ENTREVISTA> Lourdes Sabater / Escritora (Petrer, 11-febrero-1954)
Un mundo que se mueve entre el realismo mágico y el costumbrismo. Ese es el espacio por el que transitan los personajes de la primera novela de Lourdes Sabater. Concebida como una trilogía, el universo que nos relata es deudor del legado de escritores de la talla de Gabriel García Márquez, al que la autora, nacida en Petrer, ha tenido muy presente para construir una obra llena de simbolismos donde la magia forma parte de la vida.
Después de un ensayo con el que buscaba dar respuestas a qué es lo que hay después de la muerte, la escritora cambia radicalmente de registro con ‘El niño que bailaba con la luna’ (Libros Indie), su primera incursión en la narrativa y publicada cumplidos los setenta años (“debo ser la escritora novel más mayor de la historia del panorama literario español”, nos dice entre risas).
Abogada y profesora de universidad, ya jubilada, Lourdes Sabater se sumerge de lleno en la literatura para ofrecernos una historia que transcurre en un lugar mágico denominado ‘el Pantano’.
«Hay dos estilos literarios: realismo mágico y costumbrismo»
¿Cómo le has dado forma a ‘El niño que bailaba con la luna’?
Es un libro que tiene dos estilos literarios: uno es el realismo mágico, más luminoso; y el otro es un estilo galdosiano, muy costumbrista. En él aparecen varios pueblos de nuestro entorno con otros nombres, entre ellos Dos Ermitas, que es Petrer, o La Posta, que es Elda.
Son dos mundos con distintas costumbres y distintas sociedades que en un momento dado se entrelazan. Un personaje protagonista en sí mismo y muy potente es el pantano, que es el que une toda la historia.
La acción transcurre en escenarios reconocibles de nuestro entorno que, aunque no aparecen con su nombre real, los podemos situar en pueblos mediterráneos. ¿Cómo influyen en el desarrollo de la novela?
Tenemos tanta historia aquí y tanta tradición que estos lugares bien merecían la pena un libro.
¿De qué forma surgió el universo de la obra?
Nació de mi infancia y de haber estado muy enferma muchos años en la cama. Viene de las historias que mi abuelo me contaba de pequeña sobre el pantano de Petrer. De hecho, siempre pensé que era un lugar imaginario como el reino de las hadas, pero no fue hasta que fui mayor cuando descubrí que era un lugar real.
«Esta historia forma parte de una trilogía»
Al hablar de realismo mágico nos viene inmediatamente a la cabeza el nombre de Gabriel García Márquez. ¿Cómo te ha inspirado la obra del Nobel colombiano?
Efectivamente, lo he tenido en todo momento en mente. De hecho, el pantano es como una especie de Macondo. Todo lo que me ha inspirado y me ha hecho soñar han sido ese tipo de estructuras mágicas, en especial las sudamericanas.
En mi libro hay historias tristes, dolorosas y amargas, porque no todo es felicidad en la vida y el mal siempre se enfrenta al bien. El enfrentamiento aquí entre el bien y el mal es poderoso, pero en realidad, el mundo que trascribe es luminoso y lleno de esperanza. También me ha servido de inspiración ‘La casa de los espíritus’, de Isabel Allende, y ‘Pedro Páramo’, de Juan Rulfo.
‘El niño que bailaba con la luna’ es el primer volumen de una trilogía que está pendiente de publicar. ¿Qué camino siguen los otros dos libros?
Son una continuación del primero y siguen la misma senda con los mismos personajes. El segundo lleva una investigación muy importante sobre la curación con hierbas y la producción de vino, y el tercero sobre pintura y el simbolismo de El Bosco y el puntillismo. Para sacarle todo el sabor a la trilogía hay que leer los tres porque los tres completan la historia.
¿Cuándo podremos leerlos?
Están ya acabados y a falta de que se publiquen. Todo lleva su recorrido, primero hay que explotar este, que marcha por la segunda edición, y luego ya veremos.
«Mi ilusión siempre había sido escribir una obra literaria»
Este libro es tu primera novela y lo has publicado cumplidos los setenta años. ¿Dedicarte a la literatura era una necesidad que tenías desde siempre?
Durante buena parte de mi niñez y adolescencia pasé una enfermedad que me tuvo postrada en la cama hasta que cumplí quince años. Fue precisamente ahí donde se creó todo el mundo que después empecé a escribir. Pasado aquello me casé muy joven, tuve tres hijos, y después me fui a estudiar Derecho a la universidad, donde me saqué la licenciatura en cinco años.
Al acabar, me inscribí en los cursos de doctorado de Derecho Constitucional y allí hice la tesis sobre la transexualidad, sacando un sobresaliente Cum Laudem.
Hasta los sesenta y cinco años compaginé mi trabajo en un despacho de abogados con las clases que daba en el CEU San Pablo de Elche y en la Universidad de Alicante. Por esa época publiqué un ensayo que me llevó siete años de investigación, con el título ‘La muerte no existe’, donde, a través de la ciencia, busqué las respuestas a qué es lo que hay después de la muerte. Un libro que para mí fue todo un desafío.
Y luego diste el paso a la narrativa.
Sí. Siempre he leído muchísimo y mi ilusión era jubilarme para poder dedicarme a escribir.
¿Dónde se puede comprar?
La primera edición se ha vendido en plataformas y la segunda se está vendiendo en la librería Castilla de Petrer. Ahora, estamos entrando en el tema de librerías y libreros, que es lo que más me gusta. En Elda lo vende la librería Martín Fierro.