La ilusión desmesurada de unas estudiantes por el deporte, en este caso el balonmano, hizo que se constituyera casi de inmediato un equipo -una sección del colegio Carmelitas Crevillent-, al que le sumaron más, hasta los siete actuales.
Todo comenzó cuando el 8 de febrero de 2022 José Gil Fernández se incorporó al centro como profesor de Educación Física. “Las chicas se enteraron que había sido jugador y vinieron a preguntarme si era posible crear un equipo”, recuerda.
Gil Fernández compitió en diversos clubes de Primera Nacional y estuvo cerca de ascender a Primera División Plata. Asimismo, es conocedor de la gran tradición que existe en la provincia, con grandes talentos, “sobre todo en nuestra zona”.
Las siete valientes
Fueron un total de siete alumnas las que insistieron, confundidas algunas con el vóley. El mentor se mostró inicialmente reticente -por las evidentes dificultades, pues nunca habían jugado-, pero a los pocos días “¡ya eran doce!, entonces todas en Sexto de Primaria”. Como era de esperar, los comienzos fueron sumamente complicados.
“Celebramos los primeros amistosos, con muchísimas ganas, pero los resultados fueron anecdóticos, por decirlo de algún modo”, apunta el coordinador. Les prohibía saber el marcador, con objetivos reales, como robar cinco pases o llegar a lanzar al portero.
El esfuerzo y sacrificio en los siguientes meses, con entrenamientos intensos, tuvo sus frutos, como indica la capitana del cadete, María Sánchez. “Aprendimos que un equipo debe saber serlo, especialmente en los malos momentos”, indica, “así como disfrutar de los buenos, los que ayudan a fortalecer la amistad entre nosotras”.
Tras unos complicados inicios, el esfuerzo y sacrificio hizo que formaran conjuntos muy competitivos
Ser un equipo
“Formar parte de un equipo es mucho más que jugar los partidos o entrenar, sino los valores que nos transmitimos unas a otras”, reflexiona la ‘capi’. Ese aprendizaje lo han adquirido de los entrenadores, “que nos han ido guiando para entender qué es un conjunto”, y aunque les queda mucho por aprender, prosigue, están muy orgullosas de lo logrado hasta ahora.
Abiertas a recibir compañeras de otros colegios, en la liga de este año, recién finalizada, concluyeron cuartas. “La pasada temporada sí fuimos campeonas provinciales de Nivel 2, quedándonos en la prórroga contra el Petrer a un gol de disputar el autonómico”, suspira.
La implicación de los padres resulta fundamental, dispuestos a ayudar siempre, en cualquier aspecto
Los técnicos
A día de hoy Carmelitas Crevillent cuenta con siete equipos entre ambos sexos (uno prebenjamín, dos benjamines, dos alevines, uno infantil, el único que disputa el Nivel 1, y uno cadete). “Es muy duro porque competimos contra clubes no dejando de ser un colegio”, argumenta Gil Fernández, antes de manifestar, orgulloso, que el próximo curso tendrán el primer equipo federado.
El nivel tanto en chicos como en chicas, donde hay más, es “bastante alto”, gracias a la labor de los seis entrenadores. Acompañando a José están Javier Hurtado (prebenjamín), el jovencísimo Diego Miralles -que le ayuda con los benjamines y alevines-, Borja Gómez Ballester (infantil), que obtuvo el título de entrenador, y David Pastor (cadete).
“No puedo olvidarme de Sergio Medina, preparador de todos los porteros, una posición muy específica”, comenta el propio José, quien muestra una gran empatía con todos sus pupilos. “Ahora saben que no todo es sencillo, y pese a que en ocasiones pienso que no me escuchan, ¡sí lo hacen!” Opina que son grupos increíbles, donde ha sido básico el apoyo de las familias.
No son un club, sino un colegio con las dificultades que conlleva, y juegan de locales en el Félix Candela
Implicación de los padres
El comportamiento de los padres, confiesa el profesor, está siendo “ejemplar”. En este sentido, “nos han apoyado desde el minuto uno, para todo”, como los desplazamientos, muchos de ellos a Benidorm, Calpe, Altea…
“Si se necesitaban tres coches, han aparecido ¡ocho o nueve!, porque todos quieren ir a ver jugar a sus hijos o nietos”, remarca. “Sin ellos ni los patrocinadores hubiera sido imposible continuar”; ven cómo evolucionan e incluso algunos (una niña) ha sido convocada por la Selección Valenciana.
Pronto se conocerá el listado del combinado autonómico infantil y cadete, “y es posible que nos llevemos otras gratas sorpresas”, augura, sonriente.
Entrenamientos
Los días de entrenamiento van en función de las edades y categorías. Prebenjamines, benjamines y alevines practican en el colegio dos días a la semana, mientras las mayores -infantiles y cadetes- lo hacen cuatro días por semana, más el partido del sábado o domingo.
Al no poseer una cancha reglamentaria, compiten los encuentros como locales del Carmelitas Crevillent en el Pabellón Félix Candela.
Finalmente, Gil Fernández está convencido del buen futuro que les espera, asumiendo incluso la marcha de sus estudiantes a otros centros académicos. Lamenta, no obstante, “la falta de medios, con pocos entrenadores”, antes de rememorar los tiempos dorados de Crevillent en el balonmano, con un equipo en la máxima categoría masculina.