Entrevista > Vicente Arques / Alcalde de l’Alfàs del Pi (L’Alfàs del Pi, 10-enero-1971)
El Festival de Cine de l’Alfàs del Pi llega este año a su 36ª edición, tras haber introducido hace doce meses importantes y exitosos cambios y convertido, como asegura el alcalde del municipio, Vicente Arques, en el gran escaparate cultural y turístico alfasino.
Lejos de caer en la tentación de conformarse con la buena acogida de 2023, el nuevo asalto de este mes de julio promete nuevas fórmulas y un mayor acercamiento, sobre todo, a la juventud.
Llegamos a la 36ª edición del Festival de Cine de l’Alfàs del Pi y, como siempre ocurre cuando se viene de un aniversario ‘redondo’, cabría esperar una edición algo menos potente. ¿Va a ser ese el caso?
No, ni mucho menos. El año pasado hicimos algún ajuste muy interesante como, por ejemplo, alargar el Festival una semana, dejando la última para el cine en la Villa Romana de l’Albir. Este año hemos seguido en ese camino de introducir novedades y hemos hecho unas actividades muy diversas.
Así, desde el viernes tendremos cuatro exposiciones. Una de ellas, en el Sha, de María Jesús Frutos, la mujer de Cerezo, que es una pintora de primer nivel. Luego tenemos la exposición del Cine Roma, de Paco Rabal y Asunción Balaguer, que los dos han recibido el premio del Faro de Plata en el pasado. También las balconadas y acabamos con una exposición de Mujer y Cine.
«Como formato Cine Roma funciona muy bien y el de la Casa Cultural, con los cortos, va como un tiro»
Un termómetro, al menos social, para determinar el potencial de cada edición del Festival de Cine siempre es la nómina de premiados con el Faro de Plata. ¿Quiénes serán en este 2024?
Son muy potentes. Tenemos a Luis Zahera, Malena Alterio y Vladimir Cruz; son dos actores y una actriz de primer nivel. Además, tendremos de embajador a Máximo Huerta, y como presentador de la gala a Raúl Pérez. Realmente, el nivel es buenísimo, muy alto.
Al final, respecto a las ediciones ‘redondas’ que tú decías hace un momento, lo único que cambia es que no hacemos una gala de exterior y que no hay concierto, lo demás se mantiene.
Este año, además, se ha programado una actividad con la película ‘La espía’ que, aunque mucha gente no lo sepa (ya contamos esta historia en AQUÍ en L’Alfàs), tiene relación con nuestro municipio.
No sólo eso. También viene el director de ‘Menudas piezas’ y hacemos toda una jornada de ajedrez en el Cine Roma. Y sí, pasaremos una película chulísima como es ‘La espía’, que cuenta la historia de una diva noruega que fue espía en la Segunda Guerra Mundial, se casó con un alemán para espiar para la resistencia… y esa señora, como ya contasteis, está enterrada en l’Alfàs del Pi.
«Empezó siendo un evento un poco más cultural y ahora está más equilibrado entre lo cultural y lo turístico»
En definitiva, el Festival se comporta como el buen vino… envejece muy bien.
El formato Cine Roma funciona muy bien y el de la Casa Cultural, con los cortos, va como un tiro. Creo que el año pasado acertamos estirando un poco el Festival una semana más en la Villa Romana. Como decías antes, lo importante es que vengan los galardonados, y si son buenos y el día de la gala están frescos y dinámicos, la gente lo agradece.
En ese sentido, y lo insistimos todos los años, el Festival de Cine va un poco a caballo entre lo cultural, lo cinematográfico y también lo turístico, porque es el principal evento del verano cultural de l’Alfàs. ¿Se ha ido inclinando esa balanza hacia un lado o hacia el otro a lo largo de estos 36 años?
Empezó siendo un evento un poco más cultural y ahora está más equilibrado entre lo cultural y lo turístico. Fue algo mucho más cultural porque hay que recordar que hace 36 años l’Alfàs apenas tenía hoteles. Se alojaba todo el mundo en el Hotel Molí y sólo estaba el Cine Roma; no estaba la Casa de Cultura, ni la Villa Romana, ni las Escuelas Viejas. Todo eso nos ha permitido que ahora esté más equilibrado.
«Buscamos fórmulas para acercarnos a la juventud e involucrarla»
Ya ha comentado que el año pasado se introdujeron cambios de calado. Son cambios que, lo aventuro, quizás se tenían previstos anteriormente, desde el cambio de dirección del evento, pero que se frenaron con la pandemia. ¿Se va a seguir en ese camino o el formato actual es el que prevalecerá?
Estamos contentos, la verdad, pero siempre alguna cosita puedes ajustar. Ya observamos hace años que el cine en la Casa de Cultura costaba; los cortos iban estupendo, pero no sucedía lo mismo con las películas. ¿Por qué? Porque la gente analiza el Festival desde ‘salgo a cenar y voy al Cine Roma’ o viceversa, y luego doy una vuelta por el pueblo.
Siempre se pueden hacer ajustes, pero tampoco podemos alterar todo el sistema del Festival, porque está muy articulado. Creo que su gracia es la familiaridad, que vas por la calle y puedes ver a un actor, el día de la gala puedes saludarles, puedes salir a la fiesta y hacerte una foto…
Habla de esa familiaridad y me ha hecho pensar que este certamen empezó como iniciativa de seis parejas locales, de forma muy familiar. Luego se ha profesionalizado mucho, y hoy en día hay muchas actividades paralelas dirigidas a los más jóvenes. ¿Es una manera de hacer sentir a las nuevas generaciones este evento como algo propio y no como un Festival, en cierta manera, ajeno?
Sí, reconozco que entre la 20ª y la 22ª ediciones el festival se profesionalizó. Antes, como decías, lo montaban los seis matrimonios; eso es impensable hoy. El festival está profesionalizado desde el punto de vista técnico. Dicho esto, tenemos que buscar fórmulas de acercarnos a la juventud e involucrarles.