Entrevista > Garbiñe Mondragón, Inma Grimal y Leonor Fuertes / Presidenta, técnica y socia de la AFA Marina Baixa
Es una de las enfermedades más crueles que uno pueda llegar a imaginar. Y no sólo por los devastadores efectos que produce en quienes tienen la desgracia de padecerla, sino en el sufrimiento al que aboca a los familiares de los enfermos.
El Alzheimer se ceba con la memoria y la capacidad cognitiva de sus víctimas, y para ellas y sus familias la labor de entidades como la Asociación de Alzheimer (AFA) de la Marina Baixa es fundamental. Sin embargo, el olvido selectivo de la Administración ha colocado a la asociación al borde del abismo.
¿Cómo hemos llegado a este punto?
Inma Grimal (IG) – Para contestar, me tengo que ir un poco atrás en el tiempo. Tanto como veintinueve años atrás, que es cuando se funda la asociación por un grupo de familias que buscan un apoyo, un recurso para las personas con Alzheimer.
En aquellos momentos teníamos muchos menos recursos que actualmente. Y esa ha sido la trayectoria de la asociación. Durante todo ese tiempo, AFA Marina Baixa ha tenido la sede en Benidorm, y desde hace años la tenemos en el Centro Social Pepa Esperanza, que es un centro municipal, y esto hace que la asociación no tenga ese gasto importante en el alquiler o de luz.
Se podría considerar una ayuda municipal.
IG – Eso es muy destacable, así que, ¿cómo nos encontramos ahora mismo? Económicamente estamos en una situación muy complicada, muy compleja, porque tenemos un presupuesto anual, como cualquier otra entidad. En el presupuesto de 2023 contábamos con una subvención de la Conselleria de Bienestar Social, que es la más importante, que nos suele entrar cada año. Estamos hablando de entre 52.000 y 54.000 euros, y que preveíamos que iban a entrar en 2023 y que no entraron.
Se trata de una subvención que no llegó a salir en el año 2023 y que, en este ejercicio, el de 2024, ha salido tanto para 2023 como para 2024.
«Hace veintinueve años se fundó la asociación por un grupo de familias que buscan un apoyo para las personas con Alzheimer» I. Grimal
¿Qué explicación ha habido para esta parálisis?
IG – Ha habido diferentes explicaciones, pero en eso, de momento, no quiero entrar. Obviamente, hemos estado pidiendo que se nos dé una respuesta a por qué no salió. Ya en noviembre del año pasado nos pusimos en contacto con la Federación y ella, a su vez, con la Conselleria, y nos dicen que en 2023 ya no iba a poder salir, que saldría en 2024 con la intención de pagarnos los dos años.
Efectivamente, ha salido la convocatoria y el plazo para presentarnos finalizó el 31 de mayo. Nosotros nos presentamos un poquito antes, y ahora estamos a la espera de la resolución.
Y, sobre todo, saber si se concede por esas dos anualidades.
Garbiñe Mondragón (GM) – Eso es, saber si la tenemos y de qué cantidad económica estamos hablando; porque no lo sabemos tampoco, así como cuándo va a llegar. El problema para nosotras, sobre todo, es el cuándo.
Los siempre temidos plazos de la Administración.
GM – Claro, ahí es donde tenemos el problema, porque si conoces un poco cómo trabaja la Administración, sabes que ellos presentan una orden, y en ella ya te explican que tienen seis meses para resolver desde el momento en el que sale la convocatoria, a principios del mes de mayo de 2024. Así pues, contamos seis meses a partir de ahí, donde ellos tienen plazo para resolver. Por lo tanto, podemos llegar a noviembre sin saber todavía si está concedida.
Y luego, incluso en el mejor de los casos, habrá que esperar al pago.
IG – Efectivamente, y ahí está nuestra preocupación máxima. Nosotras, como te decía antes, tenemos un presupuesto con el que contábamos para llevar a cabo nuestros servicios. Ese dinero no entró y hemos tirado del dinero que ya teníamos y de lo que va entrando, porque evidentemente los servicios tienen un coste mucho más reducido que si fuera un centro privado, pero obviamente tienen un coste.
Por ahí hemos podido solventar el tema económico hasta ahora, pero es verdad que ya estamos en una situación muy crítica. Así lo hemos hecho saber a la Administración.
«Atendemos a cien enfermos y a unos doscientos familiares en la Marina Baixa» L. Fuertes
Para que todo el mundo comprenda la situación, ¿cuál es vuestra labor diaria? ¿Qué servicios ofrecéis?
GM – Nuestra labor, principalmente, consiste en atender a los usuarios, personas con Alzheimer, y a sus familiares y cuidadores principales. Esto conlleva que llevamos una labor en conjunto con la plantilla de la que contamos, que son, en este caso, tres auxiliares que se encargan de cuidar y de atender a los usuarios que vienen a talleres de lunes a viernes.
Por otro lado, disponemos de una neuropsicóloga, una fisioterapeuta y una trabajadora social. Además, cuando podemos, también contamos con una terapeuta ocupacional, que es una figura que consideramos muy importante. Lamentablemente, no tenemos medios para poder tenerla en plantilla, que sería lo suyo.
Son trabajadoras que, evidentemente, tienen que cobrar sus sueldos a final de mes como cualquier empleado, y supongo que eso, ahora mismo, es complicado.
GM – Tengo un problema que me cabrea mucho, y es que siempre que hemos tenido que ir a pedir ayuda nos dicen que hay muchas asociaciones, que tenemos que competir y que no generamos dinero.
Y no, no generamos dinero, pero estamos haciendo su trabajo, el que tendría que estar haciendo el sistema sanitario, que debería cubrir todo ese trabajo. Además, estamos creando puestos de trabajo y estamos llegando a la sociedad.
Si os veis obligadas a paralizar el servicio, ¿qué consecuencias directas tendrían para los usuarios?
Leonor Fuertes (LF) – La persona se queda sin recursos. Hablamos de que anualmente atendemos a unas cien personas con demencia en la Marina Baixa y, por lo tanto, atendemos también a unos doscientos familiares. Todas esas personas se quedarían sin servicio de hoy para mañana si tenemos que cerrar temporal o definitivamente.
Y son servicios fundamentales, como el de orientación, información y asesoramiento, incluso telefónico; atención psicológica individual y grupal, fisioterapia, tenemos estimulación cognitiva grupal, servicio de transporte y de comedor, ocio inclusivo… Es decir, son cositas que hacemos a toda esta gente que te comento y que de repente desaparecerá.