ENTREVISTA > Manuel Hernández / Actor (Elche, 17-junio-1967)
Manuel Hernández es actor, director, productor y formador, con una trayectoria marcada por el cine, el teatro y la docencia. Su pasión nació en la adolescencia, cuando rodaba cortos en Súper 8 junto a amigos del instituto, mientras asistía con entusiasmo a las sesiones del cine club Luis Buñuel. Licenciado en Arte Dramático, formó parte de grupos como ‘Elisa’ en Alicante, y ejerció como actor y profesor en la Escuela Municipal de Teatro de Alicante Centro 14.
Más tarde fundó la compañía ‘Les Bouffons’ junto a Antón Valen, clown del Cirque du Soleil. Tras trasladarse a Madrid creó Actores Madrid, escuela pionera en la formación audiovisual, que dirige desde hace diecinueve años, y que cuenta entre su profesorado con nombres de prestigio como Vicente Aranda, Carlos Sedes, Gracia Querejeta, Salvador Calvo, Álvaro Fernández Armero o Roberto Santiago entre otros.
De gira teatral
Como intérprete ha participado en más de cincuenta proyectos de cine, televisión y teatro, colaborando con directores de referencia y actuando en el Centro Dramático Nacional. También ha participado en diferentes películas y en series como ‘Amar es para siempre’ o ‘Ana Tramel’, y actualmente en ‘La viuda negra’ en Netflix.
Ahora está de gira con sus espectáculos ‘El don de don dónde’ y ‘La lengua en pedazos’, mientras prepara la apertura del curso en sus escuelas de interpretación de Vigo, Madrid y Elche, y ha abierto recientemente un Café Teatro en nuestra ciudad.
«Sobre todo naturalidad, humildad y los pies en la tierra»
¿En qué estás trabajando ahora?
Estoy más centrado en producción, acabo de producir mi quinta película. Son películas de bajo presupuesto, no llegan al medio millón de euros. Aunque son películas más modestas en términos de inversión, se cuida mucho la producción y la calidad. También sigo de gira en teatro.
¿Cuál fue la última película que hiciste?
La última que terminé es ‘Ya lo decía mi madre’. Actualmente acabamos de terminar otra llamada ‘History 2025’, que está en proceso de montaje.
Has hecho ya seis veces de cura, ¿por qué crees que te dan tantas veces ese papel?
Pues eso digo yo (se ríe). Creo que doy el perfil, como soy más bien pequeño, más bien calvo, mi tono de voz y con cara creo que de bueno me adapto bien a ese papel. En ‘Amar es para siempre’ salí de cura en una de sus primeras temporadas durante seis meses.
«Con cuatro años le dije a mi madre que quería ser peliculero»
¿Qué debe tener sobre todo un actor o actriz?
Sobre todo naturalidad, humildad y los pies en la tierra. La interpretación es un oficio en crisis permanente. Cuando no llegan pruebas, porque no llaman, y cuando llegan cada semana y no se supera ninguna, también. Muchas veces no es cuestión de talento, sino de encajar entre varios candidatos. Por eso es clave tener la cabeza bien amueblada.
Hoy en día con tanto paro en vuestro gremio, ¿cómo hacen los actores para generar ingresos?
Ahora hay muchísimos actores que tienen un podcast e intentan sacar beneficio. Yo también hago un podcast de cine de terror con dos directores y un guionista. Lo hacemos principalmente por diversión, pero es importante siempre tener un plan B.
¿Cómo está la industria en cuanto a producción y oportunidades para los actores?
Hay mucha producción. Todo el mundo sabe que en las plataformas hay mucho contenido sobre cine y televisión, pero la cantidad de actores que hay es infinita y hay trabajo para pocos.
«Gracia Querejeta es una de las profesoras en mi escuela de Madrid»
¿Por qué hay menos protagonismo femenino en el cine?
Esto es una industria, y vende más el hombre que la mujer. Si haces una película y el protagonista es Luis Tosar, las cadenas quieren más esa película que si la protagonista es Maribel Verdú. Si el protagonista no es ni Luis Tosar ni Maribel Verdú, y es un veinteañero o veinteañera guapísima, entonces sí tienen más oportunidades.
¿Quiénes imparten las clases en tus escuelas?
Sobre todo en Madrid, dan clases directores y directoras de renombre. Por ejemplo, Gracia Querejeta, que es una de mis profesoras en la escuela y directora de cine. Ella es pionera en este país en cine grande con películas centradas en mujeres, como ‘Siete mesas de billar francés’, ‘Felices 140’ etc.
Vicente Aranda, Salvador Calvo y un largo etcétera de conocidos actores y directores imparten clase en ACT, Actores Madrid, que es el nombre de mi escuela en Madrid.
Habrás vivido muchas anécdotas, ¿recuerdas alguna?
Recuerdo por ejemplo que cuando participé en ‘Silencio en la nieve’, de Gerardo Herrero, con Juan Diego Botto y Carmelo Gómez, rodamos un mes en Lituania, a veinticuatro grados bajo cero.
Mi escena era un duelo con pistola contra un soldado alemán que quería matar a un niño ruso. Los actores que hacían de alemanes eran lituanos, y la condición era que hablaran alemán. Meses después me llamaron para doblar mi escena, pues resultó que aquello no era alemán ni nada, se lo había inventado el actor, y tuve que doblar la escena con un actor que si hablaba alemán. Esa fue la gran anécdota del rodaje.