El comercio minorista afronta un importante reto de recuperación tras el duro golpe de octubre de 2024. La iniciativa ‘El comercio salva al comercio’, impulsada por la Confederación del Comercio de la Comunitat Valenciana, pretende agilizar la reactivación de los negocios afectados y contribuir a que vuelvan a abrir sus puertas cuanto antes.
En localidades como Alfafar, donde muchos establecimientos se ubican en plantas bajas, la intervención de este proyecto solidario supone una ayuda para decenas de comerciantes que tratan de retomar su actividad pese a los daños materiales y las dificultades económicas.
Viejas fórmulas, nuevos tiempos
La campaña nace con una clara vocación solidaria e inspirada en un precedente histórico: la creación de sellos tras la riada de 1957 que sirvieron para financiar en parte las obras del Plan Sur. En aquella ocasión, el uso masivo de correo postal permitió recaudar fondos que resultaron decisivos para desvincular el río Turia de su antiguo cauce.
Hoy, con hábitos de consumo muy distintos, se ha optado por las bolsas solidarias, sabiendo que cualquier compra incluye habitualmente la pregunta de si el cliente necesita una bolsa. En este caso, quienes participen pueden adquirir una específica diseñada para la acción benéfica, a un precio simbólico de un euro. La recaudación íntegra, gestionada a través de Confecomerç y la colaboración de otras entidades, se destina a la recuperación de establecimientos comerciales perjudicados por las inundaciones.
Ya se han recaudado cerca de 50.000 euros
Colaboración popular
La bolsa solidaria, conocida popularmente como ‘la bolsa de la DANA’, constituye una vía de recaudación directa y accesible, ya que cualquier pequeño comercio puede adherirse e invitar a sus clientes a colaborar.
Así mismo, los creadores de la iniciativa han previsto que grandes superficies y cadenas de distribución puedan sumarse, bien utilizando la misma bolsa o bien incorporando un logotipo con el lema de la campaña en su propio embalaje habitual, siempre que realicen una donación al fondo común. Este mecanismo contempla diferentes modalidades de participación, con contribuciones adaptadas al tamaño y a la capacidad de cada empresa.
Aparte de la bolsa, la iniciativa contempla la posibilidad de incluir un sello identificativo en envases de productos de consumo masivo, como latas, bolsas de aperitivos o cajas de alimentos, de modo que marcas nacionales o incluso internacionales puedan adherirse sin alterar su imagen corporativa.
La campaña está inspirada en la creación de sellos realizada en 1957
Toda ayuda es importante
De este modo, cualquier unidad vendida puede generar un microdonativo orientado a paliar los efectos de los destrozos y a apoyar la reapertura de establecimientos. Se dispone, además, de la opción de efectuar aportaciones directas en la cuenta habilitada a través de la Fundación CEOE, permitiendo que personas u organizaciones realicen donaciones puntuales o periódicas.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los comercios es el coste de reparación y reacondicionamiento de los locales. En muchos casos, los seguros y las ayudas oficiales cubren solo una parte de los daños, ya que el promedio de inversión requerido para reabrir un establecimiento supera ampliamente la cuantía de las indemnizaciones públicas.
Para pequeños negocios familiares, asumir un gasto tan elevado puede suponer la renuncia a retomar la actividad. De ahí que la campaña ponga el acento en la urgencia de movilizar la solidaridad colectiva y de no olvidar que, aunque las cámaras ya no estén en la zona y las tragedias tiendan a ser relevadas por otras noticias, persisten cientos de tiendas y bares con graves dificultades para volver a la normalidad.
Por un euro puede comprarse la bolsa solidaria
Transparencia
A fecha reciente, la plataforma web asociada a ‘El comercio salva al comercio’ ha recaudado una cantidad significativa, cercana a los 50.000 euros. Dado que la iniciativa no tiene una fecha de caducidad, es de esperar que dicha cifra vaya aumentando conforme se mantenga activo el llamamiento a empresas, distribuidores y público final.
El portal oficial ofrece un apartado de transparencia para que cualquier persona pueda consultar el saldo recaudado y el destino de los fondos. Además, se informa de los criterios de asignación, con la intención de garantizar la máxima objetividad y priorizar a quienes han resultado más perjudicados.
Según los datos que manejan, más de ocho mil comercios se han visto afectados, y cerca del setenta por ciento presenta daños de importancia. A muchos les ha resultado imposible reabrir o solo han podido hacerlo en condiciones muy precarias.
El pueblo salva el comercio
La campaña se perfila como un ejemplo de cómo la colaboración entre el sector privado, las asociaciones de comerciantes y la ciudadanía puede paliar las secuelas económicas que todavía tenemos en la retina. La iniciativa no solo aspira a recaudar fondos, sino también a sensibilizar sobre la importancia del comercio de proximidad en el tejido social y laboral de la zona.
Para municipios como Alfafar, con un entramado de pequeños comercios y locales de hostelería a pie de calle, la campaña representa una oportunidad de unir fuerzas y devolver a los negocios su papel activo en la vida cotidiana del municipio. Se trata, en última instancia, de recordar que cada bolsa vendida o cada donación es un paso más hacia la recuperación de los establecimientos que dan vida y personalidad a nuestras calles.