Entrevista> Andrés Molina / Director del Instituto Universitario del Agua (Alicante, 8-marzo-1971)
Este 22 de marzo celebramos el Día Internacional del Agua, reconocido como tal por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Este año llega además en un contexto donde la cuestión del agua está realmente candente en nuestra actualidad con los recortes al trasvase Tajo-Segura, la sequía que acecha a media España o la pretensión de transportar agua desalada desde aquí hasta Cataluña.
Conversamos con Andrés Molina Giménez para preguntarle sobre todos estos temas. Él es profesor titular de Derecho Administrativo en la Universidad de Alicante (UA), y realizó precisamente su tesis doctoral sobre el abastecimiento de agua potable en ciudades. Desde 2022 ejerce como director del Instituto Universitario del Agua y de las Ciencias Ambientales.
«Estamos desarrollando proyectos para depurar mejor los contaminantes en las aguas residuales»
¿Cuáles son las funciones del Instituto del Agua?
Es un instituto con un carácter muy multidisciplinar. De hecho, hacia el 50% de nuestra actividad pertenece a las ciencias sociales, y la otra mitad a las ciencias experimentales.
Realizamos investigaciones desde áreas jurídicas, económicas o sociológicas. Al mismo tiempo contamos con un laboratorio donde trabajan profesores de biología, ecología, arquitectura e ingenierías de química, civil o de caminos, canales y puertos. Tenemos una perspectiva muy amplia. Todo ello concentrado, eso sí, en el sector del agua.
¿Podrías destacarme alguna investigación interesante que tengáis ahora entre manos?
Pues en el plano científico-técnico estamos desarrollando varios proyectos relacionados con la eliminación de contaminantes de preocupación emergente. Éstos se encuentran en las aguas residuales urbanas como consecuencia del uso de cosméticos, antibióticos, drogas, etc. Estas actividades acaban llegando a las depuradoras y en muchos casos los procesos de tratamiento no son capaces de eliminarlos. Así, acaban finalizando en el medio continental o en las aguas marinas cuando son vertidos.
Por eso tratamos de que los procesos que eliminan estos contaminantes sean más eficientes, tanto en términos energéticos como económicos, con el fin de alcanzar un mayor grado de depuración. De ahí que estemos realizando diversas investigaciones que implican sobre todo tecnologías de membrana como la inversa, la ultrafiltración o la mayor desinfección. Realmente en términos legales no es obligatorio eliminar todos estos contaminantes, pero existen normativas comunitarias, que se están tramitando en este momento, que apuntan hacia esto. Así que es importante investigar en ello.
«No hemos visto los informes técnicos que justifican el recorte del trasvase Tajo-Segura»
¿Y alguna investigación en la rama de las ciencias sociales?
Ahora estamos centrados fundamentalmente en el aprovechamiento hídrico de la provincia de Alicante. Uno de los problemas principales es el trasvase Tajo-Segura, es decir cuál es su situación jurídica, su evolución o el impacto económico de esta infraestructura. También estamos analizando la desalación como alternativa o complemento.
Todo esto es necesario analizarlo en un conjunto para determinar cuáles son las mejores estrategias con el fin de garantizar la suficiencia hídrica de nuestra provincia; combinando todas las opciones posibles y teniendo en cuenta los aspectos ambientales, energéticos, jurídicos y económicos.
Igualmente estudiamos el trasvase Júcar-Vinalopó que afecta a varias de nuestras comarcas y también es muy importante. De esta infraestructura depende la recuperación de los acuíferos de la zona y el mantenimiento de los usos agrarios como la uva o los leñosos.
Recientemente participaste en una mesa técnica organizada por la Diputación de Alicante, la Generalitat Valenciana y el Gobierno de Murcia para hacer un frente común en el tema del trasvase Tajo-Segura.
El trasvase Tajo-Segura aporta caudales muy importantes para el abastecimiento y regadío de la provincia de Alicante. Sin embargo, ahora se encuentra en una situación difícil como consecuencia de la aprobación de los nuevos planes hidrológicos de la demarcación en 2023. Estos supusieron una elevación del caudal ecológico del Tajo, y por tanto un menor volumen del que llega hasta aquí.
Ahora existe una colaboración fluida entre las tres administraciones, aunque en la legislatura anterior la Generalitat Valenciana tenía un planteamiento diferente. Y nosotros como Instituto del Agua también estamos presentes como expertos.
«La desalación es un buen complemento, pero no una solución sustitutoria de los trasvases»
¿A qué conclusiones llegasteis en esta reunión? ¿Qué estrategia se va a seguir?
Se trataron varios temas. La propuesta principal fue la creación de un grupo de trabajo que pudiera constituirse en el Ministerio de Transición Ecológica para estudiar en profundidad, y de forma rigurosa, la reforma de la regla de explotación del trasvase.
Existe un mandato legal de renovar la regla de explotación y debe hacerse cuanto antes, porque de hecho ya se ha superado el plazo que había para elaborarla. Creemos que es interesante que para dicha elaboración estén presentes estas tres administraciones con un grupo de expertos. Estamos hablando de una regla muy importante, es la que determina el volumen de agua que se trasvasa cada mes. Según como se configure podría haber una reducción importante de los caudales trasvasados.
De todas formas este tema está judicializado. Algunas de estas mismas administraciones han presentado recursos al Tribunal Supremo contra el recorte del trasvase…
Precisamente otro aspecto de la reunión fue analizar el estado de estos recursos contra la elevación del caudal ecológico en el plan hidrológico de la cuenca del Tajo en 2023. Ahora estamos en una fase procesal que consiste en la presentación de las demandas. Murcia ya lo hecho, mientras que la Diputación de Alicante está en los trámites previos.
Los expertos pusimos encima de la mesa que hasta ahora lo que hemos visto en el expediente de aprobación del Plan Hidrológico resulta bastante llamativo. Pese a que se han requerido los informes en base a los cuales se han fijado estos caudales ecológicos, todavía no se han facilitado. Ni siquiera sabemos si existen. Esto es muy grave. En el caso de no estar basados en criterios técnicos, podríamos llegar a la conclusión de que estos caudales tienen un carácter arbitrario.
«El proceso de desalar agua de mar precisa de 4 veces más energía que trasvasarla»
Esto suena a prevaricación, ¿no?
Yo no utilizaría ese término porque supone entrar en el plano de los delitos. Simplemente sería un motivo que podría dar lugar a la anulación de ese caudal ecológico.
Por lo que parece la intención del Gobierno de España, más que regresar a los caudales anteriores, es solucionar este tema a base de plantas desaladoras. ¿Qué te parece?
Nosotros desde el Instituto del Agua venimos diciendo desde hace mucho tiempo que la desalación es una solución complementaria, pero no sustitutoria de los trasvases. La mejor gobernanza del agua en nuestra zona es aquella que combina todas las fuentes de suministro posibles, incluyendo además el agua subterránea y la regenerada.
Lo que no se puede hacer es prescindir de ninguna de estas fuentes, y eso es lo que creo que está proponiendo de alguna manera el Gobierno. Es decir, suprimir o limitar al máximo el trasvase Tajo-Segura sustituyéndolo por desalación. Y esto no es una buena solución por muchos motivos, entre ellos también varios ambientales.
«Esa idea de transportar agua en grandes barcos evidencia el fracaso de nuestra política hídrica nacional»
¿Qué impacto ambiental negativo tienen las desaladoras respecto al trasvase?
El trasvase es una infraestructura ambientalmente sostenible que consume poca energía, y no conlleva un mayor impacto territorial dado que no se necesita construir nuevas obras hidráulicas. Viene funcionando con normalidad, y los problemas técnicos se van solucionando. Además de que 100.000 puestos de trabajo dependen del trasvase en forma directa o indirecta, y suministra agua a unos costes razonables para los usuarios.
Sin embargo la desalación tiene un coste energético cuatro veces mayor, lo cual evidentemente también eleva mucho los gastos económicos. Es algo inasumible. Durante estos cuatro años se ha subvencionado el agua desalada para que el precio sea más accesible, pero esto no deja de ser una solución temporal.
Por si todo este problema fuera ya poco grave, además llevamos un otoño-invierno en el que no ha llovido prácticamente nada. Hay sequía y de hecho en Cataluña están realizando cortes de agua a la población. ¿Temes que aquí ocurra lo mismo?
Es posible que si continúa esta tendencia haya tensiones en algunos suministros, sobre todo en el regadío tradicional que depende del agua propia de la cuenca. Sin embargo la situación del trasvase Tajo-Segura, desde este punto de vista, ahora mismo no es grave.
De hecho con toda probabilidad vamos a entrar en el nivel dos de la regla de explotación. Me explico. Hay cuatro niveles, siendo el cuarto el que no permite el trasvase, el tres o el dos son situaciones intermedias y el uno sería un volumen embalsado muy alto que nunca se ha dado. Por tanto los aprovechamientos que dependen del trasvase ahora mismo no están en riesgo, incluyendo los abastecimientos urbanos de Alicante, Elche, la Vega Baja o Murcia.
«Por el 22 de marzo organizaremos en Los Montesinos un seminario con regantes»
¿Qué opinión te merece esta idea del Gobierno respecto a transportar agua desde aquí hasta Cataluña en grandes barcos?
Se puede entender como solución de emergencia. Si no hay agua en alguna parte, se debe buscar de donde sea. Sin embargo, no deja de ser un parche que evidencia el fracaso de la política hídrica que se ha llevado a cabo desde la derogación del Plan Hidrológico Nacional.
En 2001 se contemplaba el trasvase del Ebro, que permitía la aportación de agua desde la desembocadura hacia Barcelona y también hacia el sureste de España finalizando en Almería. Esto hubiera resuelto los problemas de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. Lamentablemente esta infraestructura no se llegó a ejecutar y se confió en la desalación. Es visible que en el caso de Barcelona esto, desde luego, no ha sido una solución. Y eso ha dado lugar a que en una situación de sequía como la que padecemos no existan infraestructuras para afrontarla.
En definitiva, se han tomado malas decisiones políticas contra los trasvases. Y en consecuencia ahora se va a tener que llevar agua a Barcelona en barco sin saber bien si eso es técnicamente viable, cómo llegarán esas aguas allí, con qué volumen y con un coste elevadísimo. Porque a lo mucho que ya cuesta desalar el agua de mar, por ejemplo en Sagunto, ahora hay que sumar el coste de transporte en barco hasta Cataluña y su posterior polarización. Es un absoluto despropósito.
¿Tenéis programada alguna actividad especial en el Instituto este mes de marzo por el Día Internacional del Agua?
Todos los años organizamos unas jornadas por esta fecha en colaboración con alguna comunidad de usuarios, ya que desde el Instituto también tenemos la voluntad de acercarnos a la sociedad para colaborar en iniciativas. Probablemente este año el seminario será en Los Montesinos con la Comunidad de Regantes de Riegos de Levante Margen Derecha del Segura.