Marina Payá / Guitarrista
Nacer el mismo día que su gran icono, Ludwig van Beethoven, “el mayor de los genios”, ya hacía presagiar que Marina Payá (Petrer, 16-diciembre-1999) había llegado a este mundo para ser músico. Además, durante su vida ha tenido la influencia de Marco Smaili, “un profesor diferente, de los mejores del país”, además de su padre, “mi principal mentor”.
Sin embargo, como nos confiesa, “el señor Pepe no tuvo la iniciativa de que estudiara guitarra”, apunta con una sonrisa, postergándolo una y otra vez, “más adelante”, le anunciaba. Pero el talento de Marina era innato, y así lo ha podido demostrar en los diferentes centros académicos, en la propia Petrer, Alicante y Murcia.
Directora desde 2022 del Concurso José Tomás, dentro del Festival de Guitarra de Petrer, nos avanza que la última edición -la vigesimoctava-, celebrada en julio, “fue un éxito de participación, con alrededor de 140 guitarristas (93 concursantes), con muchísima presencia femenina”, se enorgullece.
Beca y gira
Marina está inmersa en una gira gracias a una beca, tras el convenio de colaboración entre la Asociación de Guitarra Clásica PIMA y AQUÍ Medios de Comunicación. Se trata de tres conciertos en las localidades de Petrer, Montanejos (Castellón) y Alicante.
El MDM Festival de Montanejos, también colaborador de la beca, llevaba tiempo queriendo contar con ella en su cartel y “por eso decidieron apostar por mí”. El primer concierto fue durante el certamen preterí, en la presentación, y los otros dos serán en el municipio castellonense (10 de octubre) y en el Museo de Aguas de Alicante (2 de noviembre).
“Estos eventos son un impulso a mi trayectoria, porque, aunque lleve muchos años, me considero un artista emergente”, remarca la también cantante. “El premio, que entrega vuestro medio, nos da la oportunidad de llevar nuestra música hasta nuevos rincones”.
¿Eres músico por tu padre?
En gran medida sí, pero al principio él no quería. Recuerdo que con cuatro años le veía dar clases y le decía “¡yo también quiero!” Él no deseaba hacerse ilusiones, mientras yo le lloraba. Finalmente, mi insistencia ganó y empezó a darme lecciones en casa. Además, creo mucho en el destino y desde los cuatro años ya sabía que iba a ser guitarrista, lo tenía clarísimo.
«Pepe, mi padre, me enseñó el poder disfrutar con lo que hago, para que mi mensaje llegase a la gente»
Debió ver algo en ti.
Supongo. Tocaba la guitarra todas las tardes e incluso algunas noches, esperando que llegara, le esperaba en el salón, como si de un concierto se tratase. Se sentaba y le ordenaba que me aplaudiera al salir a ‘escena’ y lo grabase (ríe).
¿Qué más te enseñó Pepe?
El amor y disfrutar de lo que haces, para que mi mensaje llegase a la gente. Es un aspecto que me ha ido recalcando a lo largo de mi carrera, igual que el no compararse, pues se trata de un mundo muy complicado.
¿Igualmente te traspasó mucha responsabilidad?
Sin duda, algo que me ha perseguido siempre, pues recibía mucha presión en pruebas y accesos.
Lo pasaba mal, siempre pendiente de qué esperaban de mí, las altas expectativas que había. Todo cambió a mi llegada al Conservatorio Superior de Murcia: tanto mi profesor, Fernando Espí, como mis compañeros me arroparon hasta el final de mi carrera. Aprendí mucho sobre música, guitarra y mí misma.
¿Hasta qué punto te hace feliz la guitarra?
Uff, es a lo que he deseado dedicar mi vida. Disfruto mucho estando sola en casa, tocando, es el momento que más en conexión me siento. Después puedo dar lo mejor de mí en un concierto. Los conciertos, en este sentido, los disfruto mucho más que los ensayos previos.
«Creo mucho en el destino y desde los cuatro años ya sabía que iba a ser guitarrista, lo tenía clarísimo»
Clave fue el Concurso de Guitarra Ciutat de Xixona.
Contaba con once años recién cumplidos y lo viví con mucha ilusión, todavía sin haber entrado en el conservatorio. Mi padre me tanteó y le pedí apuntarme, no para competir, sino con el objetivo de disfrutar del mundo de la guitarra.
Tuvo lugar en diciembre de 2010 y solo estar en los camerinos fue precioso, con la adrenalina previa -totalmente necesaria- a subir al escenario. Escuchar mi nombre como ganadora fue increíble.
¿Cómo prosiguió tu formación?
Hice el Elemental en la Escuela ECOMUT y de ahí pasé al Conservatorio de Alicante, donde cursé el Grado Profesional. Ya en el de Murcia hice la carrera universitaria, cuatro años más, con profesores sumamente exigentes.
Jamás olvidaré las clases que me dio en Alicante Marco Smaili, uno de los guitarristas y compositores más relevantes del panorama actual. Más allá de mi padre, fue determinante estudiar con él los seis años de Profesional; mi TFG versó sobre su vida y composiciones, muchas de ellas únicas.
Son piezas que Marco tenía totalmente olvidadas, como ‘La Suite Cósmica’, y gracias a este trabajo pude conocer los entresijos compositores que hay detrás de su mente.
«Jamás olvidaré las clases que me dio Marco Smaili, uno de los mejores guitarristas y compositores del país»
¿También cantas?
¡Empecé a cantar antes que a tocar la guitarra! Ponía la cámara a grabar, al tiempo que mi madre hacía la cena, e imitaba las canciones de Disney, me maravillaba ‘La Sirenita’ -tenía rallada la cinta-, o a los cantantes de moda.
La primera canción que me pude acompañar fue ‘Someone like you’, de Adele. Me di cuenta entonces que tocar y cantar al mismo tiempo era fácil para mí: ahora lo he convertido en parte de mi lenguaje.
¿A qué te refieres?
El repertorio que propongo en mis conciertos incluye tanto música clásica -de guitarra solista- como canciones más populares o clásicas, acompañadas por voz.
Dinos los conciertos que recuerdas con más cariño.
El de 2017, mi primero como cantante, junto a orquesta de guitarra -con Pedro Chamorro como director-, durante el festival de Petrer. Fue un homenaje a Roland Dyens, guitarrista y compositor francés, fallecido en octubre del año anterior.
De igual modo, el concierto interpretado junto a Jorge Cardoso, también en Petrer, en 2019. Me acompañó a la guitarra, mientras yo cantaba. Es inolvidable.
Precisamente, a raíz de ese concierto, Cardoso nos comentó un proyecto que se ha convertido en la grabación de un CD con ocho piezas de guitarra solista, orquesta y voz, dirigido por Diego Nasser. Vamos a hacer una pequeña gira por Elda (2 de octubre), Albacete (día 3) y Montanejos (día 9).
¿Algún evento más?
Los conciertos que pudimos realizar bajo la batuta de Antonio Lajara, acompañado de Álvaro Jaén. Primero tocamos en Asís (Italia), con Iberian Folk Ensemble, antes de hacerlo en Lleida y en la inauguración del Festival de Petrer de 2020.
«El Festival Internacional de Guitarra de Petrer es uno de los eventos más importantes del mundo»
¿Qué significa el Festival de Guitarra en la provincia e incluso el país?
Es uno de los más importantes del mundo, así nos lo transmiten. Este año hemos contado con 140 guitarristas, de todos los rincones del planeta. El nombre de Petrer resuena por allá lejos, sin nosotros darnos cuenta…
El lema de este año fue ‘Da Capo’, una frase en latín, muy musical, que podríamos traducir como volver a empezar. Fue en honor a los veinticinco años que cumple PIMA (Pulgar, Índice, Medio y Anular), la digitación de la mano derecha de la guitarra.
¿En qué más estás focalizada?
Imparto clases, desde 2018, inicialmente a alumnos de cursos inferiores, muy común entre músicos. Descubrí entonces otra pasión, la docencia, disciplina de la que me enamoré.
Sigo formándome, por ejemplo, en un máster de Pedagogía Musical, para en un futuro dar clases en el conservatorio, otro sueño por cumplir. Asimismo, dirijo el Coro ECOMUT PIMA Guitarra.
«El premio que entrega AQUÍ Medios de Comunicación nos da la oportunidad de llevar nuestra música hasta nuevos rincones»
Por último, ¿podrías pasar unas semanas sin guitarra?
Me encanta que me hagas esta pregunta, pues defiendo el barbecho musical, dejar un tiempo que repose. No sé desconectar totalmente de la guitarra, ¡en mi casa es difícil!
Tuve que dejar de tocarla un periodo por una lesión, durante la carrera, y fue sumamente duro. Ahora estar un mes sin guitarra me llevaría a la tristeza, directamente.