premios en dos años. Por lo visto calcaba muy bien la voz de la cantante mexicana Irma Vila.
No obstante acabé decidiendo que no debía seguir cantando, más por intuición que por un razonamiento. Así que hice algunos programas infantiles en Radio Valladolid, luego pasé al cuadro de actores de Radio SER Madrid, y por una serie de circunstancias no buscadas salté al teatro. Aquí es donde descubrí realmente lo que quería ser. No es que yo hubiese querido ser actriz desde niña, sino más bien que la vida me lo puso delante. Me abracé a la actuación, y todavía la sigo apretando.
«De pequeña empecé como cantante y me decían que calcaba la voz de la mexicana Irma Vila»
¿Recuerdas cuál fue tu primera actuación teatral pagada?
Lo recuerdo perfectamente. Fue en el Teatro de la Comedia de Madrid, en la obra de ‘El campanero’ de Edgar Wallace.
De toda tu extensísima trayectoria en teatro, cine y televisión… ¿hay alguna obra a la que guardes especial cariño?
Creo que es una pregunta imposible de contestar. He descubierto maravillas en algunas obras que he hecho, y en otras quizás no tanto, pero siempre me han servido para hacer camino. A lo largo de este tránsito te vas enriqueciendo un poco de todo. Así que resultaría injusto destacar solo una. Lo bonito de esta profesión es que, si consigues desentrañar a los personajes que interpretas, adquieres muchas lecciones de vida diferentes.
Soy alguien que, aparte de mi desarrollo normal como persona, he tenido la suerte de adquirir conocimientos poniéndome en la piel de otros personajes.
¿Y algún director o compañero de reparto con quien hayas disfrutado especialmente trabajando?
Ésta sí te la pondría contestar… aunque tampoco lo voy a hacer. Por supuesto tengo mis debilidades, pero me resulta muy difícil elegir a un solo director o actor. Es algo complicado para una persona como yo que lleva tantos años trabajando. En definitiva, yo estoy hecha de más cosas que de solo una (risas).
Quizás los de mi generación de treintañeros te conocemos sobre todo por UPA Dance. ¿Cómo ha sido lo de ponerte otra vez en la piel de ‘Carmen Arranz’ después de tantos años?
Lo último que he hecho en UPA Dance ha sido básicamente entregar las llaves de la academia a la nueva directora. Yo encantada, porque supuso un fantástico pretexto para vernos unos cuantos que nos queremos desde entonces, pero no coincidimos tanto como nos gustaría.
Así que fueron dos convocatorias muy provechosas, sobre todo en cuanto a los sentimientos que me produjo contactar otra vez tanto con la historia como con estas personas.
Hablemos ya de ‘Adictos’. ¿De qué trata esta obra?
De la vida, del mundo y de lo que estamos viviendo ahora. Sobre aquello a lo que estamos sometidos y que no sabemos a qué nos lleva con la velocidad a la que vamos. Se cuestionan cosas que creo que ahora mismo están un poco en la cabeza de todo el mundo.
«He aprendido muchas lecciones de vida a través de los personajes que he interpretado»
Entiendo que es una obra con mucha crítica social hacia este mundo que estamos construyendo de dependencia total hacia la tecnología, las redes sociales, el móvil…
Sí, sobre todo de las consecuencias que tiene dejarnos dominar por la gente que mueve los hilos de todo esto. Hoy en día lo compramos todo porque se nos vende que eso es el bienestar y la mejora. Sin embargo creo que nos están estafando continuamente, y hay un consentimiento a dicha estafa. Somos adictos a muchas cosas.
Imagino que los niños de la Posguerra tenéis una perspectiva mayor de hasta qué punto son superficiales tantas cosas que hoy consideramos como ‘necesidades vitales’.
Desde luego hay muchas de las que perfectamente podríamos prescindir. Sin embargo en esta época existe un deseo social de tenerlo todo, aún sabiendo que hay gente que no tiene nada. Es una individualización que tiende a ser horrible. Uno es uno, pero siempre con los demás. Ahora hay un desmadre tremendo de tener y adquirir porque sí. Me da la sensación que es mayor lo que se dice que se disfruta… que el disfrute real.
Por ejemplo, uno puede pasárselo perfectamente en una fiesta sin tener que drogarse o emborracharse. Igual que ahora solo existe un tipo de música de “tan tan tan” y reggaetón. Al final es un ruido que ni entiendes lo que dicen. ¿En qué mundo vivimos que esto es lo más? Yo francamente no lo entiendo, y no creo que sea porque soy mayor dado que el entendimiento no es algo que se me haya ido con la edad. Simplemente hay cosas que son inentendibles.
Yo a veces me planteo si el mundo sería un lugar mejor de no haberse inventado nunca las redes sociales. De alguna manera potencian que la gente quiera presumir continuamente y nos crean muchas necesidades artificiales… ¿crees que es así?
No te sabría decir, en realidad yo creo que este fenómeno ya existía antes de las redes sociales. Yo no las uso, pero por lo que me cuentan consisten básicamente en nutrirse entre desconocidos o aparentes conocidos de una forma bastante engañosa. En realidad la gente que necesita enseñarse tantísimo… algo les pasa. Uno no vive de enseñarse, hay cosas mucho más interesantes que ese tipo de vanidades tan estúpidas.
Ahora hay una cosa crónica, tanto para hombres como para mujeres, que consiste en considerar que ir bien vestidos es llevar tres tallas más pequeñas que las suyas. ¿Esto no es una memez? En mi época era algo considerado como bochornoso porque significaba que llevabas ropa heredada de un hermano dado que no tenías otra cosa.
La verdad es que no entiendo casi nada del mundo de hoy en día. Y mira que lo analizo para intentar entenderlo, pero al final acabo percibiendo que todo es demasiado… absurdo. Por decir una palabra suave.
«La vuelta de UPA Dance fue el pretexto perfecto para reencontrarnos personas que nos queremos mucho»
¿Qué tal está siendo la experiencia de trabajar con Ana Labordeta y Lola Baldrich en esta función?
Maravillosa. Hemos hecho un trío estupendo en el que nos entendemos con la mirada. La verdad es que lo estamos pasando muy bien.
¿Cómo es tu relación con la provincia de Alicante?
Llevo sesenta y pico años actuando así que como te puedes imaginar he venido muchas veces por aquí. De hecho creo que con todas las funciones que he estrenado, he ido a Alicante. Hacer tanto teatro me ha permitido ver cómo las ciudades de España han ido evolucionando, ya sea a mejor o peor.
En el caso de Alicante me parece una ciudad maravillosa que tiene de todo. Siempre la disfruto mucho cuando voy, sobre todo asomándome a la playa. Igual me gusta muchísimo también Elche y en definitiva toda esta parte del Mediterráneo que tiene unos pueblos preciosos.
«‘Adictos’ reflexiona sobre ese consumismo desmesurado que se nos vende falsamente como bienestar»
Aparte de ‘Adictos’, ¿tienes algún otro proyecto a medio plazo?
Desde luego, a mi edad, ya no estoy para larguísimos plazos (risas). Sí que tengo algo en mente, pero todavía es pronto para ponerme a ello. De momento con ‘Adictos’ tenemos hasta junio.
Cuentas ya con 88 primaveras, pero es que estás estupenda. ¿Piensas en la retirada?
No, porque no es una cuestión de pensarlo. Es la vida la que me retirará. Mientras yo esté bien, quiero seguir haciendo lo que más me gusta y estar donde he estado siempre.
Esto es una forma de vida, no una profesión como tantas donde la gente está deseando jubilarse. El mío es un oficio muy gratificante a todas las edades, y quiero seguir sintiéndome gratificada por mi trabajo.