Entrevista > José Mª Herranz de la Casa / Periodista y profesor universitario (Elda, 13-mayo-1973)
José Mª Herranz de la Casa es uno de esos muchos eldenses que triunfan lejos de nuestro municipio. Abandonó Elda con dieciocho años para estudiar periodismo en la Universidad Complutense de Madrid -esfuerzo de sus padres que agradece-, antes de trabajar unos años en ‘Marca’, “cuando éramos los números uno en España, a finales de los 90”, apunta.
Sobrino del mítico José Ángel de la Casa, todo un referente para el colectivo tras tantos años en RTVE, nos explicará asimismo su estado de salud. “Nunca alardeé que mi tío era famoso ni mucho menos intenté aprovecharme de su posición”, se sincera, empleando únicamente su primer apellido. “Demostraba mi valía a través del trabajo”.
Docente durante muchos años -con un excelente currículo-, ahora es el decano de la Facultad de Comunicación de Castilla-La Mancha, en Cuenca, responsabilidad que abandonará en abril. Sin embargo, pronto optará al grado de catedrático, “defendiendo la plaza en los próximos meses”.
«El periodismo deportivo me encantaba, hasta que comencé a conocer sus diferentes entresijos»
¿Tu tío fue una inspiración para ti?
Sin duda. Las personas que tienes a tu alrededor son los que, de alguna manera, te inspiran e influyen, marcándote un poco el camino. De hecho, mis primeras prácticas fueron en ‘Marca’, trabajando allí tres años más.
Siempre me gustó el deporte, incluso practicarlo, y disfrutaba con esa rama del periodismo, hasta que conocí un poco los entresijos, pues por ejemplo había que hacer todos los días diez páginas del Real Madrid y cinco del Atlético, ¡y no hay tanta información! Ves entonces que es otra cosa distinta, aunque la experiencia fue muy importante y representativa.
¿Cómo está precisamente José Ángel?
Sufre Parkinson, que como sabemos es una enfermedad degenerativa que, paulatinamente, va consumiéndole.
Finalizada tu etapa en ‘Marca’, ¿cuál fue tu siguiente paso?
Estuve un año en ‘barbecho’ realizando cursos, y de ahí salté a la docencia, casi por casualidad, pues un compañero me comentó que se buscaban profesores en la Universidad Católica de Ávila, donde empecé a dar clases, inicialmente de asignaturas relacionadas con la ofimática (Word, Excel…).
Poco después surgió la posibilidad de dirigir y gestionar el gabinete de comunicación, ya que anteriormente había hecho cursos de esa especialización. Primero fui responsable y, seguidamente, adjunto.
«En abril finaliza mi mandato como decano de la Universidad y no voy a presentarme a la reelección»
Hasta que presentas la tesis.
En 2006, pasando a la Universidad Europea Miguel de Cervantes, ubicada en Valladolid. Allí sí pude impartir formación de periodismo, además de nuevamente ser responsable del gabinete de comunicación.
Ahora ocupas un cargo relevante en otra universidad.
Pero previamente sucedieron muchas situaciones, como mi despido de la Miguel de Cervantes en 2012, en julio y sin un motivo aparente. Apareció en esos meses una vacante en la Universidad Pública de Castilla-La Mancha e hice la solicitud, logrando la plaza ese mismo octubre.
Fue un año contradictorio, porque en enero de 2012 había nacido mi hijo Samuel y después hubo cambios sumamente relevantes en mi vida laboral.
¿Cómo te haces decano?
Hace cuatro años, saliendo de la pandemia, me presenté al decanato, logrando ser el decano de la Facultad de Comunicación. Pronto finaliza mi mandato, el próximo mes de abril, y mi intención es no presentarme a la reelección, por el desgaste del día a día.
«Los alumnos muestran un menor nivel de atención y comprensión, demasiado influenciados por las redes»
¿Qué función desempeñarás entonces el curso que viene?
En la universidad, además de ser docentes, de dar clases, también investigamos. Durante estos años he dejado de lado este campo, que retomaré. Asimismo, este mismo año he conseguido la acreditación para catedrático, el grado máximo que se puede alcanzar a nivel académico.
Este reconocimiento significa que mis méritos y liderazgo se han ido acumulando a lo largo de los años. Por ahora nosotros solo tenemos un catedrático.
¿Cuál es el nivel de los alumnos actuales?
Debemos tener en cuenta que las generaciones cambian. Además, todos los cursos aprecio esa evolución y es verdad que, en ciertos aspectos, como el nivel de comprensión lectora, atención o conocimiento de la actualidad, es más bajo.
Lo que intentamos, en estos cuatro años que pasan en nuestras aulas, es ir reforzando todo eso, con ayuda de antiguos alumnos, muchos de ellos ya ubicados en el mercado laboral.
La motivación que teníamos generaciones anteriores, con el deseo de hacer prácticas en verano -estar constantemente en algún medio-, se está perdiendo.
¿Demasiado influenciados por las redes?
En parte las redes sociales están desvirtuando el trabajo periodístico, comunicativo. Le dedicamos ahora menos tiempo a la lectura pausada y mucho más al impacto constante.
Sin duda, la profesión está en un momento crítico y clave, porque la desinformación cada vez es mucho mayor. Necesitamos periodistas que nos digan exactamente cuáles son las verdaderas fuentes de información. ¡Precisamos más referentes!