Entrevista > Ximo Candela Belda / Profesor de Electricidad (Crevillent, 1-junio-1977)
El potencial de los adolescentes actuales es enorme, como bien conocen en el IES Canónigo Manchón, centro caracterizado por su espíritu innovador, vanguardista y competitivo. En las recientes CV Skills dos de sus alumnos, Gabriel Mira Sánchez (2003) y Demetrio García Giménez (2005), consiguieron la medalla de oro en Mecatrónica.
“Ambos son fantásticos en esta disciplina”, considera Ximo Candela Belda, su profesor, formado como Ingeniero Industrial. El docente, nos apunta, realizó sus primeras prácticas en Alemania, tras completar su Erasmus en Berlín, pasando seguidamente por varias empresas privadas, entre ellas Seat y Power Electronics.
Su primera inclusión en la docencia fue en El CIPFP Canastell de San Vicente, “no quería enseñar sin haberme formado”, confiesa, y desde hace dos cursos imparte clases de electricidad y electrónica en el centro crevillentino. “El nivel de nuestros chicos es muy alto”, se vanagloria.
«Los CV Skills son un test muy exigente, una especie de escaparate para la Formación Profesional»
¿Qué son exactamente las CV Skills?
Tres días de pruebas, celebradas en la Feria de Valencia, focalizadas en unas veinte especialidades, una o dos por familia profesional. En la sección de Mecatrónica obtuvimos el primer puesto, gracias al talento de Deme y Gabi.
Se trata de un test muy exigente, una especie de escaparate para la Formación Profesional. En el curso anterior detecté a cuatro o cinco alumnos con posibilidades, cifra que finalmente se redujo a dos.
¿Cómo se desarrollaron las pruebas?
El primer día (miércoles) tuvieron que desmontar una máquina, que era una maqueta, para a continuación dibujar y diseñar unas piezas internas, quedando en funcionamiento. Ya por la tarde debieron cablear un cuadro eléctrico, para mover esa máquina.
De cara a la segunda jornada, en ocho horas tenían que hacer toda la programación, el cableado externo y la neumática, además de ponerla en marcha.
¿Y el tercer día?
La exigencia era hasta mediodía. Les propusieron una ampliación de la máquina, que igualmente debían programar y encender.
Al finalizar las pruebas se hacía una valoración, mediante una serie de ítems o formularios que se van evaluando.
«Nosotros como instructores también ejercíamos de jurado, valorando al resto de concursantes»
¿Podían consultarte dudas?
Durante las explicaciones iniciales por parte del experto sí, a primera hora de la mañana. Ya en las pruebas en sí, no podían preguntarme, pero sí a otro instructor. No tenemos comunicación, buscando ser lo más neutro posible. Deben ser capaces de demostrar lo que saben.
De hecho, nosotros como instructores también ejercíamos de jurado, valorando a todos los concursantes excepto a los nuestros, obviamente.
¿Cuándo notaste que había posibilidad de triunfo?
A partir del segundo día (jueves), porque el primero les salió todo regular, algo normal, producto de los nervios y la inseguridad. Por fortuna no éramos los únicos a los que les pasó.
Su reacción al sentirse ganadores ¿cuál fue?
Muy emocionante, porque además se trata de chicos que lo hacen superbien. Los expertos no nos decían nada -duermen incluso en un hotel separado-, para no influir en el resto de los equipos.
Una vez realizado el cuenteo eres pleno desconocedor de los resultados hasta la ceremonia, que se retransmitió en directo. Disfrutamos mucho.
«Deme y Gabi tenían capacidad para hacer ambas tareas, aunque cada uno se especializó en una»
¿Cómo fue el recibimiento de su clase?
Fue un poco raro porque al ser viernes tarde paramos en el instituto de casualidad, para dejar las cosas. Una profesora, Belén Guillermo, y el director, Fran Ramírez, salieron acompañados de muchos de sus compañeros a aplaudirnos, un momento muy bonito.
Dinos sus respectivas virtudes.
Demetrio es un joven que tras concluir bachiller había comenzado la universidad, pero pronto -las primeras semanas- se dio cuenta que eso no era para él, circunstancia que les pasa a muchos. Se apuntó entonces a un Ciclo Superior de Mecatrónica. Es una persona muy inteligente, es nuestro programador. Se encarga de la puesta en marcha y funcionamiento de la máquina, después de entender su programación.
Por su parte, Gabi procede de un Ciclo Medio de Cocina y trabaja los fines de semana en un restaurante. Es alguien muy ordenado, que sabe hacer las cosas muy bien: trabaja a la perfección manualmente.
Ambos tenían capacidad de hacer las dos cosas, pero cada uno se especializó en su tarea.
Orgulloso de ellos, ¿quién más participó del centro?
Otro alumno, Elián Ruiz Pérez, se presentó en Diseño Mecánico, una especialidad que no trabajamos, aunque contamos con chicos de Grado Medio que son muy buenos. Decidimos apuntarle para que viviera la experiencia y porque se lo merecía. ¡Compitió muy bien!, acabando las pruebas y finalizando en sexta posición.
Finalmente, Inma Martín González conquistó por méritos propios la medalla de plata en Cuidados Auxiliares de Enfermería, una competición igualmente interesante y dura.