Entrevista > Mayte Manchón / Psicóloga (Callosa de Segura, 28-marzo-1982)
Muchos conocemos a alguien que sufre una adicción, a las drogas, alcohol o juego, pero muy pocos sabemos cómo actuar, a quién acudir, qué hacer para ayudarle. Ignoramos, además, si se trata de un enfermo y cuál puede ser su reacción, dudas que nos va a aclarar la psicóloga Mayte Manchón.
“Mis pacientes suelen estar entre los treinta y sesenta años”, indica, siendo muchos más hombres que mujeres, “con un porcentaje del 80-20%, aproximadamente”. Cada vez hay más adictos al juego online, “la mayoría estrechamente vinculados al alcohol y la cocaína”.
Licenciada en València, de inmediato se especializó en todo tipo de adicciones, antes de realizar los voluntariados en centros penitenciarios como Fontcalent. Después se trasladó a Barcelona, ciudad en la que permaneció diez años, conociendo de primera mano La Modelo, “prisión donde hice las prácticas del máster en drogodependencias”.
¿La adicción es una enfermedad?
Es un dilema y los profesionales albergamos diferentes opiniones. Tiene una parte de enfermedad, pues afecta neurológica, física y psicológicamente, pero a mí me cuesta definirlo como tal, porque es una etiqueta que le ponemos a la persona, al paciente, y luego le acompaña durante mucho tiempo.
Más que una enfermedad lo veo como una manera de tratar su problema, al ser mucho más emocional. Requiere medicación, desintoxicación, limpieza del cuerpo, del cerebro…
«Tras la desintoxicación hacemos la prevención de recaídas, analizando los factores de riesgo y protección»
¿De qué modo les afecta psicológicamente?
Depende. Si ya es crónico sufren mucha depresión, introversión, ansiedad e irritabilidad. Cuando no tienen la sustancia se molestan mucho, a no ser que cuenten con una solvencia financiera que le permita mantener el consumo.
Las consecuencias en la mayoría son económicas, laborales o familiares. Es habitual que vengan diciendo que deben dejarlo o les abandona la mujer; o que tengan insomnio y dependan de la droga para ser funcionales.
¿Cómo es la adicción al juego?
Es muy particular, porque muchos lo hacen como entretenimiento, con la opción de ganar dinero: las máquinas tienen establecido dar un premio de vez en cuando. Pero a largo plazo el mantenimiento de la adicción no es parecido al del alcohol o la cocaína -donde sí hay un síndrome de abstinencia-, sino que siguen jugando para ‘cubrir’ sus deudas.
Han invertido tanto dinero… La mayoría acuden a mí con créditos de 12.000 o 20.000 euros. Continúan jugando porque piensan que van a recuperarse.
«Durante el proceso la persona se conoce a sí misma, dónde falla y cuál es su funcionamiento mental»
Plenamente endeudados, ¿cómo consiguen dinero?
A través de microcréditos instantáneos, de doscientos o trescientos euros. El banco te presta una cantidad en función de los ingresos, aunque existe un vacío legal con los prestamistas. Es una realidad que no debería existir, pero sucede.
Ahora está la Ley de la Segunda Oportunidad, con unos abogados que te ayudan a agrupar las deudas en un único pago.
Háblanos de tus terapias, las herramientas que empleas.
En el tratamiento de adicciones la base es el cognitivo conductual. Es el más estudiado y el que mejor funciona: hay un ABC desde hace muchísimos años y es el único que sirve.
Primero debe haber una desintoxicación de la persona, que se mantenga abstinente el mayor tiempo posible -para que se limpie el cuerpo- y a partir de ahí trabajamos en la prevención de recaídas. Analizamos entonces los factores de riesgo, externos e internos, y los de protección, qué hay en su vida que le protege de consumir.
«Es fundamental el apoyo social que tenga, aunque lo más importante es su propia voluntad»
¿Es el proceso más largo?
Sin duda, porque la persona se va conociendo a sí misma, dónde falla y cuál es su funcionamiento mental. También qué personas le están haciendo consumir, que pueda decir que no… Suele haber recaídas en este primer proceso.
La mayor dificultad es saber en qué momento está el paciente, pues no es lo mismo el que acude por primera vez -totalmente ignorante- que el que repite. El novato debe saber que va a recaer y pasará por fases de depresión, ira y ansiedad.
¿Se sabe el porcentaje de éxito?
Es complicado saberlo, estará sobre el 50%. Siempre depende de la adicción -el alcohol es de las más duras-, teniendo igualmente en cuenta que por ellos mismos ya han hecho numerosos intentos por dejarlo.
Los pacientes de cannabis que me llegan, por ejemplo, lo hacen muy motivados. Comenzamos a trabajar y a los seis-siete meses logramos la abstinencia. Por otro lado, es fundamental el apoyo social de que dispongan, aunque lo más importante es su propia voluntad.
Trato mucho con las familias y parejas, y la mayoría están desbordados, porque se vuelven codependientes, mantienen parte del coste del consumo por ayudarlos. Hay que saber poner límites, sin prejuicios, pero es difícil porque el paciente siempre está en lucha.