La plaza, a las mismas puertas del Teatro Circo Atanasio Díe Marín, plantado allí, procedente de Alicante, desde principios de 1907, aunque inaugurado en 1908, tiene su parte de sombra, su bastante de encanto y desde hace tiempo su mucho de modernez. Y un detalle que resume cariñosamente la vida del periodista oriolano Juan Sansano Benisa (1887-1955): es la plaza dedicada al poeta Sansano.
El mote se lo plantó, incluso desde sus escritos, Miguel Hernández (1910-1942), a quien Sansano le dio la oportunidad, como también hiciera Ramón Sijé (1913-1935), de escribir en varias de las publicaciones que dirigió, algunas de ellas puestas en marcha por el propio Sansano. Pero el apodo no faltaba a la verdad: también la lírica fue afecta a este oriolano.
Provinciana y cosmopolita
Con los hermanos Sijé ya vimos cómo aquella Orihuela de finales del XIX y principios del XX se debatía entre lo provinciano y lo cosmopolita, lo urbanita, también modernista, que iba a trazar sus calles. Aquella Oleza que nos contase el alicantino Gabriel Miró (1879-1931), quien estudió en el Santo Domingo (antigua universidad oriolana, 1552-1836, centro de bachillerato desde 1871 hasta 1956).
Una Orihuela que se desperezaba, para dormir o despertarse, al compás de una incipiente burguesía en la que encontró acomodo un movimiento cultural del que el Teatro Circo era tan solo una muestra. Entendiendo esto podemos comprender el caldo de cultivo que crio iniciativas como las de los Sijé. O como las de Juan Sansano, quien, en 1902, con tan solo quince años, sacaba adelante un pequeño periódico: ‘El relámpago’.
Con tan solo quince años, sacaba adelante ‘El relámpago’
Desde muy joven
Si los Sijé eran hijos de agente comercial y dama bien, los padres de Sansano eran carpintero, Simón, y, salvo que desde algún baúl de recortes de prensa señale lo contrario, ama de casa, Braulia. Pero este origen modesto, en plena calle Cuatro Esquinas, no muy lejos del Santo Domingo o de la hoy travesía Ramón Sijé, no le iba a apartar del camino cultural.
Según muchas biografías, en 1896 entraba a trabajar en los talleres tipográficos de ‘La lectura popular’ (¿con nueve años?), aunque esta publicación, autodefinida “católica quincenal gratuita para las clases trabajadoras” e iniciada en 1883, aparece en varias referencias como desaparecida en 1886 y en otras en 1933. En todo caso, fue en dicha imprenta donde conocería al fundador de la publicación, el abogado, escritor y periodista coterráneo Adolfo Clavarana y Garriga (1844-1905).
Militó en el conservadurismo, aunque se desencantó de la política
Primeras publicaciones
Este encuentro sería providencial para el jovencísimo Sansano, se produjera en la fecha que fuese (aunque las leyes laborales de entonces no eran las mismas que ahora). Así, mientras componía los textos, distribuyendo aquí y allá las letras de caja alta (mayúsculas: estaban en la parte de arriba a la hora de utilizarlas) o de caja baja (minúsculas: se encontraban abajo), redondas o cursivas, tocaba aprender más.
Sansano recordaría a menudo el “magisterio humano, periodístico y literario» que ejerció Clavarana sobre él. Ya en 1902, el año de ‘El relámpago’, se lanzó a otras aventuras, como ‘España’ (que algunas fuentes señalan como primera) o ‘La bella Nerea’. Juan Sansano militó siempre en el conservadurismo, aunque su progresivo desencanto de la política, más bien de los políticos, del politiqueo, le haría bandear entre tradicionalismo y republicanismo.
Colaboró en ‘El día’, hasta que lo adquirió y lo dirigió
Propietario y director
Comenzó sus primeros titulares, entradillas, ladillos (los titulines entre textos, generalmente justificados a un lado; sin duda, ya lo traía aprendido como tipógrafo) y cuerpos de texto muy en serio bastante pronto: en ‘El diario de Murcia’ (1879-1903). Y se lanzó al periodismo sin freno, aportando donde podía, que acabó siendo mucho. En ocasiones ocurría como en ‘El día’, diario alicantino operativo entre 1915 y 1937.
Empezó colaborando en el rotativo, hasta que lo adquirió y acabó por dirigirlo. Esto hizo que la publicación virara del liberalismo a un claro conservadurismo. Con todo, como ya se dijo, el periodista oriolano, que por entonces ya había publicado obras como ‘De mis andanzas por la vida’ (1916), ‘Jávea’ (1920) o la tantas veces citada ‘Canciones de amor’ (1931), ‘ofrenda’ a otros poetas, como Miguel Hernández, estaba cansado del politiqueo.
Delegado de prensa
Ello no quitó para que, afiliado a la Falange, tras la Guerra Civil (1936-1939) fuera nombrado delegado de prensa del partido instrumentalizado por Franco (1892-1975) para iniciar su régimen. Dirigiría incluso, durante una temporada, el ‘Arriba’ (1935-1979), fundado por José Antonio Primo de Rivera (1903-1936), creador también de la Falange. Se retiró a Alicante capital, a su casa en el céntrico (cercano al ayuntamiento) pasaje de Amérigo, hoy propiedad de un hotel.
Nacía un 30 de septiembre y fallecía allí, por insuficiencia cardiorrespiratoria, un 19 de enero. Había hecho tanto por su Orihuela natal como por su adoptivo Alicante urbano que ambas ciudades se volcaron en su memoria. En la actualidad, la ciudad capitalina le tiene dedicada una calle en la barriada de Los Ángeles. Posiblemente a Sansano le hubiera gustado saber que su vial está cruzado por el de la poeta Rosalía de Castro (1837-1885).