Juanjo Puigcorbé / Actor
Un padre y una hija solos en el escenario. Ambos son escritores, y ambos sienten un muro que les separa del otro. Hasta que comienzan a decirse todo lo que en su día no se atrevieron. Este es el intimista planteamiento de ‘Roca negra’, la obra protagonizada por Juanjo Puigcorbé y María Adamuz que se podrá ver en el Teatre Talia del 14 al 17 de noviembre.
Esta función supone el regreso de Juanjo Puigcorbé (Barcelona, 22-julio-1955) a las tablas tras once años de ausencia. Este polifacético actor es una de las caras más habituales de nuestro cine y televisión, e incluso fue concejal por el ayuntamiento de su ciudad natal. Aún así nos reconoce que en su carrera artística también ha habido altibajos.
Actualmente vive momentos de considerable intensidad con su regreso al teatro mientras trabaja en una serie diaria y navega entre otros proyectos.
«Interpreté un personaje que hablaba durante cuatro horas y media, y con dos funciones diarias»
¿Cómo llegaste a ser actor?
Hice el primer COU en el 71-72 cuando se introdujeron las asignaturas optativas. Una de las que escogí fue ‘Expresión dramática’. Aquello fue como descubrir de repente una cosa nueva, y nos gustó tanto que hasta montamos un grupo de teatro.
Durante unos años lo compaginé con la universidad, a pesar de que estaba estudiando dos carreras a la vez. La verdad es que mi vida fue un poco heavy en aquella época (risas). Incluso tuve varios trabajos en una tienda de discos, una imprenta, de profesor de clases particulares y hasta en el parque de atracciones. Hacía de todo, en todas partes.
Hasta que en 1976 ya me quise dedicar plenamente a ser actor profesional, y dejé la universidad. De alguna manera descubrí una afición que cada vez me fue ocupando más tiempo.
De entre toda tu extensa trayectoria en el teatro, televisión y cine ¿hay algún personaje al que le tengas especial cariño?
Por ejemplo te diría un personaje de teatro llamado Peer Gynt. Éste es el personaje más extenso que jamás ha existido en toda la historia del teatro, una especie de Quijote noruego.
Se trata de una función que dura cuatro horas y media, mientras te cuenta toda la vida de esta persona desde joven hasta su muerte. Todo ese tiempo hablando sin parar… y algunos días incluso hacíamos doblete (risas). Además ésta fue la primera obra oficial del Centro Dramático de Cataluña, en el Teatro Romeo.
Tiempo después tuve oportunidad de conocer a un actor francés que hizo personajes muy similares a los míos. Le conté esto mismo que te acabo de contar, y no se lo creía. “¿Cómo podéis trabajar a este ritmo? Aquí estáis absolutamente mal de la cabeza” me decía. Pues es que esto es otro país (risas).
«Muchos jóvenes me recuerdan por ‘Aquí no hay quien viva’, a pesar de que solo salí en dos episodios»
¿Y por qué papel crees que te recuerda más el gran público?
Depende. Hay mucha gente que me recuerdan por la calle películas como ‘Todos los hombres sois iguales’ o ‘El amor perjudica seriamente la salud’. Sin embargo la mitad de jóvenes de este país me reconocen por ‘Aquí no hay quien viva’, a pesar de que solo hice dos episodios. Se ve que los han puesto tantas veces, que parece que han sido más (risas). Esto es algo que me sorprende mucho.
Por otro lado, alguna vez que he estado en México me encontraba gente que me reconocía por ‘Miguel Servet’ y ‘Villarriba y Villabajo’, ya que son cosas que tuvieron más éxito por allí que en España. Dependiendo de la generación o del país, me reconocen por unas cosas o por otras.
A todo esto, llevabas once años sin hacer teatro. ¿Por qué este parón tan largo?
La última fue con Juan Mayorga en Madrid. El caso es que regresé a Barcelona, y allí no me han llamado para hacer teatro. Te lo digo así de claro.
Y ahora he vuelto… otra vez en Madrid. Y lo curioso es que fue en Barcelona donde me dieron el Premio Nacional de Teatro, y también donde inauguré el Centro Dramático. Sin embargo ocurre que se reparten entre ellos las funciones, lo cual me parece un poco lamentable. Por ejemplo yo nunca he podido pisar el Teatro Nacional de Barcelona.
¿De qué trata ‘Roca negra’?
Está escrita por Ignasi Vidal, que tiene una producción anual o incluso más. Es una persona que ha conquistado el teatro tanto como escritor, actor y director. Fue él mismo quien me propuso hacer esta función.
Un padre y una hija escritores se reencuentran en un determinado momento. Es una función que pasa en el tiempo real dramático, y en esa hora se dicen cosas que nunca antes se habían dicho. Quizás el resumen es que a veces es muy difícil decir te quiero a las personas. Es muy emotiva dado que salen cosas del pasado que duelen mucho a los personajes. De alguna manera es un mano a mano entre los dos.
«No hay muchas obras dedicadas a explorar la relación de un padre con su hija»
Esto del distanciamiento entre padres e hijos es tan frecuente… Supongo que muchos espectadores se identificarán fácilmente con estos personajes.
Claro. Además fíjate que últimamente se han hecho muchas obras, series y películas sobre madres e hijas. Este tema estaba absolutamente trillado ya. Sin embargo sobre la relación entre el padre y su hija, que es muy distinta, hay mucho menos.
Efectivamente muchos espectadores me han dicho que se han sentido bastante identificados con las cosas que suceden en la obra. Sobre todo los padres que, entre otras cosas, también estamos para sufrir un poco (risas).
¿Por qué crees que a veces nos cuesta tanto hablar con nuestros padres o nuestros hijos?
Porque así es la vida. Si te fijas los hijos a la edad de tres años entran en una fase en la que dicen a todo que no (risas). Luego a los cuatro se vuelven buenos, a los siete empiezan a buscar su identidad y a los catorce sienten a sus padres como una oposición.
Es una necesidad vital conocerse, tomar ademanes del otro y luego identificarse en contra de eso. Se trata de un proceso evolutivo por el que pasan todas las familias. De hecho los padres acabamos descubriendo que todos esos pasos que dan nuestros hijos… también los has dado tú.
¿Qué tal es trabajar con María Adamuz?
Genial. Ella es una actriz buenísima que ha trabajado muchísimo en musicales, y aquí se ha estrenado en el ámbito dramático. Creo que tiene una carrera maravillosa por delante. Yo estoy muy contento de trabajar con ella.
«Estoy en un momento frenético de mi carrera en cuanto a trabajo»
¿Cómo es tu relación con València?
He venido muchas veces con diversas obras y para rodajes. Te cuento una anécdota curiosa. Cuando hice ‘Las amistades peligrosas’ pasé la navidad en València. Recuerdo ir paseando por la calle, y de repente me encontré a Pepe Rubianes que estaba justo en la ciudad en ese momento. Nos hizo ilusión y, como estábamos solos lejos de nuestras familias en Cataluña, decidimos ir a comernos una paella.
El caso es que entonces… nos encontramos también a Carles Sans (risas). Fue todo una gran casualidad y acabamos los tres juntos.
Recientemente has fichado por ‘Sueños de libertad’. ¿Cómo será tu personaje en esta serie?
Es un hombre al que Jesús, el hijo travieso de la familia, le propone un negocio. También es amigo de Damián de toda la vida, y además tiene un hijo que quería ser cura. A partir de ahí, entra en la dinámica de la serie.
Se trata de un personaje muy complejo. Ya he rodado unos ochenta o noventa episodios, y puedo decir que es un hombre bueno. Sin embargo le pasarán un par de cosas tremendas que lo van a desestabilizar totalmente, y comenzará así otro capítulo de su vida muy distinto. Va a tener relación con muchos otros personajes, y creo que gustará porque tiene mucha fuerza.
¿Tienes algún otro proyecto entre manos próximamente?
Desde que he vuelto a Madrid he hecho la serie ‘Entre tierras’, que tuvo mucho éxito incluso internacional. También he realizado una película donde hago de papa, y otra con Rodrigo Cortés. Además he estado en Canarias para hacer una serie hispano-alemana llamada ‘Weiss & Morales’. Igualmente hemos escrito un guion entre Lola (su esposa, la actriz Lola Marceli) y yo que estamos intentando colocarlo.
Así que ahora mismo estoy trabajando a tope. Hace unos años tuve un parón por la cuestión política y porque… no sé, la vida es muy complicada. Pero ahora ya he vuelto al estrés con una serie diaria, haciendo teatro los fines de semana, y algunas cosas más. La verdad es que llevo una actividad frenética.