Entrevista > María Jesús Navarro / Coordinadora del Observatorio de la Trata de la UMH (Cartagena, noviembre-1969)
La trata con fines de explotación sexual es un grave delito y una violación de los derechos humanos, que implica la explotación de personas mediante coacción, fraude o engaño. Las víctimas, mujeres muy jóvenes y niñas, son sometidas a trabajos forzados, prostitución y otras formas de explotación sexual. Violaciones grupales, abortos clandestinos y palizas, forman parte del modus operandi de las bandas criminales que las explotan.
Prevención
La docente e investigadora de la Universidad Miguel Hernández María Jesús Navarro acaba de regresar de Colombia, donde colabora en un importante proyecto con la Policía Nacional de ese país, en la prevención de trata de niñas y mujeres.
España es el tercer país del mundo y el primero en Europa que más consume este tipo de prostitución, y nuestra provincia es una de las que va a la cabeza. Colombia es precisamente uno de los países desde donde más víctimas llegan hasta aquí, al igual que desde otros países como Brasil, Venezuela, y algunos países del Este.
Este crimen global afecta a millones de personas, facilitado por redes criminales que se benefician económicamente de la vulnerabilidad de las víctimas, y constituye un negocio boyante con unos beneficios diarios en nuestro país que superan los cinco millones de euros, la mayor parte en dinero negro.
Una ley necesaria
El anteproyecto de la Ley Orgánica integral contra la trata fue aprobado en el Consejo de Ministros del pasado 8 de marzo. Se espera que sea una ley integral, que penalice el consumo de este tipo de prostitución, y que por lo tanto establezca un compromiso real de no dejar fuera al ‘putero’, que es quien tiene la responsabilidad ‘clave’ en este delito.
María Jesús Navarro lleva una auténtica cruzada contra este horrible fenómeno social, y es además la coordinadora del Observatorio de la Trata en la Universidad Miguel Hernández, y directora del centro interdisciplinar de estudios de género en esta misma universidad.
El hecho de pertenecer a una familia de policías y militares ha despertado siempre en ella una vocación policial, y es uno de los motivos que le han llevado a investigar a fondo este escandaloso tema.
¿Cuándo se iniciaron las gestiones con la policía colombiana?
Ha sido uno de los objetivos claros en el proyecto titulado ‘Ciudadanía socialmente responsable para la erradicación de la trata con fines de explotación sexual’, del que he sido responsable en 2024.
Este proyecto se encuentra enmarcado dentro de la iniciativa de proyectos de Cooperación Universitaria al Desarrollo (CUD), gestionado por el servicio de Relaciones Internacionales, Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la Universidad Miguel Hernández (UMH), y financiado por la Generalitat Valenciana.
«Nuestro país es el tercer consumidor de prostitución del mundo y el primero de Europa»
¿Por qué en Colombia?
Colombia es país de captación de mujeres y niñas con fines de explotación sexual para ser explotadas en España. El establecimiento de redes de trabajo y coordinación, entre policías de países captadores y países consumidores, sin duda favorece los resultados exitosos en la persecución y judicialización del delito.
Por ello decidimos iniciar para este objetivo la colaboración con la policía colombiana, en la que la fundación Orígenes Colombia resultó ser la facilitadora de dichas gestiones.
¿En qué consistió su participación?
Impartimos formación sobre la realidad de la trata en España, enfocándonos en el modus operandi de las mafias que captan mujeres en Colombia. Recabamos la opinión de la policía colombiana sobre la futura formación que considerarían importante para hacer más eficiente la persecución del delito.
«Uno de los fenómenos sociales más sangrantes de violencia de género es el sistema prostitucional»
¿Cómo nació el Observatorio de la Trata en la Universidad Miguel Hernández?
El sistema prostitucional es uno de los fenómenos sociales más sangrantes de violencia de género. Soy de una ciudad militar, y provengo de familias de policías y militares, por lo que siempre tuve información directa de la realidad de este mundo, y de la crudeza y vulneración de derechos humanos que lo caracterizaba.
Es por lo que me sorprendía enormemente el hecho de vivir en una sociedad que se jactaba de trabajar en aras de la igualdad, normalizando, sin embargo, la fuerte demanda de prostitución. Había que hacer algo, y nació el Observatorio de la Trata.
¿Cuál es el motivo de que siga siendo un delito tan difícil de castigar?
Cuando estudié la historia de la prostitución, comprendí que el problema residía en que todavía permanecía vigente la mentalidad patriarcal, que considera como positivo un comportamiento masculino basado en la cosificación del cuerpo de la mujer.
Eso, unido al fuerte negocio altamente lucrativo en el que se convierte la prostitución cuando fomentas y mantienes la costumbre putañera en la sociedad, explica que actualmente siga siendo un delito muy difícil de erradicar.
«Actualmente sigue siendo un delito difícil de erradicar»
¿Tuvo dudas a la hora de elegir su profesión debido a su vocación policial?
Tuve desde niña una vocación policial muy marcada, en la que tenía claro que me dedicaría de una u otra manera a trabajar en la persecución del delito de explotación y abuso sexual de las mujeres, pero mis circunstancias personales me condujeron finalmente a la universidad.
Acabé invirtiendo gran parte de mis horas de investigación y transferencia a esta temática, pero desde otra perspectiva. Ya no desde la persecución, sino desde la investigación académica y la sensibilización, para prevenir el delito de trata con fines de explotación sexual.
¿Con qué otras colaboraciones cuenta?
Soy la persona asignada por la Universidad Miguel Hernández para asistir a la mesa de coordinación provincial ‘Alicante trata 0’, en la que nos reunimos periódicamente todos los agentes intervinientes en el delito de trata con fines de explotación sexual.
Varias ONG, Subdelegación del gobierno, policía especializada, fiscalía, Conselleria, diputación, ayuntamientos y universidades.
«La costumbre putañera es el origen de todo y donde ha de ponerse el foco»
Explícanos cuál es el objetivo.
El objetivo es aumentar la eficiencia en los resultados desde las tres vertientes que son necesarias abordar en la erradicación del delito, conocidas como las ‘tres pés’: prevención, persecución y protección de víctimas. Las universidades aportamos la vertiente de prevención a través de la investigación y la formación en la temática.
Es por lo que reunirnos y colaborar con los demás profesionales que intervienen en el fenómeno de la trata sin duda aumenta la eficiencia de nuestro trabajo, y supone una importantísima colaboración.
Suele haber muchos casos de corrupción entre la policía en estos países. ¿Encontró algún impedimento en este sentido? O en cualquier caso ¿cómo fue el trato con la policía?
El interés por colaborar de la policía colombiana fue impecable desde el primer momento. La valoración de los policías que recibieron la formación fue altamente positiva, y por ello nos animamos y establecimos el compromiso de continuar.
Los resultados después de la formación desarrollada mediante la estancia, y en colaboración con la ONG Fundación Orígenes Colombia, con la que trabajamos en el terreno, ha sido muy satisfactoria.
«Capacitándolas laboralmente es como se debe resolver la falta de oportunidades en sus lugares de origen»
¿En qué consistió su presencia en Colombia?
Impartimos formación sobre la realidad de la trata en España, enfocándonos en el modus operandi de las mafias que captan mujeres en Colombia.
Recabamos la opinión de la policía colombiana sobre la futura formación que considerarían importante para hacer más eficiente la persecución del delito.
¿Cómo suele producirse la captación de estas niñas?
La captación siempre se lleva a cabo en zonas de pobreza y vulnerabilidad económica y social. Allí es donde las mafias se organizan engañando a las mujeres y niñas con falsas promesas de trabajo, y facilitándoles todo lo necesario para trasladarlas a los lugares de demanda, como es el caso de nuestro país. Una vez aquí comprueban la dura realidad.
«Tuve desde niña una vocación policial muy marcada»
Y volvemos a lo de siempre: el problema principal y el más difícil de resolver es que sigue habiendo demasiados ‘puteros’ que disfrutan abusando sobre todo de menores. Frente a este hecho, ¿qué se puede hacer?
Leyes contundentes y efectivas que tengan en cuenta la responsabilidad penal del demandante de prostitución, unido a una fuerte tarea de sensibilización de desincentivación de la demanda, recordando que la costumbre putañera es el origen de todo, y donde ha de ponerse el foco para acabar con este grave delito.
Sin demanda de prostitución no hay trata, y ya sabemos que donde se encuentra el origen del problema, ha de quedar claro que se encuentra la solución. Es por lo que considero, entre otras acciones, que el discurso crítico, visible y activo de hombres en contra de la prostitución será siempre una potente herramienta social.
Este proyecto lleva ya realizadas dos fases y queda una tercera. ¿En qué va a consistir?
En trabajar en el área que más hace falta, y en la que actualmente se derivan menos recursos, como es en el empoderamiento de las mujeres potencialmente víctimas del delito de trata con fines de explotación sexual, por su situación de pobreza económica. La falta de oportunidades en sus lugares de origen se debe resolver capacitándolas laboralmente.
Nos centraremos en capacitaciones relacionadas con el sector primario, ya que muchas de las zonas de captación se caracterizan por ser territorios rurales. La agricultura y la transformación de productos naturales y alimentarios puede ser un importante nicho de dedicación laboral.