Enclavada en el corazón de Sant Joan d’Alacant, la Torre Ansaldo es un símbolo del pasado y una pieza fundamental del patrimonio local. Construida en el siglo XVI, esta edificación formó parte de la red de torres defensivas de la huerta de Alicante, destinadas a proteger a la población de los ataques piratas procedentes del Mediterráneo.
A lo largo de los siglos, la torre ha resistido el paso del tiempo y se ha convertido en un emblema de la identidad santjoanera. Su reciente restauración y reconversión en centro cultural refuerzan su papel en la comunidad, consolidándola como un referente de historia, cultura y desarrollo local.
Orígenes y contexto histórico
Durante los siglos XVI y XVII, la costa y la huerta de Alicante sufrían frecuentes incursiones de piratas berberiscos. Para contrarrestar estas amenazas, la Corona impulsó la construcción de torres vigía y de refugio a lo largo del litoral y en puntos estratégicos del interior. La Torre Ansaldo fue una de ellas.
El linaje Ansaldo, de origen genovés, se estableció en la región a finales del siglo XIII, vinculándose a la expansión de la agricultura y el comercio. En este contexto, la torre cumplía una doble función: por un lado, servía como refugio en caso de ataques y, por otro, actuaba como residencia fortificada para la familia propietaria y los trabajadores de la finca.
A diferencia de otras torres de defensa más austeras, la Torre Ansaldo se integraba en una finca agrícola de gran extensión. Su estructura y ubicación daban fe del esplendor de la huerta alicantina, que en aquellos siglos se convirtió en un motor económico gracias al cultivo de viñedos, almendros y cereales.
Con el paso de los siglos perdió su función defensiva y se adaptó a nuevos usos
Arquitectura y características
La torre se levanta sobre una planta cuadrada y cuenta con tres niveles, culminando en una terraza que permitía la vigilancia del entorno. Construida en mampostería con refuerzos de sillería en las esquinas, la solidez de su estructura le ha permitido mantenerse en pie a lo largo de los siglos.
Un elemento distintivo de la Torre Ansaldo es la disposición de sus saeteras en las fachadas, pequeñas aberturas defensivas que permitían a los ocupantes disparar flechas o proyectiles en caso de ataque. La entrada original se situaba en altura y solo se podía acceder a ella mediante una escalera desmontable, un recurso defensivo muy eficaz en su época.
Junto a la torre se encuentra la antigua casa señorial, organizada alrededor de un vestíbulo con arcos de medio punto. Esta vivienda estaba adaptada para las necesidades de sus propietarios, con amplios espacios en la planta superior y una bodega en el semisótano, donde se almacenaban los productos agrícolas.
Formó parte de la red de torres defensivas de la huerta de Alicante
Evolución y restauración
Con el paso de los siglos, la Torre Ansaldo perdió su función defensiva y se adaptó a nuevos usos. En el siglo XX, la finca experimentó un progresivo abandono y deterioro, agravado por la venta de los terrenos a promotoras inmobiliarias en 1977. Durante años, la torre quedó en el olvido, amenazada por la especulación urbanística y la falta de conservación.
Afortunadamente, la sensibilización ciudadana y el reconocimiento de su valor patrimonial propiciaron su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) en 1996. Este estatus protegió el monumento y allanó el camino para su rehabilitación.
En 2020, el Ayuntamiento de Sant Joan d’Alacant puso en marcha un ambicioso plan de restauración con el objetivo de recuperar la torre y convertirla en un espacio cultural de referencia. Las obras incluyeron la consolidación de la estructura, la restauración de la mampostería original y la adecuación del entorno para facilitar su acceso y puesta en valor.
Actualmente alberga el Centro de Interpretación de la Huerta de Alicante y la Música
Un nuevo centro cultural
Tras su restauración, la Torre Ansaldo ha sido transformada en el Centro de Interpretación de la Huerta de Alicante y la Música, un espacio que combina la divulgación histórica con la actividad cultural. En sus salas se organizan exposiciones permanentes sobre el papel de las torres defensivas, los sistemas de riego tradicionales y la producción agrícola de la comarca.
El centro también acoge eventos culturales y educativos, como conferencias, visitas guiadas y talleres para escolares. Además, la rehabilitación ha permitido dotar a Sant Joan de nuevas infraestructuras para el desarrollo artístico, incluyendo salas de ensayo para la Orquesta Municipal y la biblioteca del futuro conservatorio de música.
La recuperación de esta torre no solo ha supuesto la conservación de un bien patrimonial, sino que también ha generado un espacio de encuentro y aprendizaje para la comunidad. Con este proyecto, Sant Joan reivindica su historia y refuerza su identidad local, apostando por la cultura como motor de desarrollo.
Legado que perdura
Hoy en día, la Torre Ansaldo es más que un monumento: es un testimonio de la evolución del municipio a lo largo de los siglos. Su supervivencia y su transformación en un centro cultural demuestran que el patrimonio no es solo un recuerdo del pasado, sino también un recurso para el presente y el futuro.
Gracias a la implicación de la ciudadanía y a la labor institucional, este emblemático edificio vuelve a estar al servicio de la comunidad. Cada visita, cada exposición y cada actividad que acoge la Torre Ansaldo refuerzan el vínculo entre los santjoaners y su historia, asegurando que este símbolo de resistencia y adaptación continúe siendo un referente en las generaciones venideras.