Entrevista > Antonio Moreno / Psicólogo deportivo (València, 2-abril-1979)
Hace apenas dos o tres décadas, recordarán los aficionados más veteranos al deporte, no existía la figura del psicólogo deportivo, “los había, pero no estaban especializados”, remarca Antonio Moreno, quien tras una larga trayectoria trabaja a día de hoy para la Real Federación Española de Ciclismo.
Una vez licenciado en Psicología se especializó en ámbitos sociales, colaborando primero en un centro de reeducación de menores. Sin embargo, sabía que el ciclismo era su pasión y se focalizó en él, inicialmente como director deportivo.
“Quería conocer por dentro este deporte antes de saber si podía aportar algo como psicólogo”, indica. Nos desvelará cómo es su trabajo, diferenciando perfectamente entre depresión y frustración: “es habitual que un deportista se frustre, busca siempre la excelencia”.
¿Desde cuándo los deportistas de élite precisan de un psicólogo?
Posiblemente lo han requerido siempre, pero los primeros psicólogos ni estaban especializados en deporte ni tenían la aceptación que poseen actualmente. En el momento que se desarrolla, empezó a popularizarse que un deportista puede ir al psicólogo especializado en su área.
¿No les hace algo vulnerables?
Los deportistas de élite son superhéroes, capaces de hacer cosas únicas. Año tras año alguno de ellos supera los registros previos, enfrentándose todos los días a sus límites. Eso hace que muchos recurran al psicólogo, debido a que no todos consiguen llegar a ser profesionales y pagan el precio de practicar un deporte con cotas muy altas de exigencia.
«En España únicamente una treintena de ciclistas masculinos compiten en equipos UCI World Teams»
Un caso evidente fue la depresión de Andrés Iniesta, en 2009.
Lo recuerdo perfectamente, después de perder a su amigo Dani Jarque, defensa del Espanyol. Volviendo a mi deporte, en España únicamente una treintena de ciclistas -cuarenta si contamos las féminas- son profesionales en World Teams, de los cuales con ingresos considerables hay muy pocos.
Es decir, en el camino se quedan miles de ciclistas que no llegan a lograr su sueño. Resulta muy duro tener calidad, sacrificar tanto y no poder vivir de tu deporte: exige un trabajo muy fuerte con algunos de ellos.
¿En qué consiste exactamente tu labor?
Al pertenecer a la Real Federación Española de Ciclismo, doy servicio a todos los seleccionadores de las distintas modalidades reconocidas por la UCI, la Unión Ciclista Internacional.
Con esos deportistas no trabajo la depresión, sino la preparación psicológica, para conseguir optimizar el rendimiento y maximizar su bienestar, pues aprenden a normalizar el malestar.
«Con los corredores no trabajo la depresión, sino lograr un rendimiento óptimo y máximo bienestar»
¿Si no consiguen esas metas entra la frustración?
Por supuesto. La frustración es habitual en un deportista, porque se preparan para lo máximo, siempre bajo un criterio de excelencia. Pero de esta frustración igualmente nos ocupamos.
Quisiera diferenciar frustración de depresión, una patología muy seria (pero de menor incidencia). Ser ciclista va mucho más allá que correr carreras, pues debe limitar las relaciones sociales -estar con sus amigos o familia-, no puede comer cualquier alimento (muchos incluso pesan la comida), tiene la obligación de cuidarse al máximo…
Háblanos de casos concretos, sin decir nombres.
Muchas veces contacta con nosotros no el propio deportista, sino alguien de su entorno. Después de muy buenos resultados, encadena una serie de temporadas con un rendimiento menor y se plantea abandonar. ¡Se da la voz de alarma!
Debemos entonces intervenir sobre sus creencias y motivaciones, debido a que muchos exageran los fallos y se consideran fracasados, cuando en el ciclismo intervienen muchísimas variables, como los rivales, las estrategias, el recorrido o las condiciones climáticas.
Además, sus éxitos los suelen minimizar, incluso las victorias, algunos no las consideran tan espectaculares, como querrían. Al final un deportista es un ‘animal’ que busca siempre lo más difícil, constantemente.
«Muchos exageran los fallos y se consideran fracasados, cuando en el ciclismo intervienen numerosas variables»
¿Lucha sobre todo contra sí mismo?
Su primer y último rival es él mismo. Se comparan con los demás, cuando en realidad los datos más importantes son los de años anteriores, sin comprender que tienen que valorar más su propia progresión. Cuando se evalúan con un rival, no se fijan en uno promedio, sino en el mejor, ahora Tadej Pogacar.
El esloveno era un corredor normal hasta que dejó de serlo, y volverá a ser normal, cuando otro le supere.
¿Cómo los preparas para las ‘pájaras’?
Las tradicionales, por falta de alimentación o hidratación, son cada vez menos comunes, por el férreo control que ejerce tanto el propio corredor como su equipo. Otra situación son las ‘pájaras’ más mentales, procesos de agobio que padece el deportista, que normalmente coinciden con momentos de muchísima ansiedad cognitiva.
Sin ir más lejos, el abandono en La Vuelta’21 del colombiano Miguel Ángel López. Directamente se bajó de la bici porque la situación psicológica le sobrepasó. En ocasiones también lo vemos en las malas formas de algún corredor con el personal técnico, haciendo gestos o quitándose el pinganillo con agresividad. Todo se puede mejorar.