Entrevista > Eladio Sellés / Saxofonista (Alcoy, 16-diciembre-1989)
“La familia del saxofón es muy amplia”, nos aclara Eladio Sellés, músico con una amplísima experiencia en este instrumento tan erótico. Agrega, en ese sentido, que existen diferentes voces, más agudas o graves, como soprano, alto, tenor y barítono. Juntos forman el cuarteto de saxos, “una maravilla para los sentidos”.
Formado en la música más clásica, notablemente influenciado por la escuela francesa pasó cuatro años en Bruselas, periodo que le marcó. A su regreso, un poco por casualidad tocó junto a David Castelló, Moisés Olcina y Raúl Richart en Cocentaina y “las sensaciones de los cuatro fueron muy buenas”.
Decidieron unirse en el denominado ‘3+1 Sax Quartet’ y una de sus primeras citas a nivel nacional fue el Congreso Mundial de Saxofón de 2023, celebrado en Las Palmas, germen del posterior ‘Jazzejant’. Ya en solitario tiene el proyecto ‘Breathing Sax’, junto a la Fundación Sanganxa, vinculado a la técnica respiratoria de los instrumentos de viento.
La música, ¿te viene por herencia?
Se puede decir que sí, porque mi padre -también Eladio- es igualmente saxofonista (amateur). Comencé con seis años a dar clases, primero obviamente la parte más teórica, y poco después se me planteó la elección del instrumento.
Anhelaba la trompeta, siempre me llamó, pero la tradición familiar mandó.
«Pronto descubrí a dos grandes referentes, el neerlandés Arno Bornkamp y el japonés Nobuya Sugawa»
¿Pronto te fascinó?
Al momento, por su sonido y versatilidad. Normalmente uno se inicia con el saxo alto, mi instrumento, que es más agudo, igual que el soprano. Pronto descubrí a dos grandes referentes, el neerlandés Arno Bornkamp y el japonés Nobuya Sugawa.
El saxofón, por otro lado, es un instrumento muy común en todo el planeta, al abarcar infinidad de ámbitos, aunque en las orquestas sinfónicas no acostumbra a estar. Es un hándicap que debemos tener en cuenta.
Uno de esos ámbitos es el jazz, ¿otra de tus debilidades?
Realmente mis inicios son más clásicos, teniendo en cuenta que el saxo es un instrumento más contemporáneo, originario de 1840, es decir, en pleno Romanticismo.
Con el paso de los años empecé a apreciar mucho más el jazz, especialmente desde la creación de ‘3+1 Sax Quartet’.
¿Cómo siguió tu formación musical?
Entré en la Sociedad Musical Nova, la misma en la que estaba mi padre, y allí conocí a Olcina, mi profesor de Lenguaje Musical y Saxofón. En los siguientes años cursé estudios en los Conservatorios de Alcoy y Alicante, incluyendo un curso Erasmus en Bruselas.
«He participado en infinidad de concursos musicales y la experiencia que acumulas te va formando»
¿Un año que se convirtieron en cuatro?
Exacto, alargué el periplo un poco más, entre 2012 y 2016. Siempre he estado muy influenciado por la escuela francesa y en Bélgica pude estar a la orden de grandísimos profesores.
Tuve, además, el honor de hacer sonar mi saxo en grandes escenarios como la Grand Place, pues allí, en Bélgica, hay muchísima tradición de tocar por la calle. De igual modo, estuve actuando en otros muchos países europeos.
Creciste como persona, por lo tanto.
Por supuesto, he participado en infinidad de concursos musicales y la experiencia que acumulas te va formando.
¿De qué modo entras a ‘3+1 Sax Quartet’?
Tras la bonita aventura en Bruselas regresé a Alcoy con ganas de seguir mejorando y especializarme. Realicé un master para ser profesor de instituto y charlando con mi buen amigo Raúl (Richart) surgió la posibilidad de participar en concursos o hacer cursos formativos, fórmula muy habitual en el centro de Europa.
Nació entonces el Saxteneum, en Cocentaina, cuatro jornadas estivales en las que invitábamos a los mejores saxofonistas del país, entre ellos Castelló y Olcina. Convivíamos, dábamos premios y celebrábamos conciertos. En uno debíamos tocar los profesores y decidimos unirnos, para probar.
«Tras volver del congreso de Las Palmas creamos ‘Jazzejant’, ahora acompañados en la voz por Eva Romero»
Pero funcionó.
¡Pese a los escasos ensayos, apenas dos! Llevamos a cabo un repertorio muy clásico (cerrado), bien distinto del actual, donde hasta improvisamos. Recuerdo que aquel concierto sirvió de homenaje a Pedro Iturralde, considerado uno de los padres saxofonistas del país.
Las sensaciones de los cuatro fueron excelentes y decidimos continuar: el sonido de un cuartero es amplio y personalmente es lo que más me gusta, compartir la música.
¿Cuáles fueron los siguientes pasos?
Fuimos rodando, buscando nuevos repertorios y llegamos a un estilo más cercano al jazz, aunque más suave. Junto a una batería u otro instrumento que nos acompaña veíamos cómo disfrutábamos, que gustaba. Hoy en día, nuestros conciertos son sumamente diferentes, se puede decir que únicos en España.
¿Vuestro éxito en Las Palmas fue el origen de ‘Jazzeando’?
Sentíamos que el producto agradaba, que tenía cierta posibilidad en el mercado. Tomamos algunas piezas que habíamos tocado en el congreso y se incorporó Eva Romero, que nos acompaña con la voz.
Eva asimismo introdujo nuevas canciones, adaptadas por ella misma para cuartetos de saxos graves. Finalmente, la grabación de ‘Jazzejant’ fue en julio de 2024 en el IVAM Cada de Alcoy.