El día en el que coinciden en la Universidad de Alicante los actos de celebración del Día Internacional de los Derechos del Niño (día 20 de noviembre) con el Día del Dietista-Nutricionista (día 24 de noviembre), se ha dado a conocer un informe en el que se evidencia el impacto que tiene el cuidado de los abuelos en la alimentación infantil, específicamente en el riesgo de sobrepeso y obesidad. Se trata de una reciente investigación llevada a cabo por Dimitris Christelis, de la Adam Smith Business School en la University of Glasgow, y Alba Sóñora Noya, doctora del Departamento de Fundamentos de Análisis Económicos de la Universidad de Alicante (UA), que se encuentra ocupando una plaza de investigadora postdoctoral en la University College London (UCL).
Este estudio, basado en datos del Millennium Cohort Study del Reino Unido, revela que los niños bajo el cuidado regular de sus abuelos tienen un 10% más de probabilidad de desarrollar sobrepeso u obesidad, en comparación con aquellos que no son cuidados por sus abuelos. Aunque el informe se ha llevado a cabo sobre la población del Reino Unido, los investigadores consideran que son extrapolables a España donde los hábitos analizados son similares.
En este sentido, los científicos consideran que hay varios factores detrás de este aumento en el riesgo de obesidad. Entre ellos, destacan las prácticas alimentarias tradicionales que mantienen algunos abuelos, como la creencia de que «cuanto más grande, mejor», lo que les lleva a ofrecer porciones de comida más grandes o permitirles productos procesados con alto contenido en azúcares como recompensa. Además, la edad y posibles problemas de salud de los abuelos pueden limitar la actividad física que realizan con sus nietos, reduciendo así el tiempo que los niños pasan en movimiento.
En el estudio se establecen criterios de análisis como la distancia del domicilio del menor con la residencia de los abuelos, y certifica que a mayor cercanía existe un incremento del riesgo de sobrepeso en los menores. Los cuidados de los menores a cargo de sus abuelos, en un alto porcentaje, se produce en casos de rentas más bajas, donde la madre y el padre disponen de menos medios y poco tiempo para atender a sus hijos. La proximidad entre ambos domicilios facilita este contacto y esta mayor presencia de hábitos alimenticios menos saludables a instancias de sus abuelos.
En España, la Gasol Foundation cifra en un incremento del 8,3% el número de casos de obesidad infantil en los últimos 20 años. Por su parte, el Estudio Aladino de 2023 realizado por el Observatorio de la Nutrición y de estudio de la Obesidad de la Agencia Española de la Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, recoge en su informe una prevalencia del exceso de peso en escolares del 36,1%, aunque el dato mejora en 4,5 puntos porcentuales con respecto al periodo 2009-2013.
El estudio, titulado ‘Grandparents as Caregivers and Childhood Obesity: A Partial Identification Approach’, utiliza métodos innovadores de identificación parcial no paramétrica, lo que permite obtener resultados más sólidos y fiables al analizar la relación causal entre el cuidado de los abuelos y la obesidad infantil.
Implicaciones para la política pública
Este hallazgo subraya la importancia de incluir a los abuelos en las políticas de salud pública orientadas a combatir la obesidad infantil. Las campañas de educación nutricional, que tradicionalmente han estado dirigidas a padres y colegios, deben expandirse para abarcar a los abuelos, quienes juegan un rol crucial en el desarrollo de hábitos alimenticios y de actividad física en sus nietos.
El estudio también señala que, dado el incremento en la esperanza de vida y los cambios en las dinámicas laborales, los abuelos desempeñan un papel cada vez más importante en la vida de los niños, lo que refuerza la necesidad de una mayor atención a su influencia en la salud infantil.
El cuidado de los abuelos es un recurso invaluable para muchas familias, pero esta nueva investigación sugiere que debe ser acompañado de una mayor concienciación y educación sobre la nutrición infantil y los hábitos de vida saludables. Incluir a los abuelos en estos esfuerzos puede ser una pieza clave para reducir la prevalencia de obesidad en la niñez y, en consecuencia, mejorar la salud futura de las nuevas generaciones.