Entrevista > Juan D. Jover / Músico (Fortaleny, 22-agosto-1980)
Siempre se ha dicho que las bandas musicales de Buñol, Cullera y Llíria conforman las mejores de la Comunitat Valenciana, con múltiples reconocimientos. Detrás se agolpan otras, entre ellas la Unión Musical (UM) Utielana, de gran prestigio en nuestra localidad, como nos remarcará su director, Juan D. Jover.
Entró en la música un poco por casualidad, lejos de tradiciones familiares, aunque el hecho de crecer en un pueblo próximo a Cullera seguro que influyó. A día de hoy, aparte de profesor de tuba en el conservatorio de Requena y Utiel, confiesa que su formación prosigue, “porque en la música nunca dejas de aprender”.
Jover, apasionado de todo lo vinculado con este arte, igualmente compone, “sobre todo cuando toco el piano”. La viola, el tercer instrumento que maneja, la estudia como ayuda para después dirigir orquestas, otro de sus objetivos. “Es para poder mejorar en la dirección”, expresa con humildad.
¿Por qué te haces músico?
Recuerdo que siendo pequeño -con apenas nueve años-, acudió a Fortaleny Miguel Ángel Mateu, una persona muy singular, porque era aficionado a las aves, especialmente las palomas, y además era músico. Decidió montar allí una banda, porque no había, y nos apuntamos todos los jóvenes de la localidad.
¿Cuál fue tu primer instrumento?
Comencé con el bombardino, pero finalmente me decanté por la tuba. Se trata de un instrumento que los padres son reticentes a cogerlo para sus hijos por su tamaño enorme, pero el alumno que empieza con él va muy rápido, se enamora y no lo deja.
«Comencé con el bombardino, pasándome poco después a la tuba, un instrumento que enamora»
¿Quiénes han sido tus principales referentes musicales?
He tenido muchos. El principal quizás fue Juan Roig Iznardo, maestro y padre musical; siempre se fijó en mí y fue guiándome, incluso lo hace en la actualidad. Otros son los profesores de tuba Lorenzo Llovet, José Mª Miñana y David Llàcer, o los de dirección José Rafael Pascual Vilaplana, Cristóbal Soler o Pascual Cabanes. En composición debo mencionar a Ferrer Ferran y Saúl Gómez.
¿De qué modo siguió tu formación?
Tras mi paso por la Sociedad Musical Santa Cecilia de Fortaleny, hice el grado elemental y profesional en el conservatorio de Cullera, incorporándome entonces al de València para hacer el superior de tuba y magisterio.
Regresé a Cullera para acabar el profesional de piano. He empezado ahora con la viola y también estudio dirección en la Escuela Superior de Música de Alto Rendimiento (Esmar).
«El nivel de la UM Utielana es alto, también porque muchos músicos proceden del conservatorio»
¿Desde cuándo eres director?
Empecé a dirigir muy joven, con apenas veinte años, pues tenía profesores que después de dar clases me llamaban para que les ayudara de refuerzo. No lo hacía mal, me gustaba; y al finalizar tuba empecé a estudiarlo de la mano de Pascual Vilaplana, actual director de las bandas de Barcelona y Bilbao.
Estuve tres años al frente de la banda de Fortaleny, di el salto a la de Sant Mateu (Castellón) y después a la de Ondara, compaginándola con la cercana de Els Poblets. Tras dirigir asimismo las de Llaurí, Corbera y Polinyà de Xúquer, me trasladé a la Agrupación Musical de Ontinyent, mucho más relevante.
¿Llegaste entonces a Utiel?
Sí, en mayo de 2022. Con anterioridad, estaba en el conservatorio, como profesor, y cuando me enteré de que buscaban director, envié una solicitud y fui seleccionado entre los diez que iban a entrevistar. Cogieron a tres, para probar, mediante un ensayo un viernes cada uno.
Lamentablemente no me escogieron, pero casi dos años después me llamó de nuevo el presidente, Luis Almonacid, para saber si seguía interesado. No lo dudé, porque me hacía mucha ilusión.
«Una banda es como una familia: hay personas que, si no fuera por ellas, no saldrían nunca de casa»
¿Cómo es el nivel de la UM Utielana?
Es alto, al tener la suerte de disponer de un conservatorio público en Utiel, sumamente exigente, además. Muchos de los niños del municipio van a este centro y seguidamente pasan a la banda.
Contamos con alrededor de ochenta-noventa músicos, una mezcla entre jóvenes y veteranos, que no fallan a ningún ensayo y son un referente para los más noveles en todos los sentidos. Esa es nuestra gran riqueza: que somos una familia y hay personas que, si no fuera por las bandas de música, no saldrían de casa. No se relacionarían con nadie.
¿Cuáles son vuestros próximos retos?
Tras un periodo complicado, con músicos que lo dejaron, hemos resurgido con fuerza. El 26 de octubre actuaremos en el homenaje a Nino Bravo, junto a Serafín Zubiri, y a continuación viajaremos a Francia, para participar en un concierto de música española el 2 de noviembre.
Queremos, asimismo, en los siguientes años poder acudir al Certamen de Bandas que se celebra en València todos los veranos.