El Club de Pilota Valenciana Benimagrell, en el barrio homónimo de nuestra localidad, se fundó a mediados de los ochenta, formalizándose poco después con la primera liga provincial y autonómica en la modalidad de Llargues.
“Básicos en nuestra evolución fueron personas de cierta edad, como Antonio y José Manuel Llorens, Ximo Miralles, Vicente Caturla y Vicente y Paco Navarro”, considera el actual presidente, Francisco Terol, en el cargo desde hace veintidós años.
Muchos de ellos ya no están entre nosotros, “pero fueron clave para que la pelota regresara a la calle, tras la censura durante la dictadura”, agrega. Gracias a ellos el club vive hoy en día un excelente momento, como demuestran las trece finales alcanzadas.
Su evolución
Tomaron el relevo un grupo de chicos más jóvenes, entre ellos el propio Francisco, ahora con 62 años. “Recuerdo cómo los sábados por la tarde nos reuníamos para jugar en la misma calle donde hoy se practica, denominada Calle de la Pilota Valenciana”, señala.
En aquella época, a mediados de los ochenta, rememora, no estaba muy bien asfaltada, había mucha grava y la pelota botaba de un modo desigual. “Era complicado jugar”, nos dice, sonriente. Sin embargo, había mucha afición, “siempre la ha habido en Sant Joan”.
Los años pasaron y Terol sustituyó a José Luis Olcina en la presidencia, después que éste se embarcara en una concejalía. El siguiente paso fue montar la Escola de Pilota, “la primera vez que se establecía una en el municipio”.
Determinantes en su crecimiento fueron vecinos como Antonio y José Manuel Llorens, Ximo Miralles…
Mejores jugadores
“En aquellos años el alcalde era Edmundo Sebas”, matiza el dirigente y todavía jugador. “Ya fallecido, dio mucho apoyo a la pelota valenciana”. Se llevaron a cabo también algunos fichajes autonómicos que les permitió llegar lejos, “¡a trece finales!, de las que solo ganamos dos”, lamenta.
Entre los mejores talentos, Álvaro de Tibi, todo un número uno, convocado en numerosas ocasiones por la Selección Valenciana de Pelota. “Fue campeón del Mundo y de Europa, lástima que muriese joven”, comenta el dirigente.
Sobresalía por su saque, pues en Llarges, matiza, esa parte del juego muchas veces es el 80% del punto. “Era su especialidad, con una potencia que le permitía sacar a más de setenta metros”. Otro referente en el club fue Malia de Iaguart, que tenía un saque muy potente, como Álvaro de Tibi, “situaba muy alta la pelota, lo que dificultaba enormemente el resto del rival”.
Desde su fundación el club ha sido capaz de alcanzar trece finales, aunque solo ha podido ganar dos
Parón tras la covid
La escuela del club alberga en la actualidad más chicas que chicos. “Después de la covid tuvimos un problema muy serio, quedándose el centro paralizado”, argumenta, pues la pelota valenciana básicamente es un deporte de aficionados.
“Había mucho miedo en los colegios a coger covid, como sabemos”. Ahora, cinco años más tarde siguen luchando para promocionar nuestro deporte a nivel local, “mediante una escuela que abarca de los seis a los dieciséis años”.
Son muchos, además, los seguidores que acuden a ver todos los partidos. Para ellos será un partido de exhibición que se disputará el próximo 9 de octubre y servirá para hacerle un homenaje al tesorero, Modesto Sala Mira, “fallecido hace apenas tres meses”.
Gracias a Sandra Hernández y otras compañeras la entidad cuenta ahora con un equipo femenino en Raspall
Un juego muy mental
Terol considera que el Club de Pilota Valenciana Benimagrell siempre ha estado en unas categorías muy duras, “a excepción de un año, cuyas finales fueron en Saloc”. Entonces el saque o banca era del de Tibi y esa liga se ganaron todas las partidas con suma facilidad, “hasta la final (7-10), donde los nervios pudieron con nuestros jugadores”.
En cambio, nos pudimos resarcir tiempo después, en 2023, con un triunfo ajustado en la final de Percha, en un choque disputado en Penàguila, próximo a Xixona. “Remontamos escandalosamente y acabamos ganando también 7-10”, dice feliz.
Sin duda, la pelota valenciana es un deporte muy duro, sacrificado y muy mental, “similar a lo que sucede en el tenis, que bajas los brazos y pierdes un set”. En la provincia de València se juega más el Raspall, “donde nosotros no destacamos y sufrimos”.
La sección femenina
Por su parte, Sandra Hernández, jugadora y secretaria del club, anhela un buen futuro para las chicas de la entidad, “pese a que la tradición del club sea más masculina”. Por eso hace un par de temporadas decidió -junto a su grupo de amigas contactar- con Paco, “para tocar pilota”.
El club pasó de tener una única fémina -en juveniles- a tener un equipo de siete mujeres. “Comenzamos a jugar la modalidad más femenina, el Raspall, con resultados difíciles: aquí no tenemos instalaciones, debemos pasar a València, la cuna de esta disciplina”.
“En nuestra categoría, Sexta, la inferior, porque acabamos de comenzar, el mayor rival es el Xeraco”, suscribe. Ambos, Francisco y Sandra, reivindican una pronta optimización en las canchas, imprescindibles para mejorar.