Entrevista > Ángeles Pérez y Daniel García / Loteros en la Administración Infomonver de La Nucía
Casi camuflada entre un largo catálogo de productos de informática, la máquina expendedora de loterías de Infomonver se ha convertido no sólo en una fuente de alegrías y premios para muchos nucieros, sino que los loteros de esta administración mixta, Daniel y Ángeles, han conseguido crear un vínculo muy especial con sus clientes que les visitan ya no sólo por la ilusión de hacerse con algún ‘pellizco’ lotero, sino también para socializar.
En 2023, este matrimonio repartió 268.793 euros en premios divididos entre los 45.170 boletos agraciados que salieron de su establecimiento. En el pasado, además, ya han convertido a algún vecino en millonario y sueñan con seguir haciéndolo y, por qué no, con algún bote histórico ‘cienmillonario’.
¿Cuándo empezasteis? ¿Por qué decidisteis este tipo de negocio para vosotros?
Daniel García (DG) – Empezó mi tía hace veinte años, sólo con prensa. Luego consiguió que le dejaran la máquina de loterías únicamente en los tres meses de verano. Después, se la quitaron y al final logró que se la dejaran todo el año; y ya se convirtió en un local mixto de loterías y, en este caso, también de informática.
En todo este tiempo las loterías han ido evolucionando, han ido entrando nuevas fórmulas de apuestas. De hecho, hace poquito entró el Euro Dreams. ¿Ha cambiado también la manera de consumir loterías por parte de los clientes?
Ángeles Pérez (AP) – Hay gente que aún sigue queriendo venir al negocio a por el boleto, aunque ahora ya existe la opción online, que es muy atractiva si no se quiere salir de casa. Pero claro, eso se queda ahí, no llegas a tener el boleto nunca en la mano y a la gente le sigue gustando venir a echar la lotería.
Los juegos se van actualizando, van cambiando, van mejorando, y la gente los recibe bien y siguen haciendo sus numeritos de toda la vida.
«Aunque ahora ya existe la opción online, hay gente que aún sigue queriendo venir al negocio a por el boleto» A. Pérez
¿Qué es lo que más se vende?
AP – Pues yo creo que la Bonoloto, la Primitiva y el Euromillón. Llama mucho cuando hay bote de 130 millones y especiales.
Siempre me ha llamado mucho la atención, sobre todo la lotería de Navidad, que los loteros celebráis mucho los premios que entregáis. ¿No da rabia haber tenido el número en la mano y que el dinero se lo lleve otro?
AP – No, a mí no, a mí me gusta. Me encanta que venga la gente y dar premios. Para mí, es una decepción que venga con un montón de boletos y que no haya nada.
«Llama mucho cuando hay bote de 130 millones y especiales» A. Pérez
Habéis dado varios premios. ¿Cuál es el que, no necesariamente por la cantidad, recordáis con más cariño?
AP – El millón del Joker, porque dimos el millón, pero no sabíamos a quién. Pasó una semana, dos, tres… y el agraciado no venía. Cada vez que entraba alguien a comprobar su boleto, me preguntaba ¿será este? Fue muy bonito.
¿Es muy normal eso de que la gente compre y no compruebe sus boletos en mucho tiempo?
AP – Sí, la gente compra por costumbre más que por estar pendiente de si me ha tocado o no. Depende de las personas, pero hay muchas que vienen porque damos buen trato. La gente mayor viene a echar aunque sea un euro o dos, y nos dice que, al menos, así sale de casa y hablan un ratito con nosotros.
«El premio que más ilusión nos hizo repartir fue el millón del Joker, porque lo dimos, aunque no supimos a quién» A. Pérez
Hablas del buen trato y entiendo que en lotería también se puede fidelizar al cliente como en cualquier otro tipo de negocio. En vuestro caso, tanto en la parte de la lotería como en la de informática, es importante que el cliente se sienta bien tratado.
DG – Si no tratas bien a los clientes se acabarán yendo a otro sitio. Igual viene alguno por necesidad o por obligación, pero la mayoría viene porque se siente a gusto y bien tratado.
No puedes ser un robot. Ellos vienen y nos cuentan la vida. Nosotros también se la contamos a ellos. Es un trato más cercano que, a lo mejor, en una administración al uso, como tiene la pecera, no se puede dar. No es tan personal como en un local mixto.
Además, se da la circunstancia de que estáis en una zona del diseminado, de urbanizaciones, donde, por decirlo de algún modo, se hace menos vida de barrio. Por lo que decís, venir a echar la lotería se convierte en ese acto social que para otros es ir al súper o al médico.
AP – Somos como la peluquería. Vienen y te cuentan la vida. Por ejemplo, un lunes hay muchísima gente y no puedes estar hablando mucho con ellos, pero entonces te dicen que ya volverán mañana y echan el Euromillón. Les gusta hacer su rutina: vienen, se van a comprar el pan más abajo y luego vuelven y echan unos euritos, se toman el café en el bar, van al banco… Es su rutina de todos los días.