Entrevista > Aitor Belda / Speaker del CD Eldense (Elda, 31-marzo-1987)
Aitor Belda es la voz de nuestro estadio, el Pepico Amat, desde hace dieciséis temporadas, función que ejerce con orgullo y suma responsabilidad, no solo ahora en Segunda División, sino desde siempre. No en vano, como le gusta manifestar, “he tenido al mejor de los maestros”.
Es, recordemos, hijo de Raúl Belda, periodista que lleva cerca de cuatro décadas “esparciendo su voz por las ondas de Radio Elda, donde es jefe de deportes”. El propio Aitor es locutor de ‘Los 40 Elda’ todas las tardes de la semana.
Nos contará cómo vive los partidos desde su posición, junto a las cabinas de radio, su forma de cantar tanto los goles como las alineaciones y la importancia de la música en su rutina. “Me agrada que vaya vinculada con los pocos minutos que faltan para el inicio del encuentro”, expresa.
¿Cómo te haces el speaker del Eldense?
Entré a colaborar con el CD Eldense cuando llegó a la presidencia Gaspar Candela, pero no como speaker, sino en la sala vip que había en el estadio para los descansos. De cara a la siguiente temporada el animador del club dejó el puesto y me lo ofrecieron.
«Me agrada que la música esté vinculada con los minutos que faltan para el inicio del partido»
¿Qué supone para ti ser la voz del Pepico Amat?
Es una responsabilidad muy grande, pero lo es ahora y ya lo era en Tercera División. La gente de Elda es muy exigente -lo digo como un piropo- a la hora de evaluar cualquier cosa.
Sin embargo, es una de las cosas más bonitas que hago, pues el fútbol es pasión y a todo lo que rodea este deporte hay que ponerle pasión, véase en los goles o en los instantes delicados de los partidos.
Cuéntanos cómo es una previa de partido.
Los quince-veinte minutos antes del inicio son clave. También importante es la selección musical y dar la bienvenida a la afición visitante, que tantos kilómetros ha recorrido en ocasiones para acudir a nuestro estadio. Les suelo recibir con el ‘Bienvenidos’ de Miguel Ríos.
De igual modo, me gusta mantener al público con expectación, indicando que el encuentro arrancará en breve, hilando los comentarios con las canciones, por ejemplo, el ‘The final countdown’ de Europe.
¿De qué forma cantas las alineaciones?
Desde hace años hemos instaurado que suene el ‘Thunderstruck’, de AC/DC. Las del equipo visitante obviamente no se dan con el mismo énfasis, y en las de nuestros jugadores no dejo que diga el público el apellido, porque al inicio de los partidos muchos aficionados todavía no han llegado al estadio. Parece ser que todavía no estamos acostumbrados al fútbol profesional.
«El fútbol es pasión y hay que ponerle mucha a todo lo relacionado con este deporte, como los goles»
¿Notas la comunión entre aficionados y jugadores?
¡Por supuesto! Muchas veces provocada, eso sí, desde megafonía. He hablado con algunos futbolistas y me aseguran que el público hace caso a lo que digo, en momentos de alentar a los aficionados. Notan más presión hacia el rival.
Anécdotas te habrán sucedido varias.
Tengo una especialmente guardada en la memoria, porque lo pasé bastante mal. Ahora ya lo puedo comentar e incluso reírnos, porque nos estábamos jugando unos play-offs de ascenso a la antigua Segunda B, hace algunos años.
En aquella época no había las aplicaciones actuales que informan de todos los resultados online. Tenía que haber una combinación de resultados para que el Eldense subiera y nos llegó un chivatazo de un gol importante en otro estadio.
¿Era real?
Me fie de la información y en ese momento de euforia dije por el micrófono que éramos equipo de Segunda B. Todo el estadio se puso a celebrarlo, hasta que nos enteramos que no era verdad, que no había gol.
Por fortuna acabamos ascendiendo, ¡una semana después! Remarco que en Elda son muy exigentes y los errores se magnifican, pero también son muy agradecidos.
«Los jóvenes de Elda ya no son del Real Madrid o del Barcelona, sino primero del equipo de su pueblo»
¿Cómo dices los goles?
Se cantan dos veces diciendo: ‘¡Gooooooooool! Ha marcado -pongamos por caso- Sergio Ortuño’; repito su nombre y la tercera vez digo ‘Seeeergio’, y los aficionados gritan el apellido. ¡Es muy emocionante!
¿La gente te reconoce por la calle?
Sí, claro. Muchas veces se quedan fuera, esperando hacerse una foto o un autógrafo de sus ídolos, y acaban pidiéndomelo a mí. Me da algo de reparo. Lo bueno de estos jóvenes es que ahora ya no son del Real Madrid, el Barcelona o el Atlético, sino del CD Eldense, el equipo de su pueblo.
¿Nos vamos a salvar?
Por supuesto. Claro que vamos a sufrir, pero no entiendo el fútbol de otra manera. Lo bonito de este deporte es que cuando cuesta, lo valoras más.