Entrevista > Rafael Madrid / Escritor y músico (València, 1958)
Nacido en València pero afincado desde hace más de cuatro décadas en la Marina Baixa, el creador de ‘Alas, el Gorjal sagrado’ presenta su obra como una propuesta absolutamente innovadora: un cómic musical que fusiona narración escrita, dibujo y melodías. “Siempre me ha gustado sorprender, hacer algo que el interlocutor no espere”, asegura.
De esa búsqueda constante por lo diferente nace este trabajo que define como “una apuesta por algo nuevo”, en el que ha incorporado canciones compuestas hace años al desarrollo argumental de su historia. El resultado es un producto que no solo se lee y se observa, sino que también se escucha.
Con ‘Alas, el Gorjal sagrado’ nos presentas un cómic musical. No sé si eres pionero en ese género.
Siempre me doy como pionero en muchos sentidos, porque he trabajado para parques temáticos hace muchos años y me gustaba ir dando sorpresas al que tenía delante. O sea, si tenía que entrevistarme con un interlocutor, con quien fuera, me gustaba llevar algo que le sorprendiera. Tengo que hacer algo que asombre a esa persona para entrar en ese mundo.
Esto es lo que he intentado hacer con el cómic musical. Le añadí música de canciones que yo ya tenía compuestas hace tiempo, pero que fui incorporándolas al hilo de la historia y que han servido para enriquecer este nuevo estilo de, como hemos dicho, cómic musical.
¿Cuál es exactamente la propuesta que nos trae ‘Alas, el Gorjal sagrado’?
El Gorjal Sagrado es una apuesta, como hemos comentado, por algo nuevo. Y la verdad es que me hace mucha gracia cuando voy a actos de firmas a las diferentes ciudades donde se convocan, porque a veces, cuando te diriges a la gente y le dices que le enseñas un marcapáginas diciendo que tu obra o tu libro es musical, les da la risa. Y yo también me río, nos reímos los dos.
Lo que consigo es que la gente se acerque a mí por curiosidad y entonces diga: ostras, ¿y cómo sale la música de ahí, de las páginas?
«Siempre he buscado sorprender al que tengo delante, también con este cómic»
Nacido en València, pero llevas ya muchísimos años residiendo aquí.
Salí de Valencia con 25 años y llevo aquí 42 años.
¿Crees que el cómic ha sido para muchas personas y de muy distintas generaciones la gran puerta de entrada al mundo de la lectura?
Pues sí. Y, además, puedo decir que este cómic en concreto tiene los tres lenguajes. Uno es el lenguaje literario, que son los diálogos; otro es el gráfico, que son los dibujos y luego he incorporado el musical. Coinciden y hay una conexión de los tres.
«Me influyeron los superhéroes clásicos que mi primo mayor dibujaba a lápiz»
Hace no tantos años vimos como se le entregaba el Nobel de literatura a Bob Dylan. Quizás, ya que se ha abierto la puerta, en este caso, a un estilo literario como la música, no sería tan extraño que en el futuro podamos ver cómo un premio de estas dimensiones se pudiera entregar a un escritor de cómics.
No, desde luego. Ahí tienes, por ejemplo, la obra de Hergé con Tintín, con un hilo conductor que te lleva a la investigación y al misterio. En este ‘Alas’ he intentado poner algo de misterio, también de investigación.
¿Cuándo comenzaste a trabajar en este cómic?
En 2012 empecé a escribir sobre este muchacho, este personaje, y lo que sí que quería era un superhéroe. Iba buscando eso porque es lo que está de moda y lo que ves que triunfa.
«Estuve más de cuatro años buscando al ilustrador que pudiera plasmar mi visión»
Superhéroes como hoy en día lo son los de la factoría Marvel. ¿Tienes algún personaje de referencia de aquellos años en los que comenzaste a leer cómics?
Mi mayor influencia fue un primo mío que era mayor que yo y que luego, ya de adulto, ha sido profesor en la universidad. Cuando tenía unos diez años y él ya tenía diecisiete o dieciocho su mesa de trabajo siempre estaba llena de dibujos que había hecho de superhéroes, como Spiderman, La Masa, Superman…
Alucinaba cuando llegaba y veía todos esos dibujos hechos a lápiz por él, me encantaba. Fue entonces cuando me di cuenta de que ahí había un lenguaje especial y que, de alguna manera, era una forma de arte. En ese momento lo comencé a apreciar. Además, ves una plasticidad y un lenguaje gráfico que es muy bonito.
Cuando te pones a crear, ¿se te va el lápiz necesariamente a esas influencias de lo que tú leías siendo más joven?
Soy el guionista de la historia, por lo tanto, hago las trazas del guion o, lo que en el mundo audiovisual se llamaría el storyboard. Hacer los diálogos, marcar la cámara, el plano, lo que están haciendo, diciendo o sintiendo… Todo esto hay que ponerlo viñeta a viñeta para que luego el ilustrador lo pueda dibujar.
Estuve buscando durante cuatro años o más un dibujante, porque no sabía quién me podría hacer esto con fidelidad y en el lenguaje que yo necesitaba, hasta que encontré a Maik, Miguel Hernández Navarro.