Lucía Aibar, Ramón Ródenas y Victoria Mínguez / Productores y actores
La afición que hay en nuestra tierra por la interpretación está fuera de toda duda. Simplemente debemos observar la cantidad de pequeñas compañías teatrales que existen, todas con el deseo de crear, diseñar y confeccionar sus propias obras.
Algunas, las más veteranas, han cumplido ya treinta años de existencia. Teatre de l’Abast, fundada en 2016 por Lucía Aibar, Victoria Mínguez y Ramón Ródenas, vive su “mejor momento”, remarcan, “tras muchos años de duro trabajo”.
Los tres se conocieron durante las pruebas de acceso a la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia (ESAD), conectaron de inmediato y supieron que juntos formarían un grupo teatral. Son muchas las funciones que han representado, aunque ninguna les ha reforzado tanto como ‘Caos’, programada en la Mostra d’Alcoi.
Cada uno a lo suyo
Siendo tres, su modus operandi es determinante a la hora de desarrollar un proyecto. “Hemos cometido muchos errores, es normal, pero vamos mejorando”, apunta Lucía. Ellas asumen un cargo más ejecutivo, al tiempo que Ramón aporta su espíritu artístico, “esencial”.
“Cada uno es bueno en unas cosas, algo que nos equilibra y nos hace más fuertes”, sostiene Viki. Los tres forman parte de la dirección y la dramaturgia, aunque en ocasiones prefieren -con acierto- confiar en el talento, entre otros, de José Puchades (Putxa), Juli Disla o Cristina Fernández.
Recientemente fueron galardonados en Alcoy por ‘Caos’, “gracias a la utilización de nuevos lenguajes con una sencillez conmovedora”, indicó el jurado. De igual modo, obtuvieron el Premio del Público de la Sala Russafa por ‘Rob’, como mejor espectáculo de danza-teatro.
¿De dónde viene vuestro deseo de actuar?
Victoria Mínguez (VM) – Ya de pequeña me gustaba subirme a la mesa a cantar y bailar; mis padres decían que era una artista. Ciertamente no me gustaba leer, hasta que encontré unos tomos gigantes de William Shakespeare, que me encantaron. A continuación, me apuntaron a clases de teatro, tendría unos 12 años.
Ramón Ródenas (RR) – Mi primer contacto con un escenario fue a los 4 años, haciendo de Michael Jackson en la Falla de mi pueblo, Xàtiva. Supe que quería eso, no ser cantante o bailarín, pero sí estar sobre las tablas, mostrando algo… Tiempo después comprendí qué era ser actor, viendo junto a mi padre ‘Rocky IV’.
Lucía Aibar (LA) – Desde que tengo uso de razón mi respuesta a qué quieres ser de mayor era actriz. Hacía espectáculos para la familia, como ‘Pocahontas’, y por supuesto conocía los diálogos de todas las películas y anuncios. La primera obra que me marcó de verdad fue una que se representaba en el Teatro Escalante, ¡sencillamente flipé!
Los tres se conocieron durante las pruebas de acceso a la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia
¿En qué momento os lo tomasteis más en serio?
LA – De adolescente, todavía sin haber asistido a clases de teatro. Comencé, de hecho, otra carrera, aunque mantenía el run-run de ser actriz, tanto que con 18 años me presenté de repente a las pruebas de Arte Dramático.
Obviamente no me cogieron, pero ya lo tenía super claro -pese a que casi todos los profesores me lo querían quitar de la cabeza-, tomé seguidamente clases, mis primeras, y me volví a presentar un año más tarde.
RR – Mis padres pronto asumieron que me iba a dedicar a la farándula, que había en mí un impulso creativo muy fuerte. Yo así lo demostraba, continuamente, apuntándome a un sinfín de actividades artísticas (baile de salón, deportivo, música y solfeo). Gracias a ello en la actualidad toco el piano, instrumento que empleo cuando hace falta.
Tras cambiarme de instituto me formé en disciplinas más urbanas, por mí mismo. Con 18 años marché a València e hice las pruebas de Arte Dramático, sin haber hecho antes teatro.
VM – En mi familia sí hay artistas: mis abuelos maternos tocaban la pandereta en mi localidad, Manuel, mientras mi otro yayo fue cantante de tangos. Todos vieron entonces con normalidad que la chiquilla -una niña sumamente inquieta-, tirara por el lado artístico. Me considero estudiante de todo, experta en nada.
Antes, en València, no había teatro para niños y tuve que esperar hasta los doce años para incorporarme a clases. El teatro era lo que más me enganchaba, sentía ya su ‘veneno’: no ha dejado de acompañarme hasta ahora.
¿Cuándo fundáis Teatre de l’Abast?
RR – Fue un proceso paulatino, creando primero -en 2012-, junto a otras personas, un grupo de entrenamiento actoral. Habíamos acabado la carrera, teníamos mucha ilusión y nos topamos con un muy mal momento, con el cierre, por ejemplo, de Canal 9.
Anhelábamos continuar cultivando nuestras herramientas como actores y era un modo de retroalimentarnos. Hacíamos giras con las obras que habíamos hecho a lo largo de la carrera y el dinero ganado lo reinvertíamos, en formación.
VM – Lucía y yo nos encargábamos de funciones que conducían hacia un proyecto y cuando finalizó el grupo, alrededor de 2014, decidimos continuar. Ambas teníamos claro que íbamos a crear una compañía, a la que poco después se unió Ramón, que siempre había estado presente en nuestra necesidad como creadores.
«Mis padres pronto asumieron que había en mí un impulso creativo muy fuerte» R. Ródenas
¿Los inicios fueron complicados?
VM – Creemos firmemente en la comunicación con otros compañeros de profesión. Varios nos explicaron cómo fueron creciendo y jamás olvidaré la frase de Toni Benavent, de Albena Teatre, quien nos anunció que los primeros seis años ¡solo son pérdidas!
LA – Pese a todo, decidimos seguir adelante y nunca nos planteamos que el proyecto pudiera hundirse. Confiamos unos en los otros y consideramos que siempre iremos a mejor, por eso nuestra primera obra, ‘Lluna, dos i tres!’ era pequeña, humilde.
¿Cuáles son vuestras obras fetiche?
LA – ‘Rob’, que nos ayudó definitivamente a encontrar nuestra línea de trabajo. Es una propuesta contemporánea sobre las migraciones y los refugios, dirigida por Putxa, de Zero en Conducta, cuyo trabajo nos encanta.
RR – Sin duda, este espectáculo ha sido todo un regalo, con cerca de doscientas funciones celebradas.
VM – Otro fue ‘Buh!’, un musical realizado junto a La FAM Produccions que habla sobre la conciliación familiar y en el que la protagonista, Eva, nos enseña a enfrentarnos a nuestros miedos. Dirigida por Lucía y por mí, nos dio muchísimas alegrías, incluidos diversos premios y nominaciones.
«Con ‘Caos’ queríamos hacer una función que hablara sobre los 30 y 40 años, la maternidad…» L. Aibar
A nivel interpretativo, ¿podríais describirnos unos a otros?
LA – Ramón es un excelente compañero sobre el escenario: ingenioso, divertido y muy generoso. Sabe cómo brillar, pero deja un espacio para que los demás también lo hagamos. Desde ‘Molt de soroll per no res’ no coincidíamos en escena y tenía unas ganas tremendas de repetir.
RR – Viki es una actriz inequívoca porque sabe su texto y el de los otros a la perfección. Siempre está en su sitio, respeta lo pactado, sin poner su ego por delante, y sabe dirigir la escena desde dentro, labor muy complicada.
VM – Lucía, como actriz, es extremadamente generosa y una de las personas que mejor mira en escena. A la hora de trabajar te comunica con sus ojos y en los ensayos lo da todo, es explosiva, emocional y sabe llegar a sitios super interesantes, convirtiéndolo en algo real. En el fondo somos fans unos de otros, hay admiración mutua.
Acabáis de estrenar…
RR – ‘Caos’, una reflexión filosófica y vital sobre los miedos, preocupaciones y dudas que se nos plantean hoy. Tratamos temas que nos rodean, que están constantemente en la cabeza, siendo al mismo tiempo un ejercicio de honestidad al decir “no sé qué voy a hacer”
«Jamás olvidaré cuando Toni Benavent nos anunció que los primeros seis años ¡solo son pérdidas!» V. Mínguez
¿Es comedia o drama?
VM – Autoficción, haciendo un trabajo de generosidad al hablar de temas muy nuestros. Lo contamos en paralelo a la Teoría del Caos, de ahí el título de la obra. Está escrita por Juli Disla -tras cientos de charlas- y dirigida nuevamente por Putxa.
LA – Queríamos, y lo hemos conseguido, hacer una función que hablara sobre los 30 y 40 años, la maternidad y otros muchos problemas que nos atañen.
¿Qué acogida está teniendo?
VM – Muy buena, ahora de gira. Gusta mucho, a todas las edades, nos lo dicen por las redes sociales. Además, recientemente la compañía ha recibido el Premio Futur por parte de Arden Producciones: ven en nosotros, nos expusieron, el presente y el futuro del teatro valenciano.