Si hoy se implantara de forma efectiva la Zona de Bajas Emisiones, ZBE, en la ciudad, sólo el 8% de los vehículos censados se verían afectados en la práctica por las restricciones. Así lo ha explicado el concejal de Seguridad Ciudadana y Movilidad, Jesús Carbonell, quien ha asegurado que “está cifra aún será más baja dentro de cuatro años, en 2028, cuando la medida ya afecte de hecho a los residentes en la ciudad”.
“Los vecinos de València no tendrán que preocuparse por la ZBE hasta 2028, ya que hemos optado por una normativa blanda, porque pretendemos proteger los intereses económicos y sociales de los vecinos, y especialmente para evitar que los perjudicados sean aquellos con menos recursos”, ha añadido Carbonell. “Además –ha continuado- en 2028, la cifra de vehículos que no podrían circular será muy baja, y aún así podrán circular 48 días al año, y tendrán un título para viajar gratis todo el año en la EMT. La normativa no puede perjudicar a las personas con menos posibilidades para cambiar su vehículo”, ha defendido el edil.
Por tanto, solamente los turismos, motocicletas y ciclomotores con etiqueta A (es, decir, sin etiqueta) podrán circular a partir del 1 de enero de 2028, y el resto no se verá afectado”. “El objetivo –ha explicado el concejal- es no penalizar a las pymes ni a las personas con menos recursos, y de ahí el calendario progresivo de implantación previsto en la normativa”.
Según los datos que ha ofrecido Carbonell, a fecha de hoy, el 32% del parque móvil de la ciudad corresponde a vehículos sin etiqueta (o, dicho de otra manera, con etiqueta A). En cifras concretas, se trata de 132.016 vehículos. “Pero es un número teórico –ha explicado Carbonell- porque de los estudios realizados a través de las cámaras de Tráfico se concluye que de ese total sólo circula un 8%, es decir 16.000 vehículos, que significa el 44% del total que circula sumando residentes y no residentes por la ciudad que son 36.000, que son los incumplirían la ordenanza”.
La Zona de Bajas Emisiones, ZBE, se implantará de manera progresiva desde el próximo año, 2025, hasta su establecimiento definitivo en 2028. Afectará a turismos, motocicletas y ciclomotores con la etiqueta A (también llamados sin etiqueta), según el catálogo de distintivos medioambientales de la DGT. Quedarán excluidos de las restricciones los vehículos asociados a actividades económicas (pymes, autómos…), para “proteger de los intereses económicos y sociales de la ciudad”, en palabras del concejal. Tampoco tendrán obligación los vehículos usados por titulares de tarjeta de estacionamiento PMR (para personas con movilidad reducida), los de familias numerosas o con menores de tres años, y aquellos donde viajen embarazadas o personas con movilidad reducida temporalmente. Tampoco tendrán restricciones los vehículos de emergencias, de servicios esenciales y los considerados históricos.
Durante el próximo año, 2025, se llevará a cabo una fase informativa , en la que no se impondrán sanciones a las personas infractoras, y será a partir de enero de 2026 cuando se limite la entrada en la ZBE a vehículos con etiqueta A, pero únicamente de fuera de la provincia de Valencia, de más de 27 años sin son de gasolina, o de más de 22 años si son de gasoil. A partir de enero de 2027 la limitación será para cualquier vehículo sin etiqueta de fuera de la ciudad en sí. Y las restricciones serán ya totales a partir del 1 de enero de 2028.
Dos zonas de aplicación: València ZBE’ y Ciutat Vella ZBEES
En la aplicación de la normativa, se definen dos zonas de diferente aplicación: ‘València ZBE’ y ‘Ciutat Vella ZBEES’. La primera, genérica y de carácter más laxo, ZBE, está delimitada por la Ronda Nord, avenida dels Tarongers, avenida de Serrería y Bulevard Sud, es decir, prácticamente toda la ciudad. La segunda, declarada como Zona de Bajas Emisiones de Especial Sensibilidad, ZBESS, está dentro del distrito de Ciutat Vella y suma las especificaciones actuales de la APR, es decir, que sólo podrán circular vehículos autorizados de residentes (salvo las excepciones previstas), que no tengan etiqueta A.
Un total de 278 cámaras de tráfico, situadas por toda la ciudad, vigilarán para hacer efectivo el cumplimiento de la normativa. Las sanciones se impondrán según lo previsto en la normativa estatal sobre este asunto, y serán de 200 euros. También se prevé instalar cartelería informativa a lo largo del perímetro. El Ayuntamiento elaborará un registro de vehículos “excepcionados” de la aplicación de la ZBE y, además, después del verano, en la web de Tráfico del Ayuntamiento y en la web municipal se podrá comprobar la situación de cada vehículo mediante la matrícula.
El concejal Jesús Carbonell ha subrayado que la voluntad del Ayuntamiento es que “la aplicación de esta normativa estatal en la ciudad no penalice a las rentas más bajas, y para ello –ha explicado- hemos impulsado diferentes medidas”. El Ayuntamiento aprobará un nuevo título de la EMT, de carácter gratuito para las personas afectadas por las restricciones de movilidad, válido por dos años de plazo o hasta la compra de un vehículo, dentro de ese plazo”.
Carbonell ha concluido su intervención señalando la voluntad del Ayuntamiento de favorecer y apoyar al vecindario en la aplicación de la normativa, y ha explicado que se prevé habilitar en el futuro aparcamientos disuasorios a la entrada de la ciudad.