Entrevista > Carlos Gimart / Fotógrafo (València, 4-marzo-1993)
En 2016 se graduó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de València. Durante la carrera se dio cuenta de que le encantaba comunicarse y conectar con la gente. A principios de 2021 se compró su primera cámara y empezó a hacer fotos a personas.
Conversamos con Carlos Gimart, amante de la comunicación y artista, para conocer de cerca cómo terminó empuñando una cámara y participando recientemente en un proyecto solidario por los afectados por la DANA.
¿Cuál fue tu primera cámara?
Empecé hace cuatro años. He tenido dos. La primera fue la Sony A7 II y ahora estoy con la Sony A7 IV.
Ahora todo el mundo con el móvil se presupone que tiene una cámara… y parece que hacen las fotos solas a tenor de cómo las promocionan.
Para mí la cámara es una herramienta de trabajo. Las cámaras nuevas dan mucha nitidez… pero no es la flecha la que acierta o no… es el indio. Tengo cuatro años de experiencia y me voy dando cuenta de que eso es así.
«En los viajes hago ‘street-photo’, que consiste en captar momentos de la vida urbana»
Los móviles han dejado su función de llamada para potenciar su función fotográfica. ¿Qué nos dice eso?
Nos dice que vivimos en un mundo en el que la gente, cualquier persona que no sea fotógrafo profesional, quiere tener un supermóvil con calidad increíble. Pero yo para trabajar prefiero la cámara con sus objetivos variables que te dan acabados variables. El móvil es muy angular… en un ‘selfie’ si te lo acercas te distorsiona la cara. Los móviles, al ser pequeños, su objetivo es más angular.
¿Te decantas por algún estilo o campo de trabajo como fotógrafo?
Siempre he fotografiado personas. Es el estilo que más me gusta; en eventos, bodas, parejas… lo que aspiro es a captar las emociones humanas. Me gusta dirigir la pose, crear una composición interesante con la persona… en definitiva, dirigir.
Pero también me gusta captar momentos naturales. En los viajes hago ‘street-photo’ que consiste en captar momentos de la vida urbana y cotidiana de la gente sin que lo sepan. Como si fuera un espía.
¿Qué tiene la cámara fotográfica que no da otro arte?
Que capta un momento real. Algo que ha pasado. No es una ficción, aunque puede serlo en otros estilos. Documenta la vida: las risas, la alegría… no creas nada, captas esos momentos fijos que tienen una magia propia. Ver fotos 40 años después tiene un valor propio.
«El teléfono móvil es muy angular… en un ‘selfie’, si te lo acercas, te distorsiona la cara»
Como fotógrafo y especialista en temas de luz, ¿piensas que exageraba Sorolla con lo de la luz única que tiene la ciudad de València?
No sé si València tiene una luz especial. Puede que cada ciudad la tenga según su ubicación. Luego depende de la estación. La de aquí sin duda es muy brillante. Y casi todos los días son soleados en València.
Posee una luz muy fuerte. Hay mucho color. Cuando pega bien la luz en un objeto se verá muy colorido. Eso es lo que pasa aquí. Yo trato de hacer mis fotos al atardecer, me encantan esos colores que provoca.
Hablemos ahora de la agencia Ebun y de cómo, en beneficio de la Fundación Horta Sud, nace ese proyecto fotográfico solidario por los afectados por la DANA que se ha transformado en exposición.
Nace de la mano de Santi y Majo. Le conocía a él desde hace años por tener un amigo en común. Un día en mi piso vieron mi material fotográfico y les expliqué a qué me dedicaba. Cuando pensaron este proyecto solidario contactaron de nuevo conmigo.
Trasladan las situaciones de algunos cuadros de Sorolla a los escenarios de la devastación de la DANA, ¿es así?
Sí. Cuando me contactaron ya tenían los cuadros elegidos. Querían documentar la tragedia pero de una forma diferente; retratar el desastre pero recreando cuadros emblemáticos. Una docena de lienzos de Sorolla. Luego elegimos los escenarios: Benetússer, Paiporta y La Albufera, sobre todo.
Acto seguido buscamos los modelos, algunos conocidos y familiares, otros por carteles en escuelas de teatro y modelos. Majo y Santi se encargaron de las ropas. Luego siete sesiones de fotos. A mí me gusta disparar mucho. De cada cuadro hice muchas.
«Hemos querido retratar el desastre pero recreando cuadros emblemáticos de Sorolla»
¿Y tras tantas fotos al final cuántas se quedaron?
En la primera solo estuvimos dos horas… luego decidí que debía relajarme… Una vez terminadas todas las fotos la selección la hicimos juntos. Al final fueron doce fotos (diez horizontales y dos verticales). Ya se expusieron en el Ateneo Mercantil y en El Carmen.
A raíz de estas exposiciones muchas instituciones se han interesado. Ahora estamos en contacto con el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante.
¿Las fotos están a la venta?
Se exponen, es un proyecto solidario. En El Carmen sólo podíamos exponer, pero en el Ateneo vendimos las fotos en lámina grande y también en tamaño postal. Todo ese dinero lo donamos a l’Horta Sud.
¿Cuáles son los siguientes proyectos que tienes en mente?
Soy fotógrafo de personas. Ahora tengo una pedida de mano en Port Saplaya. En primavera empieza la temporada de bodas y se me dispara el trabajo… pero me encantan los proyectos artísticos como éste. Me gusta, sobre todo, que haya personas.