Prácticamente todos los municipios de cierto tamaño tienen su propio himno oficial, aunque no en todos los lugares éste adquiere la misma trascendencia. En algunos pueblos y ciudades pasa un tanto desapercibido, y ni siquiera sus propios ciudadanos lo conocen.
Sin embargo éste no es el caso de San Vicente del Raspeig. Aquí suele ser bastante habitual que se interprete en los eventos institucionales, y los sanvicenteros gustan de cantarlo a pleno pulmón… nunca mejor dicho.
Por ello hemos pensado que sería interesante contar la historia de esta canción, la cual se compuso hace casi un siglo, aunque no fue concebida como himno oficial hasta bastante tiempo más tarde.
La música de Miralles
Fue un hombre de Catral quien está detrás de esta composición musical. Hablamos de Juan Miralles Leal. Un músico que, como tantos otros de principios del siglo XX, hizo sus primeros pinitos tocando en bandas militares.
Cuando salió del ejército se dedicó definitivamente a la música, y en 1932 fue contratado como director de la agrupación La Esperanza. Entonces Miralles quiso dedicar una canción a su nuevo pueblo de residencia, y de hecho se inspiró considerablemente en el himno de su Catral natal.
Si bien Miralles es el compositor de la música, para redactar la letra buscó a alguien más ilustrado en el arte de la escritura. Y la persona elegida fue Domiciano López, entonces uno de los maestros del pueblo, que había llegado aquí en 1928 procedente de Monforte del Cid.
Por tanto se da la circunstancia de que los dos autores del himno sanvicentero, valga la ironía, son de fuera. Aunque bien es cierto que ambos vivían en nuestro municipio cuando crearon esta canción, que en un primer momento se denominó ‘Canto a San Vicente’.
Los autores originales fueron el catralense Juan Miralles y el monfortino Domiciano López
La letra de Domiciano
Esta primera composición se realizó en castellano, y en la letra original llama la atención que no se hace ninguna mención explícita a San Vicente Ferrer. Cabe señalar que estamos hablando de los tiempos de la Segunda República, cuando imperaba una voluntad política de separar lo religioso de lo institucional e incluso de lo cultural. De hecho en 1934 el Ayuntamiento no quiso autorizar la celebración de una procesión al patrón, la cual finalmente se produjo a instancias del gobernador civil.
En la letra del maestro Domiciano sí se destaca la belleza de las mujeres y el espíritu valeroso de los hombres del pueblo. Una cuestión curiosa es que el gentilicio que utiliza para referirse a las féminas es ‘vicenterá’ en vez de sanvicentera.
Culmina con la famosa frase ‘es San Vicente el meu poble, la millor terra del món’, la única estrofa en valenciano. Esta última expresión en realidad la cogió prestada del Himno de Alicante que había sido compuesto en 1902, para el cual sus autores también copiaron esta célebre frase de una poesía del siglo XIX que Mariano Roca de Togares dedicó a dicha ciudad.
Su primera interpretación conocida se produjo en 1935
Puesta de largo
No hay consenso histórico sobre cuándo se presentó exactamente esta canción sanvicentera. Algunos apuntan a que pudo ser en las fiestas patronales de 1933, o incluso anteriormente en un concierto de la Plaza de Toros de Alicante.
La primera representación de la que sí tenemos constancia ocurrió el 28 de abril de 1935 en un concierto celebrado en la Plaza de España (entonces llamada Plaza de la República). Por supuesto la Esperanza fue la banda encargada de su interpretación hace ahora justo noventa años.
En 1970 se escribió la nueva versión en valenciano
Nueva letra en valencià
La versión en valenciano, actualmente más conocida, fue redactada en 1970. Si bien participaron varias personas en su escritura, quien lideró aquella iniciativa fue la vecina Ascensión Guijarro Jover.
Hay que decir que estos letristas realizaron un gran trabajo, dado que no solo se limitaron a traducir el texto de Domiciano, sino que incluso cambiaron varias estrofas para incorporar más elementos propios de San Vicente como la célebre expresión ‘sequet però sanet’.
En aquella época ya había llegado mucha inmigración manchega a nuestra localidad, y el castellano era un idioma que cada vez ganaba más fuerza en las calles sanvicenteras. Sin embargo la letra de Ascensión gustó tanto, que progresivamente fue desplazando a la original.
Hoy esta mujer tiene una plaza dedicada en el municipio, la cual está además decorada con un monumento a la música local.
Reconocimiento oficial
El siguiente y último episodio en esta historia ya ocurrió en los años 90, durante la época de Francisco Canals como alcalde. Fue entonces cuando el pleno municipal del Ayuntamiento de San Vicente votó a favor de reconocer la versión en valenciano de este antiguo ‘Canto a San Vicente’ como el himno oficial de la localidad, si bien en la práctica ya venía funcionando como tal desde hacía largos años.
Agradecemos a Vicente Millán y al propio Francisco Canals la información que nos han compartido para la redacción de este artículo. Y tanto a ellos como a todos los demás sanvicenteros les deseamos que sigan cantando esta gran canción por muchos años más… a pleno pulmón.