Entrevista > Andrés Contreras / Ciclista y escritor (Caracas, Venezuela, 1990)
Andrés Contreras es más que un ciclista: su historia de superación tras el fatídico accidente que conmovió a la sociedad javiense y valenciana le ha convertido en un símbolo de resiliencia. Este superviviente y escritor es un ejemplo vivo de cómo seguir pedaleando contra la adversidad. Ahora comparte su experiencia de lucha y un mensaje de esperanza, el cual queda plasmado en su libro, ‘Supervivencia sin límites’.
¿Cuándo decidiste convertir tu historia en un testimonio escrito y qué te llevó a dar ese paso?
Siempre ha sido una historia muy potente y veía que a mucha gente le interesaba. Al ser una historia que podía enseñar educación vial y otras lecciones, pensé que era útil abrirla a más personas para que quedara recogida y la pudieran leer. Se me dio la oportunidad y lo comencé a hacer.
Sufriste lesiones muy graves, con fracturas de tibia, fémur y hematomas cerebrales que te han dejado secuelas. ¿Cómo ha sido enfrentarte a ese proceso de rehabilitación?
Ha sido muy complicado. Cuando subí a planta empecé un proceso de recuperación de muchas horas: tres en el fisio y cuatro en el gimnasio cada día durante un par de años, intentando después hacer una vida normal. Además, tengo lesiones cerebrales neuronales graves y convivo con ellas de por vida.
Además de la parte física, sufriste la pérdida de tu padre y de dos compañeros. ¿Qué sentiste en esos primeros momentos?
Fue un shock. Ni siquiera lloré la pérdida de nadie porque no sabía cómo reaccionar. Luego cerca del año del accidente comencé a llorar mucho. Después toca convivir con la ausencia de mi padre, no recibir sus consejos diarios y aprender a vivir con ese recuerdo tan duro.
«Ni siquiera lloré la pérdida de nadie porque no sabía cómo reaccionar»
¿Qué apoyos te ayudaron a superar, si es que se supera, ese trauma emocional?
Al principio, las herramientas que tenía eran la educación que me habían dado y mis vivencias. Con esas pocas lecciones de vida, decidí seguir adelante. Tenía dos opciones: quedarme en una cama postrado llorando o luchar. Opté por luchar.
¿De qué forma te ha ayudado la escritura a procesar el duelo y los momentos más duros de la recuperación?
Escribir un libro ayuda a sacar los sentimientos que llevas dentro y a curar. Fue un proceso muy sanador.
Tengo entendido que involucraste a tu madre, a tu mujer y a tu abuela para incluir diferentes perspectivas. ¿Cómo fue ese ejercicio de memoria colectiva?
Lo hice mediante entrevistas. Hablé con mi madre, mi mujer y mi abuela para recopilar recuerdos. Para mí es bueno recordar, aunque a veces duela. Fue duro revivir todo, pero quería plasmarlo y que la gente lo conociera.
La conductora fue condenada a tres años y nueve meses de prisión. ¿Qué sentimiento te produjo esa resolución judicial?
En sí es un éxito, porque se le impuso la pena máxima, que son cuatro años. Pero da rabia porque estuvo un año en preventiva y, tras varias circunstancias, cumplió dos años por matar a tres personas. Eso es muy poco.
«Tenía dos opciones: quedarme en una cama postrado llorando o luchar, y opté por luchar»
Desde entonces ha habido algunos cambios en materia de seguridad vial. ¿Crees que son suficientes para evitar tragedias similares en el futuro?
Estuvimos presionando con la campaña ‘Por una ley justa’. Se renovaron puntos importantes en seguridad vial, pero siempre queda algo por mejorar. Existen atropellos que acaban archivados, y eso no debería suceder. No sé qué más leyes cambiaría, pero hay cosas que siguen sin resolverse.
¿Qué mensaje darías a quienes se toman a la ligera el conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas?
Que piensen en la responsabilidad de sus actos porque pueden causar muertes, no solo la suya, sino la de otras personas. En la carretera tenemos que convivir todos, y salir bebidos o drogados es muy peligroso.
Tu libro habla de la importancia de valorar lo que se tiene, incluso en los peores momentos. ¿Qué consejo darías a alguien que afronta un proceso de recuperación duro, sea físico o emocional?
Que tenga esperanza, porque al final del túnel siempre hay luz. Hay que marcarse pequeñas metas y esforzarse cada día para llegar a un objetivo mayor. Con trabajo, paso a paso, se pueden superar muchos obstáculos.
«Se renovaron puntos importantes en seguridad vial, pero siempre queda algo por mejorar»
¿Cuál es el papel que juega la gratitud en tu proceso de reconstrucción personal?
Como explico en el libro, enseña a ser agradecidos y a valorar lo que tenemos. Esta historia me ha mostrado la importancia de hablarse bien a uno mismo y de la resiliencia para seguir avanzando.
¿Sigues montando en bicicleta?
Sí, aunque me da respeto salir a la carretera, porque hay conductores que no tienen cuidado con los ciclistas. Aun así, no hay que vivir con miedo. Lo que nos pasó fue un caso entre millones, y si me rindo, dejaría de disfrutar de algo que me apasiona.
¿Te gustaría dejar algún mensaje a los lectores de Xàbia que te han seguido en este proceso?
Agradecer a los médicos, celadores y fisios que cada día dan vida a sus pacientes, y a la policía que nos cuida en la carretera. Que quienes tengan familiares en procesos duros los apoyen, porque ese calor de los cercanos es fundamental para salir adelante, tal y como lo viví yo.