José Luis Zerón / Escritor (Orihuela, 1965)
El prestigioso escritor y poeta oriolano José Luis Zerón acaba de dar una nueva muestra de su enorme talento y creatividad, con la publicación de su nuevo poemario llamado ´Espacio Transitorio`.
Ha publicado dos poemarios en menos de un año. ¿Cómo es posible crear algo tan difícil como poesía con tanta facilidad?
Ante todo, quiero aclarar que empecé a escribir los poemas de ´Perplejidades y certezas` a comienzos de 2001, lo acabé en 2005 y se publicó el año pasado. Mi último y reciente libro publicado, ´Espacio transitorio`, fue concebido entre 2012 y 2013. El proceso a la hora de escribir poesía es complejo y a veces atípico.
«El poema puede manifestarse en cualquier momento»
Para mí la poesía es una necesidad y nunca me despego de ella, pero no siempre escribo poemas. Tengo largos periodos de silencio en los que me dedicó a leer. La poesía a veces exige acción y otras recogimiento, indagación y búsqueda. Lo que sí tengo claro es que tal como decía José Ángel Valente, el poeta ha de estar siempre atento, a la escucha, porque el poema puede manifestarse en cualquier momento.
¿Y respecto a esa facilidad para componer poesía?
Es que no es fácil escribir poesía, aunque pueda parecerlo. Para mí escribir es una prueba a veces gozosa y a veces terrible. Cuando escribo poesía entro en un estado de lucidez y de enajenación. En ocasiones escribo de manera arrebatada, casi al dictado, pero también me suelo pelear con las palabras y me veo obligado a establecer treguas o incluso a claudicar.
«Todo poema, incluso el que surge en un estado de absoluto fervor creativo, requiere un proceso de revisión posterior»
Puede ocurrir que al cabo de un tiempo retome un poema fallido y lo reescriba felizmente o que transfigure otro que había dado por bueno tiempo atrás. En cualquier caso, todo poema, incluso el que surge en un estado de absoluto fervor creativo, requiere un proceso de revisión posterior.
Y no hay que olvidar que el poema no solo nace de unos impulsos meramente emocionales; también hay unos resortes intelectivos que lo hacen posible.
«Reúno poemas introspectivos, o llamémosle confesionales, con otros de corte social o comprometido»
En su anterior trabajo hablaba de perplejidades, desengaños, pasión y esperanza. ¿De qué habla en su nuevo trabajo?
Bueno, es difícil destacar un tema único porque hay varios. Surge en un periodo difícil y doloroso de mi vida en el que necesito tirar adelante casi sin asideros, pero sin perder la esperanza. Al mismo tiempo que escribo desde el dolor propio, desde un buceo interior, también lo hago preocupado por el sufrimiento de los otros, de los más desfavorecidos, de los desclasados. De modo que reúno poemas introspectivos, o llamémosle confesionales, con otros de corte social o comprometido.
Hay (o eso quiero creer) un diálogo continuo entre la ética y la estética, entre lo personal y lo colectivo. Este libro está escrito desde el tiempo presente y con la sensación de provisionalidad, de ahí el título. Hablo también de los miedos personales, del temor a que la depresión pueda atraparme en sus poderosos y obstinados tentáculos. Quizá sea ´Espacio transitorio` mi poemario más narrativo y confesional (aunque no entiendo por confesional el regodeo en el lamento), y el más desaforado.
Creo que fue Adam Zagajewski quien dijo que la poesía ha de afrontar un conflicto irresoluble, y es que tiene que decir y a la vez no decir. En la actualidad hay muchos poetas que recelan de la intensidad y el desafuero. Yo creo que un poema puede transmitir misterio sin renunciar a la intensidad, a la potencia a la furia. Me acuerdo ahora mismo del título de un libro de poemas de René Char, ´Furor y Misterio`, que define, en un prodigio de síntesis, lo que es el hecho poético.
El poeta, en este caso usted, expresa su forma de ver y sentir la vida a través de sus poemas. Si fuese así, ¿le cuesta mucho adaptar la dura realidad de la actualidad a un mundo tan sutil como el de la poesía?
El poeta no se aparta de la realidad aunque parezca ajeno a ella. Al contrario, eso que llaman la torre de marfil en la que, según dice la tradición, viven los poetas, es en realidad un observatorio privilegiado conectado con el mundo. Pero también mira a esa otra realidad que no opera con informaciones y cálculos pragmáticos y que contiene lo desconocido, de cuya existencia no tenemos certezas sólidas, pero sí muchas intuiciones.
Que la poesía sea anti-utilitarista y a veces se adentre en el territorio de lo inefable, no quiere decir que esté desconectada de lo que sucede en el mundo. Precisamente por su aparente inutilidad o ineficacia en una sociedad utilitarista nos salva de las rutinas, del miserabilismo, de las costumbres autocomplacientes. La poesía no es solo sutileza, es también indagación (a veces revelación), búsqueda, asombro ante lo maravilloso cotidiano que a menudo desatendemos, y también furia, vehemencia, desobediencia, una barricada contra los eslóganes, las consignas y otros lugares comunes de la comunicación.
La poesía habita la intimidad más profunda del ser y nos ofrece un encuentro con el misterio, pero también nos reconcilia con el mundo o nos enfrenta a él.
Además de este nuevo trabajo, también anuncia que tiene entre manos la publicación de otro sobre ensayos. ¿Se considera un escritor prolífico?
No lo creo. Lo del libro de ensayos o textos breves sobre poesía es un encargo en el que estoy trabajando. Escribo mucho, pero no he publicado tanto. Publiqué mi primer texto a los dieciocho años y tengo cincuenta y tres; en treinta y cinco años solo he publicado ocho libros de poemas y dos plaquetas, aunque tengo poemas, cuentos, ensayos, artículos y reportajes dispersos por numerosas revistas y periódicos nacionales e internacionales.
«Hay que aprovechar las buenas rachas cuando llegan, pero también hay que saber cuándo callar»
No es tanto. También es cierto que tengo muchos textos inéditos, sobre todo en prosa si cuento mis diarios. Hay que aprovechar las buenas rachas cuando llegan, pero también hay que saber cuándo callar o cuándo hay que decir no. Yo estuve mucho tiempo sin publicar porque me dediqué en cuerpo y alma a la revista Empireuma. Éramos pocos y la revista exigía mucho, de modo que me quitó demasiado tiempo que pude haber empleado en mi propia creación y en la promoción de mi escritura.
Su anterior libro lo editó una editorial de gran prestigio como Ars Poética, y este sale con otra de larga vida y renombre como es Huerga & Fierro. Si solo se codea con grandes nombres de la industria literaria, ¿qué le falta a José Luís Zerón para ser reconocido como un gran poeta a nivel nacional?
Bueno, quiero hacer una aclaración: Ars Poética es una editorial emergente que dará mucho que hablar, sin duda. Para mí fue un privilegio que editara mi libro anterior, pues es exigente y tiene muy buen gusto. En cuanto a Huerga & Fierro es una editorial más veterana y reconocida, sobre todo en el ámbito de la poesía.
No miento si digo que una de mis aspiraciones, hace veinte años, era publicar en esta editorial, y lo he conseguido ahora gracias al apoyo de mi amigo y poeta, muy buen poeta, Alberto Chessa, que me puso en contacto con los editores y remendó mi libro. Por tanto les agradezco a Antonio Huerga y Charo Fierro que hayan creído en mí. Pero dicho esto añado que, hasta que publiqué en Polibea en 2016 -otra editorial emergente dirigida de manera impecable por Juanjo Martín Ramos-, mi trayectoria era muy marginal. Mis libros anteriores salieron en editoriales menores o colecciones de poesía de diputaciones y universidades, y hoy son inencontrables.
¿Qué me falta para ser eso que usted llama un gran poeta a nivel nacional? La verdad es que no me resulta fácil responderle. Seguramente me falta entrar en eso tan difuso y a la vez algo pomposo llamado canon. ¿Y cómo se consigue? Ante todo, jugando a la lotería de los grandes premios de poesía, que te permiten publicar en editoriales que tienen acceso a los suplementos culturales más influyentes. Son esos premios de foto y pecunia. Y yo, que no soy muy ambicioso en este sentido, me he presentado a pocos certámenes de poesía.
«Ganar uno de los grandes premios te lleva a esas antologías relevantes que deciden quienes son los consagrados o los que van de camino a la consagración»
¿Qué proporcionan esos premios?
Ganar uno de los grandes premios te lleva a esas antologías relevantes que deciden quienes son los consagrados o los que van de camino a la consagración. Pero no olvidemos que incluso un poeta en lo alto de la cima difícilmente va a obtener una notoriedad más allá del propio arte de la poesía y sus especialistas. Además, el canon suele ser provisional, no lo olvidemos, y los que hoy están en él mañana pueden quedarse fuera.
Y tampoco debemos olvidar que ahora la poesía triunfante es la de los ´youtubers` que llenan teatros y venden casi tanto como algunos novelistas reconocidos, lo que les ha valido, pese a su dudosa calidad, la llamada de editoriales de poesía influyentes.
¿Es por lo tanto importante ser reconocido?
Hay muchos poetas que intentan obtener un mayor reconocimiento agrupándose o dejándose etiquetar por los cargantes epítetos que inventa la crítica; otros, por el contrario, se obsesionan con la singularidad y confunden lo novedoso con lo original. Creen ser poetas esquivos y anómalos, cuando en realidad están instalados en el ´mainstream`.
No rechazo un mayor reconocimiento para mi poesía, pero no es algo que realmente me preocupe. Tampoco pretendo ser un poeta de culto obsesionado por la singularidad. Mire, el canon lo va conformando el tiempo y no la actualidad.
«A lo que aspiro, porque todavía no sé si lo he conseguido, es a reconocerme en lo que escribo, a ser coherente aun con mis contradicciones»
A lo que aspiro, porque todavía no sé si lo he conseguido, es a reconocerme en lo que escribo, a ser coherente aun con mis contradicciones, y ello pasa por evitar escribir como te piden que escribas, no entrar en la espiral de bombos mutuos para obtener beneficios, estar a solas con tus propias obsesiones, hacerte preguntas difíciles, aunque puedan resultar anacrónicas o intempestivas, en definitiva, escribir lo que necesitas escribir.
Otro importante dato a destacar es que el prólogo de su libro lo escribe Jordi Doce, poeta, traductor, editor y ensayista. ¿Cuesta mucho rodearse siempre de los mejores?
Jordi Doce es un gran poeta y además un intelectual brillante, con un talento inmenso y una gran capacidad de trabajo. Su valía y su honestidad están más que demostradas. Nuestra amistad se remonta a los primeros tiempos de la revista Empireuma (él fue colaborador de la misma), cuando aún éramos muy jóvenes. Le agradezco que aceptara prologar mi libro y sus inteligentes y acertadas apreciaciones.
Por lo demás, no es mi pretensión rodearme de los mejores. Nunca he sido un arribista, aunque, a veces, inevitablemente, pongo en juego las afinidades electivas. Dicen que en el ámbito de la poesía es fácil hacer enemigos, y no lo niego; sin embargo, yo tengo la suerte de tener buenos amigos y amigas poetas.
¿Cuál será el recorrido de su nuevo libro a partir de ahora? Creo que piensa presentarlo en varias ciudades españolas. ¿Dónde y cuándo será dicha puesta de largo?
No puedo saber cuál será su recorrido. Me gustaría que se difundiera lo máximo posible, claro está. En Orihuela tengo previsto presentarlo en la tienda de interiorismo y decoración Íthaca, que regentan mis amigos Ana Leonís Terol (que ha realizado la ilustración de la portada del libro) y Javier Catalán. Allí se celebran, aproximadamente cada tres meses, unas veladas multiculturales de gran interés.
La fecha del acto todavía está por confirmar, pero supongo que será a mediados de enero. También lo presentaré en Madrid, aunque aún no sé la fecha y el lugar. Y he recibido propuestas para presentarlo en Alcalá de Henares, Murcia, y Elche.