Entrevista > Fuencisla Juan / Atleta (Crevillent, 6-septiembre-1972)
Con una frase tan contundente como “el atletismo, el deporte, me ha hecho mejor persona” iniciamos la conversación con Fuencis Juan, quien su vida estaba destinada a la música, concretamente hacia la disciplina de soprano lírica.
Sin embargo, no fue hasta los treinta y dos años cuando empezó a practicarlo, en parte porque “antes no era necesario, estábamos todo el día fuera, saltando, yendo en bicicleta, haciendo deporte de otra manera”.
Tuvo hijos, inició una vida entre comillas menos activa, “centrada en la familia y el trabajo”, hasta que sufrió una complicada operación. Decidió entonces hacer un cambio, el que le iba a proporcionar correr, sobre todo en el campo, “donde me siento libre”.
¿Cómo te iniciaste en el atletismo?
Después de recuperarme de una dura operación me apunté a un gimnasio, aunque eso pronto se me quedó corto. Necesitaba que me diese el aire y una tarde de noviembre -de 2004- me fui a correr ¡con unas deportivas de paseo!
«Comencé a correr un noviembre y ese diciembre ya participé con buena marca en la San Silvestre»
¿Aguantaste mucho?
Apenas ocho minutos, ¡que me parecieron eternos! (ríe). No desistí y al día siguiente volví, me gustó y correr me generó curiosidad. A las tres-cuatro semanas aguantaba veinte, cruzándome con corredores semiprofesionales.
Llegó diciembre y un amigo, Enrique Manchón, me apuntó a la San Silvestre de Crevillent -en aquel año, 5,6 km- completando una buena marca.
Y quisieron ficharte.
Los dos clubes de la localidad, Marathon y Atletisme. Opté por el primero, al indicarme que les faltaba una chica para las competiciones de cross. Les decía “¡si no sé correr!”, pero les dio igual: empecé a entrenar y me cambió la vida.
Seguidamente hice muchísimas amistades, que conservo, y he participado en un sinfín de pruebas, logrando diversas medallas -en mi categoría- a nivel nacional, en Granollers, Antequera, Cartagena… Asimismo, bronce en un europeo disputado en Vic.
¿Cuál es tu especialidad?
Comencé en medias maratones, comprobando acto seguido que no me agrada el asfalto. Soy más de campo, el cross, que es durísimo, pero me fascina: me siento libre y me divierte, mientras la carretera es sumamente aburrida.
«La disciplina y el compañerismo son algunos de los valores que me ha proporcionado el atletismo»
¿Eres competitiva?
Uf, antes lo era muchísimo más, salía a matar, esprintando desde la salida, sin conocimiento. Después bajaba el ritmo, para soportarlo mejor. En cada carrera lo daba todo, ¡y más! Mi forma de afrontar las competiciones varió hace diez años.
¿Por alguna razón en especial?
Me divorcié, lo pasé francamente mal, y me afectó en todos los sentidos. Dejé a mi entrenador y quise tomármelo con más calma -que fuera una distracción-, aunque curiosamente las victorias siguieron llegando.
Tiempo después me volví a casar con un compañero de atletismo, Pascual Pérez Alfonso, conocido corredor local.
¿El atletismo te ha aportado valores?
Muchísimos. El primero, disciplina, que después he podido aplicar en mi familia, trabajo y vida en general. Antes, de adolescente, era una cabra loca, rebelándome ante la rigidez que marcaba mi padre.
Este deporte me ha brindado mucho compañerismo y me relaja de una forma casi inmediata. En definitiva, me ha hecho mejor persona.
«Mi vida estaba predestinada a la música, formándome como soprano lírica, pero me quedé embarazada…»
Pese a ser un deporte muy mental.
Precisamente por eso, la soledad que te da es muy buena, te permite encontrarte contigo mismo. Disfruto muchísimo, alejada del bucle diario que nos arrastra, con tanto estrés, consumismo, pantallas y redes sociales.
En Crevillent tenemos unas fantásticas montañas, de las mejores de la provincia, y correr por ellas es una maravilla.
¿Qué resultado obtuviste en la última San Silvestre?
Quedé cuarta local, entre las crevillentinas, primera en mayores de cincuenta años y en una posición cercana a la cien en global, contando también los chicos. Fue una muy buena carrera.
El mes pasado también participé en el 10K de València, finalizando sexta en mi categoría y con una marca excepcional, ¡hacía diez años que no bajaba de cuarenta minutos!
Dinos tu próximo reto.
El 10K de Bilbao, que se celebrará a principios de marzo. He vuelto a contar con preparador, Javier Poveda, que me exige bastante: los entrenamientos duran un global de hora y media, entre calentamiento y series, pero los resultados están ahí.
Igualmente intento cuidarme más en la alimentación, descansar más y mejor; he comenzado con las pesas, que son determinantes para poder mantener el ritmo en carrera.
¿Tienes otra gran pasión?
La música. Nací con ella, gracias a mi padre y abuela que cantaban extraordinariamente bien. Estuve más de dos décadas estudiando para soprano lírica, me quedé en estado faltándome un año para terminar y tuve que dejarlo.
Quise regresar años después, pero es un mundo muy complicado, en el que es incompatible tener familia debido a los viajes, las ausencias.