Esta Fundación nació hace 25 años con el objetivo de sufragar la finalización del órgano de piedra que se ubica en el Santuario de Santa María Magdalena
La decisión de donar el órgano de mármol en construcción y, por tanto, toda la inversión que la fundación ha realizado en el proceso desde su creación en 1993 al Ayuntamiento ha sido adoptada ante la dificultad de conseguir ayudas y subvenciones, por parte de entidades supramunicipales, para la finalización del proyecto dado que la titularidad del órgano estaba en un “limbo” indefinido que impedía la consecución de fondos.
El presidente de El Sonido de la Piedra, Juanjo Segura, ha recordado que la finalidad de la entidad ha sido desde el principio “donar, cuando estuviera acabado, el órgano al Ayuntamiento para que fuera propiedad del pueblo de Novelda”, una donación que se ha visto acelerada por la indeterminación de la titularidad del mismo de modo que, en unos meses, el consistorio pueda inscribir la propiedad del órgano en el inventario de bienes municipales y, a partir de ese momento, poder solicitar subvenciones y aportaciones económicas que ayuden a su finalización.
Por su parte el alcalde, Armando Esteve, que ha agradecido el trabajo de la fundación y de todas las personas que han colaborado para que “se fuese realizando este gran proyecto que aportará a Novelda un inmenso valor añadido”, señalaba que con la donación se inicia un “nuevo camino” que facilitará la consecución de ayudas económicas para la finalización del órgano de mármol al tiempo que permitirá contemplar inversiones para el mismo en el presupuesto municipal.
Un órgano monumental de lenta construcción
A partir de este momento la Fundación El Sonido de la Piedra y el Ayuntamiento trabajarán de forma paralela y conjunta para acelerar los trámites de donación y aceptación de una obra de arte que se inició hace veinticinco años cuando el organista, gemólogo y escultor Iván Larrea presentó su proyecto para construir un órgano de mármol, con 750 tubos, 40.000 kilos de peso y once metros de altura, cuya construcción se encuentra muy avanzada y para cuya finalización se estiman necesarios cerca de 500.000 euros.
El momento más complicado de este proceso fue la introducción de los elementos más voluminosos y pesados en el interior del Santuario, para lo que fue necesario realizar estudios geotécnicos y estructuras de cimentación de hasta ocho metros de profundidad. Ahora, según indicaba Larrea, queda pendiente la fase de organería propiamente dicha aunque ya hay colocado un teclado, los secretos, parte de la mecánica y unos tubos en un órgano demostrativo que lleva diez años funcionando con mucho éxito de visitas y que ha puesto de manifiesto la elevada calidad del sonido de la piedra, mucho más intenso que el de la madera.