Entrevista > María Herreros / Artista plástica (València, 10-julio-1983)
Nos vemos en una cafetería en la Estación del Norte. María llega puntual y con tantas cosas que contar como ganas de hacerlas. Se define para AQUÍ en València como “idealista, muy empática y que canalizo todas mis emociones con las artes plásticas”. Además, durante la charla, queda claro que es “pacifista” y “mujer, artista y madre, que es una trifecta complicada”.
Durante la entrevista, María -que acaba de publicar ‘Un barbero en la guerra’ (Lumen. Penguin)- debía estar en Senegal donde iba a pintar un colegio con la ‘Foundation’ de Javirroyo. Está a punto de publicar otro libro, esta vez uno de carácter infantil, y preparando muchas sorpresas para los amantes del arte en su estudio de L’Horta Nord.
Esta novela ilustrada firmada por Herreros parte de un diario que su abuelo -barbero de profesión- escribió cuando con diecinueve años le tocó ir al frente. Asimismo, pretende “enseñar la guerra como lo que es, una brecha violenta en la vida de todas las personas que quieren darse besos bajo las parras; no perder la vida en una cuneta”.
¿Qué te llevó hasta la firma de este cómic?
Diez años de no atrevimiento, un montón de otros libros que me enseñaron a cómo abordar este; y un poco la necesidad de enseñar lo que es una guerra desde otro punto de vista que se aleje del género bélico, del factor entretenimiento de la guerra, de la épica de las batallas y que ponga el foco en la onda expansiva de la violencia, lo que genera en la vida cotidiana de todos los civiles.
«No quería abordar algo con tanto sufrimiento, hasta que vi una historia de amistades, esperanza y amor»
¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste al crearlo?
La empatía del sufrimiento que tuvo que pasar mi abuelo y del que fue testigo. De personas que no salieron vivas, de abusos, de víctimas. No quería abordar algo con tanto sufrimiento, hasta que vi que había una historia donde había amistades, esperanza y amor…
¿Qué encontrarán los lectores en ‘Un barbero en la guerra’?
Es una visión totalmente diferente que hemos tenido de la guerra; porque la misión de mi abuelo era especial. Él era barbero y labrador, no habla de las batallas, sino del trigo que se está perdiendo. No he dibujado ni una batalla ni una bomba, sino los animales aterrados por el ruido que están en los corrales vecinos.
Mi libro es sanador para lo que es un trauma intergeneracional. Como país hemos sufrido un trauma y en terapia te dicen que lo hables. Está hecho sin rencores y sin culpas, y con una visión más elevada que los bandos.
«Se trata de una visión totalmente diferente a la que hemos tenido de la guerra»
¿Podríamos calificarlo como cómic-epistolar?
No utilizo mucho las definiciones… La parte del diario es totalmente fiel a lo que él escribió; en la de las cartas ha habido selección, pero no se ha fabulado nada; y la tercera parte son mis recuerdos de nieta. Lo concibo más como una novela ilustrada con una estructura a tres.
¿Por qué dices que esta historia “es la mirada de una persona humilde que se ve arrastrada al campo de batalla”?
Porque mi abuelo tenía muy presente que la felicidad está en las cosas pequeñas. Sólo quería volver a su pueblo a comer sus patatas, darse besos con su novia bajo la parra, estar en el campo, preguntar por las cosechas, si ha parido la burra… (…) No se dejaba impresionar; pensaba en la naturaleza, los animales, sus vínculos, su familia, su novia; y eso me parece entrañable.
«Hablar de nuestros sentimientos es parte de una revolución; nuestras cunetas son las suyas»
¿Crees que dentro de veinte o veinticinco años alguien podría escribir un cómic similar al tuyo pero sobre la situación de Gaza, por ejemplo?
Me da hasta pena comentar cómo me haya afectado o no la masacre en Gaza, porque soy superconsciente del privilegio que tengo. Pero me han dicho algo muy bonito: “Hablar de nuestros sentimientos es parte de una revolución; nuestras cunetas son las suyas”.
¿Cuáles son los principales mensajes que esperas transmitir a través de tu obra?
Humanismo, antibelicismo y el respeto y el derecho a vivir una vida tranquila y en paz.
AquíTest
Playa o montaña: Playa.
Comida (casera) favorita: Arroz al horno.
Un libro: ‘El artista y su tiempo’ de Camús.
Una canción (para bailar): ‘La bamba’.
Un color: Duquesa.
Un cuadro: Autorretrato de Alice Neel.
Una ciudad para perderse: Seúl.
Nombre de tu mascota: (Mi) Chachi.
Viaje (pendiente): Senegal.
Un sueño por cumplir: Crear una residencia artística para artistas mujeres con hijos o con algún otro tipo de dificultad para crear.