Entrevista > Jorge Kánovas / Fotógrafo (Cobatillas, Murcia, 16-agosto-1983)
Aunque nacido en Murcia, Jorge Kánovas lleva dos décadas asentado en Villena experimentando y creando arte a través de la fotografía. Una labor que en los últimos meses ha visto premiada su constancia con diversos premios internacionales, entre los que destaca el primer galardón de los Global Photography Awards por su obra ‘Caperucita’.
De carácter transgresor y reivindicativo, Kánovas nos atiende con la humildad que le caracteriza para hablarnos sobre la censura y los prejuicios que las redes sociales están alimentando. Una temática sobre la que gira su exposición ‘Censorship’, la cual se estrenó en la Casa de Cultura antes de comenzar a girar por España.
«España es un país difícil para el arte; no se valora tanto como en otros países de Europa, aunque cambiará»
¿Cuándo nació tu pasión por la fotografía?
Creo que siempre la he tenido. Ese gusanillo estaba ahí, pero creo que al llegar a Villena en 2004 es cuando se empieza a despertar. En 2010 me compré mi primera cámara y en 2015 es cuando despega poco a poco esta pasión.
En 2019 mi concepto de fotografía cambia totalmente y empiezo a probar la parte artística. Durante la pandemia fue cuando se revolucionó mi visión artística.
La cultura atraviesa momentos difíciles en nuestro país, ¿existe una receta para mejorar la situación de los artistas?
Buena pregunta. No sé si existe la receta perfecta para ir cambiando el panorama artístico. España es un país difícil para el arte, no se valora tanto como en otros países de Europa como Francia, Bélgica o Suiza, pero creo que cambiará.
¿Es posible vivir de la exposición de fotografías sin realizar bodas, bautizos y comuniones?
Es difícil, pero se puede. Tenemos ejemplos como Lidia Vives, cuyo trabajo personalmente me fascina mucho. Ojo, no desmerezco para nada a los fotógrafos que se dedican a bodas y bautizos.
O, como en el caso de Villena, a esos fotógrafos que de forma altruista nos están ofreciendo un enorme archivo fotográfico de las Fiestas de Villena, como Jesús Redondo, Ángel Granizo… o el enorme trabajo de la Asociación Fotográfica. No hay que desmerecer absolutamente nada, al contrario, todo suma.
En tu obra más reciente destaca mucho el blanco y negro, ¿qué aporta esta técnica que no aporta el color?
Personalmente creo que el blanco y negro transmite mucha elegancia y pasión a una fotografía. Me gusta trabajar en blanco y negro. Hace poco realicé una serie de fotografías bajo el título ‘Singularidades’, donde lo trabajo para sacar los rasgos de las personas.
«Me gusta la elegancia y pasión que transmite el blanco y negro a una fotografía para sacar los rasgos de las personas»
Tu exposición ‘Censorship’ aborda el tema de la censura. ¿Crees que sigue siendo tabú mostrar el cuerpo desnudo?
El desnudo de forma natural sigue siendo un tabú, sobre todo el de la mujer. Ya ni te cuento en redes sociales, donde censuran hasta un pezón, salvo si es de hombre. Por otro lado, está el qué dirán, el miedo a mostrar el cuerpo sin arriesgar a que te señalen o saquen los prejuicios a relucir. ‘Censorship’ surge de esa necesidad de denunciar una sociedad llena de prejuicios.
¿Cómo definirías esta exposición?
Es una exposición para mirarla, remirarla, pensar y estudiar… Es una colección muy cruda que invita a reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos.
¿Podremos verla expuesta en alguna otra ciudad?
La idea es que la exposición siga viajando por todo el país, las veces que sea necesario. Ya he comenzado a mantener contacto con varias galerías y locales para que esto sea posible.
Recientemente has conseguido el oro en los Global Photography Awards, ¿qué hace especial tu obra ganadora ‘Caperucita’?
Creo que es una suma. Desde la conexión que establece la modelo Lourdes Mataix, pasando por los colores cálidos, que invitan al recogimiento y al amor, hasta el hecho de que esté realizada en esta tierra que quiero tanto: Villena. Creo que tenía la suma perfecta para que sonara la campana; de hecho, ¡la envié en el último minuto!
«La exposición ‘Censorship’ surge de la necesidad de denunciar una sociedad llena de prejuicios»
Se han acumulado los premios y reconocimientos internacionales en poco tiempo. ¿Han cambiado tu vida o tu forma de trabajar?
La verdad es que mi forma de trabajar no ha cambiado. No soy de esas personas a las que se les sube la fama rápido, al contrario: soy bastante humilde y cortado (risas).
En los últimos años muchos de los mejores fotógrafos del país han visitado Villena con Helie Memorial, ¿quién ha sido tu favorito? Y en el resto del mundo, ¿quiénes son tus referentes?
Pues no soy de tener referentes, pero si tengo que mencionar a alguno de los que ha visitado Villena, diría a Chema Madoz. También me gusta el trabajo de Lidia Vives y Ramón Masats, quien nos dejó en marzo de este año.
¿Qué otras modalidades artísticas te sirven como inspiración?
La danza. Creo que es una forma de expresión y muchas veces me dejo llevar por ella para llevarlo a la fotografía. Pienso que me influye bastante.
¿Cuáles son los planes de futuro que tienes en el plano profesional?
Mis planes de futuro pasan por seguir apostando por la fotografía artística y seguir presentando mis fotografías por todo el mundo. Hay que arriesgar, aunque la piscina no tenga agua.