Las esperadas obras de rehabilitación del Palacio Consistorial de Villena toman velocidad, y a finales de año la ciudad recuperará los usos como edificio público para alojar al Ayuntamiento. Este palacio renacentista del siglo XVI fue cerrado en 2019 por problemas estructurales. Su rehabilitación comenzó en diciembre tras sufrir diferentes percances, como la pandemia o la enorme inflación de precios provocada por la Guerra de Ucrania, que obligaron a retrasarlas.
Este inmueble, declarado Bien de Interés Cultural, dispondrán finalmente de un presupuesto de 1,8 millones de euros, que tendrán como objetivo prioritario asegurar la estructura del edificio y garantizar su seguridad. La rehabilitación integral del Palacio Consistorial acometerá además una redistribución de espacios y una mejora de accesibilidad y eficiencia energética.
Clausura del edificio
Durante la primavera de 2017 una Inspección Técnica de Trabajo impuso al consistorio la elaboración de un plan de emergencia y evacuación, y el desalojo de todas las dependencias de la segunda planta del edificio debido a los problemas estructurales detectados. El deterioro de los cimientos del palacio obligó a trasladar departamentos y servicios municipales como Alcaldía, Intervención, Tesorería o los despachos de los grupos políticos a nuevas dependencias municipales.
Tan sólo la planta baja se mantuvo en activo con el Museo Arqueológico, el Servicio de Atención a la Ciudadanía y el Archivo Municipal, aunque no por mucho tiempo. En el año 2019, las primeras evaluaciones previas a la redacción del proyecto de rehabilitación certificaron el mal estado de algunas dependencias, como el Archivo, determinando el desalojo y cierre definitivo del edificio.
El edificio, tras una inspección de trabajo en 2019, fue clausurado debido a los problemas estructurales detectados
Joya del Renacimiento valenciano
La construcción del Palacio Municipal de Villena data de principios del siglo XVI y su desarrollo va ligado a la Iglesia de Santiago, ya que fue construido inicialmente como Casa Abadía por Pedro de Medina, heredero de una de las familias hidalgas de nuestro municipio. Adoptó la tipología de palacio urbano como muestra del poder de la familia Medina en nuestra ciudad, y su estructura original se ha conservado hasta nuestros días.
Fue construido por un discípulo del artista Miguel Ángel, conocido como Jacobo ‘Florentino’, por haber trabajado junto al genio italiano en Florencia. En 1576 el edificio fue adquirido por el Concejo de la ciudad para su uso como Casas Consistoriales. Una joya del Renacimiento valenciano que, además de sede del Ayuntamiento, ha sido empleada como cárcel y depósito de pan.
Retrasado por la covid y la inflación de precios vivida, el proyecto tiene un presupuesto de 1,8 millones de euros
Transformaciones históricas
Este simbólico edificio, instalado en el corazón del casco antiguo de la ciudad, ha sufrido diferentes reformas a lo largo de su historia, que le han llevado a tener la imagen que en los últimos años se puede apreciar. La primera reforma fue como consecuencia de los desperfectos ocasionados durante la Guerra de Sucesión en 1711. El arquitecto encargado fue Cosme Carrera, responsable del toque barroco que el edificio vivió con el entablamento en forma curva de la ventana del balcón situado en el flanco izquierdo de la fachada.
A mediados del siglo XX se restauró el patio central, y la fachada se amplió en la parte superior para instalar servicios municipales de relevancia; obra que con el paso de las décadas hizo resentirse a la estructura, debido al aumento de peso que debía soportar un edificio que en 1968 fue declarado Monumento Histórico Nacional, acogiendo entre sus muros al Museo Arqueológico con el Tesoro.
Asegurar la estructura, mejorar la accesibilidad y adaptar las dependencias a los usos actuales son los objetivos
Aseguramiento de la estructura
Como bien recalcaban los responsables de la obra, tras la visita a las mismas del alcalde Fulgencio Cerdán, “el objetivo principal es asegurar la estructura”. Para ello se realizarán intervenciones que garanticen la estabilidad y seguridad, en un edificio que lleva cerrado desde el año 2019 debido a su deterioro estructural.
También se acometerá una redistribución de espacios con la intención de adaptar las áreas interiores del inmueble, con el propósito de optimizar su uso como sede del Ayuntamiento. Con ello mejorarán la funcionalidad y eficiencia de las dependencias municipales, buscando un equilibrio entre esto y la belleza del edificio.
Mejora de la accesibilidad
La accesibilidad universal se plantea como filosofía para un edificio de uso público, lo cual supone todo un reto en la rehabilitación de este palacio del siglo XVI. Se va a construir una pasarela metálica ligera, que unirá las oficinas generales del Ayuntamiento con la escalera de evacuación de incendios de la Casa de Cultura, la cual colinda con el inmueble.
Se acometerán trabajos de limpieza en piedra en el pórtico, así como trabajos de restauración de las puertas de madera. En las fachadas del edificio se realizarán actuaciones puntuales que afectan a su imagen exterior, como son el cambio de carpintería en la segunda planta.
Este proyecto de rehabilitación, cuyo presupuesto final asciende a 1,8 millones de euros, incluye, además, la actuación en las bóvedas del sótano para hacerlas accesibles y visitables. De esta forma aumenta el interés turístico de un edificio que a finales de año será completamente nuevo, pero sin perder la esencia que lo hace único.