Hacía frío allí. Mucho. En la terraza-tejado del edificio de la Diputación de Alicante. Lucía un traje de época, de cuando la expulsión de los moriscos (el decreto real es de 1609), confeccionado por Marisa Martín, la responsable del vestuario de aquella película, ‘Azahara’ (1985), co-producida por la Diputación, aunque los pies, que no se verían en pantalla, estaban bien parapetados.
Mikel de Epalza (1938-2008), prestigioso arabista, traductor, ex jesuita y a la sazón profesor de la Universidad de Alicante, supervisaba la parte histórica del film, con un detallismo a veces exasperante, atemperado por una inusitada simpatía. Adolfo Celdrán se estrenaba como director en solitario con este romance histórico. Y cierto sufrido futuro periodista pillaba un catarro para salir, como paje con antorcha, unos segundos en pantalla.
Adolfo Celdrán se estrenaba como director en solitario con este romance
Elepés y ciencias
Al alicantino Adolfo Celdrán, nacido en 1943, profesor en la Universidad de Alicante, durante años, de Ciencias (había estudiado Físicas e Ingeniería Nuclear en Madrid), se le conocía más por su faceta de cantautor, integrado en la Nueva Canción, movimiento reivindicativo aparecido a mediados de los sesenta en Hispanoamérica y España. Incluso con derivación levantina, la Nova Cançó.
En esta última se anota en muchas crónicas a Celdrán, aunque realmente el alicantino comenzaba su periplo canoro en tierras madrileñas. Tras el ‘single’ (se les llamaba ‘sencillos’) ‘Cajitas’ (1969), arrancaba en los discos de larga duración (‘long plays’, de ahí LP, elepés) con el clásico ‘Silencio’ (1970), tras el que retornaba a su ciudad materna. Llegarían otros clásicos, como ‘Al borde del precipicio’ (1976), uno de sus trabajos sobre Miguel Hernández.
Urinarios públicos
Su producción discográfica en solitario, para cuando realizó ‘Azahara’, había echado el freno momentáneo en su siguiente disco, ‘Denegado’ (1977), y tras el film aún faltarían dos años para participar en el disco colectivo ‘Homenaje a las Víctimas del franquismo’, en el que participaron incluso Antonio Buero Vallejo (1916-2000), Antonio Gala (1930-2023) o Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003).
Cinematográficamente, ya llevaba carrerilla, con cintas como el cortometraje (falso documental) en 16 milímetros, rodado en blanco y negro, ‘Al fondo a la derecha’ (1982), co-dirigido para Tabarca Films con Domingo Rodes y Javier Blasco. Película humorística, sobre urinarios públicos, que terminaba con una supuesta catarata de orines, provocada por un señor, en las escaleras del instituto alicantino Jorge Juan.
Formatos profesionales
Doce minutos cargados de premios festivaleros, incluido uno especial en Alcalá de Henares por “sus valores científicos”. Había ingresado Celdrán en la Asociación de Cine Amateur de Alicante (ACADA), aunque luego perdió el Amateur, entidad fundada oficiosamente en 1980 y oficialmente en 1982, para apagarse una década después, que impulsó el cine en corto, medio o, menos, largometraje de sus asociados.
Y también producía o co-producía en formatos no profesionales (súper-8 o vídeo VHS) o semi profesionales y profesionales (U-Matic, 16 y 35 milímetros). Aquí participaba también, al alimón con la entidad provincial, y tocaba celuloide en 35 milímetros, con el presidente de ACADA, Vicente Sala Recio, y el cineasta Domingo Rodes en la producción. Que supuso un recorrido por buena parte de la provincia.
Del Festival de Elche a Melbourne, tocó una buena cosecha de premios
Pan de pita
La película condensaba en veinte minutos, como excusa argumental para contar lo acaecido, una historia de amor entre un soldado cristiano y una joven morisca (musulmana bautizada como católica, aunque procesara su religión a escondidas; no era magrebí, ya que la dominación islámica no fue técnicamente una invasión de personas). Comía pan (de pita, que Mikel de Epalza vigilaba) a orillas del Monnegre.
Tenía finalmente que marchar, como su familia, desde orilla vilera. Había caballos, barcos, mucha gente, bastante vestuario que arreglar por parte de Marisa Martín y ayudantes (un anciano notó que le cosían una oreja a la tela y solo se atrevió a decir: “¿esto es necesario?”) o un protagonista que cabalga, armado y vestido con sus pertrechos, hacia el mar. Y un caballo que se lo tomó en serio en la cabalgada y casi ahoga al protagonista.
Revistas y festivales
El boletín de la asociación había seguido puntualmente este complicado rodaje. Como el número doce (septiembre-octubre de 1984), que abre así: ‘Cinco producciones de ACADA en marcha’, ilustrando con una foto de la filmación de ‘Azahara’. Seguirá apareciendo, por ejemplo para señalar que en las ‘Proyecciones ACADA’ del 6 de mayo de 1985, en el Aula de Cultura CAM, se proyecta junto a otro título de la asociación, ‘Fausto 85’, de Enrique Nieto Nadal.
Tocó una buena cosecha de premios nacionales e internacionales a esta producción con banda sonora, por cierto, de Luis Ivars: del Festival de Elche hasta el de Melbourne, emisiones televisivas, una cierta fama y la posibilidad por ahora de verla en YouTube escribiendo “Azahara (mediometraje)”. La película vive hoy, en estos tiempos de guirigay digital, un tanto aparcada, pese a sus valores de producción. Y el esfuerzo de sus participantes. Hasta de los fríos sufridos.