ENTREVISTA > Lourdes Hernández / Servicio de baldeo Urbaser (Santa Pola, 11-abril-1987)
La limpieza urbana en Santa Pola es un pilar fundamental para garantizar la calidad de vida de los vecinos, y la buena imagen de la ciudad frente a quienes la visitan. Un trabajo constante que asegura el correcto mantenimiento de calles y espacios públicos.
Detrás de cada jornada hay un equipo humano cuya labor merece el reconocimiento ciudadano. Es también fundamental la colaboración y el respeto necesarios para conservar un entorno limpio, sostenible y seguro, promoviendo hábitos responsables, cuidado del espacio público, y solidaridad entre todos los habitantes de la comunidad.
Equipo comprometido
El servicio de baldeo de calles en Santa Pola, gestionado por Urbaser, dispone de personal cualificado con una flota moderna y eficiente, para garantizar la limpieza y el mantenimiento de las vías urbanas.
Entre sus trabajadores está Lourdes, una santapolera que desde hace diez años afronta con esmero el reto de mantener la ciudad limpia cada día, cubriendo el primero de los dos turnos diarios establecidos, el que va de 6 de la mañana a 12 del mediodía.
¿Estos últimos meses son los de mayor carga de trabajo para vosotros?
Claro. En fiestas y en verano tenemos muchísimo trabajo, son los meses más fuertes de todo el año.
¿Cómo es un día de trabajo en verano?
Muy intenso. Vamos siempre a contrarreloj, lidiando con muchas cosas: basura, restos de fiestas y, sobre todo, con el comportamiento de algunas personas.
En general, ¿cuál es el comportamiento de los ciudadanos?
Hay de todo. Hay vecinos que te felicitan y te ofrecen hasta un refresco, como me ha ocurrido esta mañana, y luego otros que no respetan nada. Por ejemplo, los fines de semana las calles amanecen con esquinas imposibles: restos, vómitos, orines…
«Los vecinos pueden disfrutar de calles limpias cada día»
Y tener que lidiar con esas cosas…
Es desagradable, porque al final todo eso lo respiramos inevitablemente nosotros mientras trabajamos. Pienso que el comportamiento de algunas personas debería cambiar.
Aun así, ¿qué es lo que más satisfacción te da de tu trabajo?
A mí me gusta mucho ver cómo queda una zona limpia después de pasar. Sentir el olor a limpio y ver esquinas y zonas que estaban muy sucias y dejarlas perfectamente limpias para mí es muy gratificante.
Si pudieras mandar un mensaje a vecinos y turistas ¿qué les dirías?
Que sean más cívicos y empáticos, no solo con nosotros, sino con todos los servicios: baldeo, basura, barrido. Si tuviéramos un poco más de conciencia sería más fácil para todos.
Según tu experiencia, ¿cuáles son los residuos que encuentras con más frecuencia?
De todo: heces, orines, vómitos, enseres, basura… En verano se multiplica.
¿Y qué zonas requieren más esfuerzo?
El centro del pueblo, sin duda. Haces una esquina hoy y mañana parece como si no la hubieras tocado.
¿Has vivido alguna situación complicada en el trabajo?
Sí, esta misma mañana. Un vecino no me dejaba limpiar porque decía que se le mojaba su acera. Me habló fatal, y tuve que llamar a los encargados para poder seguir. También pasa mucho con algunos bares y terrazas que no limpian lo que ensucian.
«El comportamiento de algunas personas debería mejorar»
¿Cómo te sientes al ver que, a pesar del esfuerzo, las calles vuelven a ensuciarse al poco tiempo?
Es frustrante, porque a veces terminas de dejar una zona impecable y, en cuestión de minutos, alguien vuelve a ensuciarla, pero intento no quedarme con lo negativo. Prefiero pensar que gracias a nuestro trabajo los vecinos pueden disfrutar de calles limpias cada mañana. Esa es la verdadera recompensa, saber que detrás de lo que hacemos hay un beneficio directo para toda la ciudad.
¿Qué es lo que más te motiva para trabajar cada día?
Mi motivación principal es ver la satisfacción de los vecinos cuando caminan por calles limpias y recibir su reconocimiento, porque sentir que nuestro esfuerzo mejora su día a día me hace continuar con energía.
Incluso en los momentos más duros, me recuerda que nuestro trabajo tiene un impacto real en la comunidad, fomentando respeto, cuidado y conciencia, lo que hace que cada jornada tenga sentido.