Durante décadas una multitud de fábricas ya sin actividad económica estaban empobreciendo la imagen de los barrios de València. Centros de trabajo que en su día eran motores de actividad socioeconómica de los barrios, pero que por evolución tecnológica, o por cambios empresariales, se habían visto obligadas a cerrar. Con el tiempo se produciría lo que los sociólogos llaman la teoría del cristal roto.
Un día alguien rompe un cristal de la fábrica abandonada y acto seguido los vándalos empiezan a romper el resto. De ahí a la ocupación o el abandono. La insalubridad y, en ocasiones, la delincuencia y el menudeo. Para frenar el inicio de deterioro en el barrio, la iniciativa privada en ocasiones adquiere un inmueble y le dota de nueva vida. Un ejemplo ha sido la antigua fábrica de Bombas Gens, ahora transformada en centro de artes digitales.
Fomentar la creación
Las distintas iniciativas, tanto públicas como privadas, han reimpulsado con mayor o menos empeño, y con mayor o menor éxito, distintos enclaves abandonados de la ciudad. Pero se trataba de implantar una propuesta que no existiera hasta el momento, para no solapar ni contraprogramar oferta cultural en València.
Así se decidió poner en marcha el primer centro estable y permanente de la ciudad especializado en la exhibición y difusión de proyectos de carácter inmersivo y audiovisual, que conectan la escena artística y tecnológica en todos los soportes posibles. “Un lugar para la confluencia, hibridación y diálogo entre el arte, la ciencia y la tecnología, pero también para la investigación, la experimentación y el fomento de la creación”, aclaran desde Bombas Gens.
Todo comenzó en 1930, cuando Carlos Gens regentaba un viejo taller familiar de barrio
Bombas hidráulicas
¿Pero cuál es el origen de este colosal edificio? Para rastrearlo hay que dar un salto en el tiempo, de casi un siglo. Es en 1930, cuando Carlos Gens Minguet estaba al frente de un viejo taller familiar, que acabaría siendo factoría dedicada a la fabricación de maquinaria pequeña, válvulas industriales y bombas hidráulicas.
La marca GEYDA que crea con su socio, Rafael Dalli, fue adquiriendo notoriedad y la empresa requería de una nueva sede para sus crecientes necesidades. El arquitecto Cayetano Borso di Carminati, quien ya había diseñado el teatro Rialto, perfila una fábrica innovadora que se instalaría en la actual avenida de Burjassot.
‘Dalí cibernético’ supone un viaje inmersivo por la mente del artista catalán
El declive de los años noventa
Las instalaciones se fueron ampliando y mejorando progresivamente para incorporar la maquinaria nueva, que acabó supliendo prácticamente en su totalidad el proceso manual de elaboración de los productos.
El éxito, como casi siempre, alcanza su pico y luego empieza a decrecer. Así, el esplendor de Bombas Gens fue convirtiéndose lentamente en declive hasta inicios de los años noventa, momento en que se produjo el cierre definitivo de la fábrica. Con el punto y final de la andadura económica se puso en marcha la dinámica de deterioro del complejo industrial.
En sus instalaciones sobresale una preciosa fachada Art Decó que data de los años 30
La crueldad de las llamas
La puntilla de su cierre y progresivo abandono tuvo lugar hace ahora una década, cuando se produjo un pavoroso incendio que arrasó buena parte de las instalaciones y disparó la alarma en Marchalenes y zonas colindantes del barrio. Pero como la vida da segundas oportunidades, éstas no tardaron en llegar.
Así, pocos meses después del siniestro, los impulsores de la Fundació Per Amor a l’Art adquirieron el edificio para rehabilitarlo, dotarlo de una nueva vida y ponerlo a disposición de la fundación como sede de su Centre d’Art. La Fundació Per Amor a l’Art cuenta con un espacio de nueva construcción que acoge, además, su programa de Acción Social y un Centro de Coordinación del Equipo Wilson.
Oferta permanente e itinerante
Esta primavera una atractiva exposición sobre el arte de Salvador Dalí se ha convertido en el gran reclamo de Bombas Gens. Muy comentada por los amantes del arte y la cultura en València, ‘Dalí cibernético’ supone “un viaje inmersivo” por la mente del artista catalán, que “permite descubrir cómo la genialidad de su obra es el resultado de un pensamiento abierto, ambicioso, provocador y también científico”, explican desde la institución cultural.
El universo poético y onírico daliniano se encuentra con proyecciones de gran formato, instalaciones interactivas, hologramas, realidad virtual e inteligencia artificial. Arte y ciencia, dos de los ejes de Bombas Gens, se ven aquí perfectamente reflejados en una experiencia inmersiva de nueva generación sobre los universos paralelos, la física cuántica, la cuarta dimensión, la geometría sagrada o la secuenciación del ADN interpretados por el artista de Figueres.
Pero no hay que olvidar la oferta permanente de Bombas Gens, pues el edificio restaurado por la Fundació Per Amor a l’Art ofrece visitas guiadas por sus históricas y contemporáneas instalaciones. La visita recorre los espacios que conforman un conjunto patrimonial del que sobresale su preciosa fachada Art Decó de los años 30, un refugio de la Guerra Civil y una bodega del siglo XV totalmente rehabilitada.