Los problemas más frecuentes entre los niños son el ojo vago y los defectos de refracción como miopía, astigmatismo o hipermetropía, siendo esta última la más complicada de detectar
Una buena visión es fundamental para un buen aprendizaje. Según datos del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas, uno de cada tres casos de fracaso escolar puede deberse a problemas de visión en los niños. Y es que, entre los 6 y 12 años es cuando se produce la madurez del sistema visual, por lo que, si no se consolida una buena visión, es probable que se vea afectado directamente el rendimiento escolar.
¿Cómo detectar problemas de visión?
A medida que los menores progresan en la escuela se enfrentan a una creciente demanda de sus habilidades visuales. En este contexto, si los pequeños evitan la lectura y otras tareas de visión cercana, tratan de no hacer los deberes y, si llegan a hacerlos, los acaban con un bajo nivel de comprensión o de eficiencia, Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica Universitaria, recomienda “revisar la vista de forma inmediata ya que muchos de estos problemas podrían solucionarse de forma sencilla con el uso de unas gafas correctoras y evitar así el fracaso escolar”.
En este sentido, Escuer comenta que “familias y profesores tienen un papel importante en la detección de problemas visuales en los más pequeños ya que éstos en muchos casos no son conscientes de la raíz del problema o no encuentran la forma de expresarse” y recomienda una serie de pautas a seguir para detectar dichos problemas como “valorar si el menor se fatiga cuando está subordinado a estímulos visuales o si al escribir es común que invierta el orden de las letras o los números”.
También aconseja observar si el niño se aproxima mucho a las pantallas y a los libros, y tener en cuenta si se queja de tener una visión borrosa, tanto de cerca como de lejos. Escuer destaca la importancia de fijarse en si el niño adopta posiciones que llamen la atención o si manifiesta dolores de cabeza, mareos o picor en los ojos.
Los problemas más comunes
Entre los problemas de visión más comunes en los niños y principales causas del fracaso escolar se encuentran la ambliopía u ojo vago, que afecta sobre todo a menores en edad escolar. Esta disfunción propicia fatiga visual, malestar y afecta considerablemente a la capacidad lectora. Esta alteración se puede solucionar con un tratamiento específico siempre y cuando se detecte a tiempo, ya que puede llegar a una fase crítica en la que la recuperación no es posible.
Otras de las causas más habituales en el fracaso escolar son los defectos de refracción, aquellos en los que hay algún tipo de desenfoque visual y entre los que se encuentran la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo. En la primera, como consecuencia, el niño tiene que realizar un esfuerzo para enfocar de cerca, por lo que leer o hacer los deberes se convierten en tareas complicadas. “Aunque muchos padres lo desconozcan, muchos pequeños dejan de hacer los deberes o sacan malas notas a causa de que padecen hipermetropía, pues para ellos estudiar supone un esfuerzo mayor que para sus compañeros, aunque su visión sea buena de lejos”, explica Escuer.
En el caso de la miopía, provoca que los objetos lejanos se vean borrosos, y que el niño se acerque a la pizarra o guiñe los ojos para poder enfocar de lejos. El astigmatismo provoca que las imágenes no sean tan nítidas por lo que se realiza más esfuerzo en enfocar, sobre todo en las tareas de cerca.
Por este tipo de problemas visuales Escuer recalca que “es muy importante que un óptico-optometrista revise, como mínimo una vez al año, la visión de los niños, con la finalidad de corregir los posibles problemas y evitar que el menor vea perjudicado su proceso de aprendizaje. La mayoría de las veces sólo se necesita corrección en las tareas de cerca”.