Gonzalo Villar / Centrocampista del Elche CF (Murcia, 1998)
Su juventud solo se refleja en el brillo de sus ojos y en las marcas de acné, porque se maneja en la sala de prensa con la misma seguridad que viene demostrando sobre el césped en su primera experiencia en el fútbol profesional.
«Soy murciano, pero me considero canterano del Elche porque es aquí donde exploté como jugador»
Gonzalo es el prototipo del nuevo futbolista que viene. Admite que su vida está cosida a un balón, pero sin descuidar los estudios universitarios. Ya se siente un ilicitano más, aunque no hace demasiados planes de futuro en la ciudad. Prefiere vivir el presente, consciente de que su talento le puede llevar donde él se proponga.
Ya lleva cinco meses en el fútbol profesional. ¿Cómo se siente?
Bien. Estoy siguiendo un proceso, pero cada vez estoy más contento y jugando mejor. Estoy feliz y disfrutando mucho de todo.
¿Se puede disfrutar del fútbol profesional?
Claro, el fútbol hay que disfrutarlo, pero sin dejar de competir. Cuando disfrutas es cuando las cosas mejor te salen. Si te gusta este deporte como no vas a disfrutar de enfrentarte a equipos que son de Primera, como Málaga, Las Palmas o Zaragoza.
Hace algunas semanas sorprendió a todos al reconocer que se había ganado a pulso la suplencia. No es algo normal un mensaje tan autocrítico en un deportista de élite.
No me gustan las excusas. En mi casa me enseñaron que buscar excusas no vale. Te pueden aliviar en el momento, pero a la larga no te ayudan. Si admites el fallo al final encuentras la solución. Las cosas pasan por algo.
«La Segunda B me vino bien porque te enseña a pegar palos y a rascar y si no aprendes los rivales te comen»
No es que fuera un desastre al principio de la Liga, pero no estaba al nivel de la pretemporada, en la que andaba como un tiro. Creo que pagué esa fase de adaptación a una nueva categoría.
Esa filosofía vital coincide mucho con la de Rafa Nadal.
Es que es mi ídolo deportivo es él. Veo cualquier partido que juegue, aunque sea ante el 200 del mundo. He leído su libro, escucho las charlas de su tío y entrenador… Soy un fanático de Nadal.
Volvamos al fútbol. Fue extraño, pasó de ser la revelación de la pretemporada y titular en la Liga a no ir ni convocado. ¿Qué pensó?
Fue un palo, pero lo llevé con naturalidad, porque en realidad no es que estuviera apartado ni castigado. Simplemente había compañeros que lo hacían mejor. Además, Pacheta hablaba mucho conmigo y me decía que no tenía dudas de mí y que era algo normal porque formaba parte de un proceso de maduración. Al final lo que hice fue ponerme las pilas y esperar a volver a tener mi oportunidad.
Vayamos al principio de su historia. Usted es murciano y murcianista. ¿Qué antecedentes futboleros había en su familia?
Ninguno. Mis padres dicen que desde que gateaba ya estaba detrás de la pelota. Empecé jugando en el colegio y por medio de una tía mía fui a probar al Murcia. Era delantero en ese momento. Fui a probar y me dijeron que me quedara, pero yo lo que quería era irme con mis amigos a jugar. Allí me dieron facilidades e incluso me dejaban ir menos días a entrenar.
¿De qué equipo era de niño?
Del Murcia. Iba a ver sus partidos, sobre todo el año que estuvo en Primera, aunque duró poco.
¿Y qué jugador era su ídolo?
Andrés Iniesta. También me gustaba ver a otros centrocampistas, como Xavi Hernández, Busquets… No soy de Barcelona, pero a cualquiera que le guste el fútbol le tenía que gustar aquel equipo de Pep Guardiola. Soy joven, pero nunca he visto un equipo que juegue igual.
¿Siempre quiso ser futbolista?
Sí, desde siempre. Aunque nunca he dejado de lado los estudios. Estoy estudiando ADE en la UCAM de Murcia.
Y en plena adolescencia aparece el Elche en su camino. ¿Qué recuerda de aquella etapa?
Fue muy bonita. El Murcia había comenzado el declive y Elche acababa de ascender a Primera. Además, venía desde Murcia a entrenar en un vehículo del club con muchos de los que habían sido amigos y compañeros. Se creó una relación muy especial con ellos y firmamos un gran año en el cadete, quedando campeones de Liga.
Dígame la verdad, ¿se considera un canterano del Elche?
Por supuesto, porque el sitio donde he explotado es aquí. En Murcia jugué de pequeño, desde los 9 años hasta los 15, pero el primer año del Elche es en el que doy el salto y comienzo a mostrar mi potencial.
Yo aquí es como si estuviera en casa y me siento un ilicitano más. Y lo digo de verdad, no por quedar bien. No me puedo quejar de nada desde que llegué a este club. Incluso cuando peor lo pasé este verano en Valencia el Elche siempre estuvo ahí para acogerme enseguida.
En verano de 2015, cuando estaba entrenando con el primer equipo, decide fichar por el Valencia. ¿Cómo recuerda aquel cambio?
No fue una decisión drástica, sino algo que se veía venir. Yo tenía una oferta de renovación y estaba haciendo la pretemporada con Baraja, pero se acababa de producir el descenso administrativo y había mucha inestabilidad. Habían pasado tres directores deportivos en apenas dos meses y el club entró en Proceso Concursal, por lo que tenía que ir con ojo en el tema económico.
Yo no sabía si iba a jugar en Primera, Segunda o Segunda B. Mi contrato era pequeño y estaba la opción del Valencia. El Elche necesitaba dinero y la operación se hizo por 200.000 euros.
Y en Valencia no lo tiene fácil…
No, sentí que no apostaron por mí de verdad en el primer año y me costó adaptarme. Me extrañó, porque ellos me querían y Víctor Orta ya había frenado un año antes mi marcha al Valencia renovándome por tres temporadas. También es verdad que no alcance mi nivel, pero fue un poco por todo ya que, tras entrenar con el primer equipo del Elche y jugar con el Ilicitano, me bajaron al juvenil del Valencia.
Fue una experiencia que me hizo fuerte, sobre todo el segundo año. Es como lo que me pasó aquí al principio de esta temporada, cuando te pasa eso aprendes a valorar cada minuto y a comerte el campo.
Y con 19 años pasa al Mestalla en Segunda B, una categoría áspera para un jugador joven y de talento.
Me vino bien. Por mi tipo de juego, soy de esos futbolistas a los que les gusta tener la pelota y dominar el partido, pero la Segunda B te enseña otras cosas, como a pegar palos y a rascar. Si no aprendes rápido te comen.
¿Qué aprendió de su etapa en el filial del Valencia?
Me hizo madurar, porque no lo tuve nunca fácil. Cuando llegas a un club así no valen los buenos informes que tengas, hay que ganárselo todo cada día porque los que están allí son tan buenos o mejores. Allí aprendí a superar los golpes.
Valencia fue su primera experiencia sin la familia cerca. ¿Cómo lo llevó?
Soy una persona muy familiar. Somos cuatro hermanos y echaba mucho de menos el follón y el jaleo de casa. Estaba deseando cada fin de semana, después del partido, regresar a casa, aunque poco a poco me fui acostumbrando. Un año estuve viviendo en una residencia de estudiantes y el año pasado en un piso.
«No soy muy de ir a fiestas, no me cuesta esfuerzo decirle que no a mis amigos de la universidad cuando me proponen salir»
Con 20 añitos y rodeado de estudiantes, ¿cómo resiste a las tentaciones?
No soy muy de fiestas, no me cuesta esfuerzo decir que no a mis amigos de la universidad. Ser futbolista profesional y poder vivir de lo que te gusta es un privilegio. Es algo que tengo interiorizado. Soy tranquilo y en la vida hay tiempo para todo.
¿Qué vicios confesables tiene?
Me gusta ver series de televisión y jugar a la PlayStation.
Llegó a estar a un solo paso del primer equipo del Valencia, ¿pensó que podría triunfar allí?
Claro, pero que el Valencia hiciera tan buena temporada el año pasado fue un problema, porque cuando estás bien no necesitas subir a nadie de la cantera. Si el Valencia hubiera hecho un mal año igual yo estaría ahora como está Carlos Soler.
Entrenaba dos o tres veces a la semana con el primer equipo y llegué a estar convocado ante el Girona en Liga. Tenía esperanzas. Además, disputé un partido amistoso en Arabia Saudí ante Ronaldinho, mi ídolo de pequeño, y Deco.
¿Qué jugador del Valencia le sorprendió más por su calidad?
Carlos Soler. Cuando subió al primer equipo parecía otro jugador. Cuando estábamos en el juvenil él era el medio centro defensivo y yo el organizador. Y fue subir al primer equipo y pegar un cambiazo.
Por cierto, usted viene de un filial. ¿Le gustaría una liga solo de filiales?
No, porque jugando solo contra filiales no te haces al fútbol profesional. Entiendo que pueden molestar porque manejan presupuestos fuera del alcance de la mayoría de los clubes, pero los chavales deben competir contra equipos profesionales para madurar. Lo que sí haría sería, por ejemplo, limitar su presupuesto.
Ha comentado en varias ocasiones que lo pasó mal este verano en Valencia. ¿Qué pasó realmente?
Fue un malentendido entre mis representantes y el Valencia y se pegaron muchos palos de ciego. No era un tema de dinero, sino de sentirme valorado y de saber si apostaban en Valencia de verdad por mí o no. Lo pasé mal, pero por suerte apareció el Elche. Ni miré el contrato que me ofrecieron, porque lo que quería era volver a casa.
Pero usted era un jugador cotizado y pretendido por otros clubes.
Es que una vez apareció el Elche no quise ni pensar más. Sé que había ofertas del doble de dinero y de equipos llamados a pelear por el ascenso, pero venía de pasarlo muy mal. Tenía contacto con Albacar, que se había portado como un padre cuando entrenábamos en el Elche, y le dije que quería volver. Él me comentó que hablaría con Cordero.
«Que llamara dos veces el míster para decirme que me quería es algo que marca y un detalle que te ayuda a elegir entre una oferta u otra»
Tanto el director deportivo como Pacheta, que me llamó dos veces, me hicieron sentir muy valorado. Y eso es lo más importante, más que el dinero. Que me llamara dos veces el míster es algo que marca y un detalle que te ayuda a decantarte entre una oferta u otra.
¿Se ve muchos años en el Elche?
Nunca se sabe. Ahora estoy feliz aquí. Mi objetivo es seguir haciendo un buen año y luego veremos. Si el Elche sube a Primera y se consolida… De momento estoy contento. Y eso es lo que importa.
Por cierto, qué le pasa a su compañero Chuca. Su trayectoria se parece a la suya, pero él no ha logrado aún despegar.
Nadie puede dudar de su calidad. Quizás está acusando salir del Villarreal, un club que tiene una forma de jugar muy definida desde su cantera al primer equipo. Le está costando cambiar un poco la idea de cómo jugar. Al final entrar en el equipo es difícil porque hay 23 jugadores de calidad y es normal que el entrenador apueste por lo que conoce más que, además, lograron ascender hace unos meses.
Pacheta va cambiando de sistema según el partido. ¿En qué dibujo se siente más cómodo?
En cualquiera de los dos me siento cómodo. No tengo problemas.
«Los jugadores más técnicos y creativos necesitamos un tío como Manuel Sánchez porque nos ayuda cuando no tenemos el balón»
Para que jugadores como usted brillen son necesarios otros, como Manuel Sánchez. ¿Qué relación tiene con él?
Buenísima. Me ayuda mucho. Los jugadores más técnicos y creativos necesitamos un tío así porque te ayuda cuando no tenemos el balón. Ocupa espacios, hace coberturas… Es un poco, salvando las distancias, como Casimiro en el Madrid, que les da la vida a Modric y Kross.
«La permanencia es el objetivo, pero si empezamos a ganar partidos y cambiamos la racha fuera no renunciamos a nada»
Entre nosotros, ¿qué objetivo se ha marcado en el vestuario del Elche para esta temporada?
La permanencia, pero no nos conformamos con nada. Vamos partido a partido y ya se verá dónde llegamos. Si empezamos a ganar partidos y cambiamos la racha fuera nosotros no renunciamos a nada.
Por cierto, ¿le han dicho alguna vez que es sorprendentemente normal para ser futbolista?
Sí, muchas veces.