Entrevista > Cristina Oltra Hernández / Psicóloga (Albatera, 9-Diciembre-1991)
Cristina Oltra ejerce de psicóloga actualmente en Albatera y en toda la provincia de Alicante. Ha introducido en la región el método ‘Aprender a educar’, unas directrices pedagógicas que conocemos todos gracias al programa ‘Hermano Mayor’, y con unas altas expectativas de éxito en situaciones complicadas de familia.
Ella misma ha respondido a nuestras preguntas, y cuenta a continuación cómo ha sido su trayectoria, cómo se formó y las ventajas de usar este método con adolescentes que no responden a otros programas tradicionales.
¿Qué es lo que más te gusta de la psicología?
El poder ayudar a las familias. Empecé con un voluntariado en adiciones, un tema que no imaginaba que me fuera a gustar mucho pero que me apetecía conocer.
Ahí me di cuenta de la necesidad que tienen, las familias en general, de ayuda y de trabajo psicológico cuando quieren ayudar a algún hijo o hija con problemas de adicción.
«Cuando era adolescente veía el programa ‘Hermano Mayor’ y tenía claro que yo quería hacer lo mismo que Pedro García Aguado»
¿Cómo decides enfocar tu trabajo a la ayuda de adolescentes?
Desde que yo era una adolescente veía todos los viernes por la noche el programa ‘Hermano Mayor’, en el que salía Pedro García Aguado.
El programa no me provocaba miedo, sino mucho respeto y admiración por él. Siempre tuve esa espinita como que me encantaría hacer lo mismo que hacía él, trabajar con adolescentes y dar ese tipo de ayuda.
¿Y cómo fue tu primera experiencia trabajando con jóvenes?
Cuando aún estaba estudiando conocí a amigas que trabajaban en un voluntariado con un grupo de adolescentes de un instituto. Estos chicos habían sido expulsados de forma temporal.
El instituto habilitó un espacio donde personal externo al centro acudía a pasar unas horas con ellos. Allí hablábamos sobre el motivo de su expulsión, nos hablaban sobre su situación familiar, ahondábamos un poco más en su vida personal, etc. Fue una experiencia muy enriquecedora.
¿Crees que es más difícil tratar a adolescentes que a niños?
La adolescencia es una etapa muy complicada en la que el adolescente empieza a tomar consciencia de todo. Pero es más fácil acceder a ellos que cuando son más niños.
Es cierto que al principio lo ponen difícil, porque deciden de qué quieren hablar y les cuesta abrirse. Pero al fin y al cabo están sufriendo problemas de convivencia dentro y fuera de casa, son los primeros que lo pasan mal, y el problema es que lo verbalizan con el mal comportamiento.
«No todos los padres saben ser padres sólo por el hecho de serlo»
¿Es más común que acudan padres a tu consulta o adolescentes directamente?
Son los padres quienes buscan ayuda cuando tienen continuos conflictos en casa; problemas de comunicación y de convivencia. Es habitual que vengan diciendo: mi hijo no me hace caso, mi hijo no deja el móvil, trae malas notas, etc.
¿Cómo conseguiste aprender y aplicar el método utilizado por Pedro García Aguado en tu vida laboral?
Hace dos años y algo descubrí la página ‘Aprender a educar’. En ella aparecía Pedro García Aguado y Francisco Castaño, profesor de secundaria. Decidí escribirles; les dije que los admiraba y que me gustaría poder hacer algo similar a ellos. Rápidamente me dieron la oportunidad de unirme a su trabajo.
Estuve una semana formándome con ellos en Barcelona y poco después empecé a trabajar en Málaga aplicando este método. Estudié en esta ciudad y me pareció mejor idea emprender y desarrollar este proyecto allí, porque es una ciudad más grande.
«’Aprender a educar’ es un método estructurado con el principal objetivo de entrenar a padres en habilidades educativas»
¿En qué consiste este manual?
Se trata de un método estructurado con el principal objetivo de entrenar a padres en habilidades educativas. Se dan herramientas que les ayudan a lidiar con esos problemas de comportamiento que se encuentran con sus hijos, mala comunicación, falta de límites, abuso de teléfonos, de videojuegos… Este método abarca todo eso.
Aparte yo puedo ofrecer un añadido. Cuando percibo otro tipo de necesidades más psicológicas también intervengo con mi formación. Pero esto no siempre ocurre; si no son casos extremadamente complicados este método puede solucionar muchas situaciones.
¿El método termina cuando la situación en casa se soluciona o mejora?
No, este método recomienda unas sesiones de seguimiento. El problema no se acaba y con él desapareces de sus vidas, sino que cada cierto tiempo seguimos manteniendo un contacto, y así podemos ver cómo van las cosas.
Pueden surgir nuevos problemas, nuevas situaciones que no sepan cómo solventar y pueden requerir tu ayuda de nuevo.
¿Son reacios los padres en confiar en la efectividad?
Sí, de hecho los padres se sorprenden muchísimo. Muchas veces llegan diciendo que están hartos de probar psicólogos y métodos que no les han ayudado en nada.
Es satisfactorio ver como con tu ayuda la familia logra resolver los problemas de otra manera, situaciones que se solucionaban a gritos o a portazos ahora saben gestionarse de otra forma.
Es un proceso que requiere paciencia, constancia y perseverancia. No son cambios que se ven de un día para otro, pero es un método sencillo, y yo animo a los padres a que disfruten de ese camino, porque es muy bonito.
«Lo que hace especial a este método es que se trabaja con toda la familia, y sobre todo con los padres»
¿Qué crees que hace a este método único?
Es diferente porque se trabaja con la familia al completo y no con el adolescente de forma aislada, de hecho el 80 % de las sesiones totales es con los padres, solamente con ellos. Los padres son responsables de la educación y hay que educarlos.
Educar hoy no tiene nada que ver con la referencia que podemos tener de nuestros padres o abuelos, eso ya no funciona. Antes se educaba basándose en la obediencia y en el miedo, y eso ha hecho mella en la autoestima de muchos adultos.
Yo apuesto por educar en el respeto, en la confianza y en la autonomía, son valores totalmente contrarios a lo que se solía hacer.
«Estamos en la era de la inmediatez, los hijos lo quieren todo ya, y si no se lo das te la montan»
¿Cuál dirías que es el principal problema que cometen los padres actuales en la educación de sus hijos?
Que son muy flexibles y permisivos. Partimos de que hace pocos años se pasó muy mal con el tema de las guerras y no había mucho que ofrecer a los niños. Muchos padres son partidarios del ´yo voy a dar a mis hijos todo lo que no tuve`. Pero claro, ahí nos encontramos con un límite, de no tener nada a tenerlo todo, y los límites nunca son buenos.
Hay que intentar llegar a un equilibrio, y fomentar que los hijos sepan que conseguir algo requiere un esfuerzo, y también a esperar cierto tiempo.
Ahora trabajas en Alicante. ¿Sigues llevando a cabo este proyecto?
Sí. Se dieron varias circunstancias en mi vida en las que prefería estar aquí de donde soy. Les comenté a Pedro y a Francisco si era posible cambiar Málaga por Alicante y no hubo ningún problema.
¿Existen otros equipos en España que aplican ´Aprender a educar`?
Hay unos cuantos equipos en Galicia, Zaragoza, Sevilla, Barcelona… Pedro es la figura más mediática, y siempre está dispuesto a ayudarnos e intervenir en algún caso que necesitemos.
Es una gran ayuda para mí sobre todo con el problema de adicciones, porque me he encontrado varios casos en que los adolescentes ya tienen esa puerta medio abierta.
¿Tienes algún caso tratado que haya marcado tu vida profesional?
En general todos me han marcado un poco, tanto los más sencillos como los más complicados. Sobre todo lo que más me marca, y donde más sientes la satisfacción de este trabajo, es cuando ves la evolución de cómo ha cambiado la situación de un paciente desde el primer día, cuando hacemos la primera reunión con toda la familia, hasta cuando termina.
¿Crees que hoy en día aún existen prejuicios a la hora de ir al psicólogo?
El famoso prejuicio de ‘yo no estoy loco’ se lo he llegado a escuchar a los propios chavales de 12 y 13 años. Además, muchos hijos son conscientes de que quien necesita ayuda son los padres, no ellos, y en la mayoría de los casos tienen razón, pero también es necesario que ellos participen.
Los problemas de convivencia en casa mejoran cuando se trata a la familia al completo.
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Principalmente estoy enfocándome en esta rama, dar voz a ‘Aprender a educar’ y que se normalice la situación de acudir al psicólogo, porque los problemas en la familia son una realidad presente en nuestra sociedad y nosotros estamos aquí para ayudar y dar herramientas y pautas a la familia.
El programa ‘Hermano Mayor’ abrió esa caja de pandora, porque hasta entonces no se conocía, pero hay casos tan extremos como en el programa.
El objetivo es no llegar a ese tipo de extremos porque estas actitudes se pueden detectar mucho antes. Es preferible corregirlas a tiempo y trabajarlas de una forma un poco más sencilla.