La primera medalla olímpica de la historia del deporte español llegó, aunque el Comité Olímpico Internacional (COI) no la reconociera hasta 2004, en los Juegos Olímpicos de París en 1900. Francisco Villota y José de Amézola, sin llegar a jugar ni un solo partido ante el abandono de la pareja francesa, el único otro equipo inscrito, se colgaron el oro en pelota vasca que, sí, formó parte del caótico programa olímpico de los segundos Juegos de la era moderna.
El goteo de preseas desde entonces fue pobrísimo. España no volvería a unos Juegos Olímpicos hasta Amberes 1920 y tuvo que esperar hasta 1928 para volver a ver un oro, esta vez el de José Álvarez, Julio García y José Navarro en la modalidad hípica de saltos por equipos.
El Mundial de ciclismo de 1992 puso a Benidorm y la Marina Baixa en el mapa deportivo en un año marcado por los JJOO de Barcelona
Pero no fue hasta 1992, el año mágico en el que todo parecía suceder en España, cuando el deporte de nuestro país vivió su gran y más profunda revolución. En total, 22 medallas (13 oros, siete platas y dos bronces) se quedaron en casa en los Juegos de Barcelona, algo nunca superado hasta el momento. El despertar de una nación al deporte más allá del fútbol, el baloncesto y aquella especialidad de moda en cada momento gracias al héroe de turno.
Gianni Bugno, el arcoíris de Benidorm
Aquel 1992 fue también muy especial para la comarca de la Marina Baixa. Los días 5 y 6 de septiembre la avenida Jaume I de Benidorm se convirtió en el epicentro del ciclismo mundial. Era la época en la que España no podía pegar ojo a la hora de la siesta por culpa de un espigado mozo de Villaba (Navarra) que unos meses antes, tras ganar su primer Giro de Italia, se había subido por segunda vez a lo más alto del podio del Tour de Francia en los Campos Elíseos de París.
Miguel Induráin iba a ser el jefe de filas de la selección española para el Mundial de aquel año que, tras la disputa de las pruebas de pista en Valencia, llegaba a Benidorm gracias al empeño de Luis Puig, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI) hasta su muerte en 1990. Él, como Juan Antonio Samaranch al frente del COI, luchó y logró demostrar al mundo que aquel país, que hasta cuatro días antes todo el mundo veía en blanco y negro, estaba a la altura de cualquier gran evento.
No ganó ´Miguelón`. Aquel Mundial lo ganó el italiano Gianni Bugno, que en una calurosa tarde se enfundó su segundo maillot arcoíris (la prenda que en ciclismo distingue al campeón del mundo) consecutivo. No ganó ´El Extraterrestre`, pero aquel Mundial sirvió para que medio mundo viera en directo y durante horas las imágenes de la costa benidormense y parte del interior de la comarca. Todo un logro en lo que entonces no tenía nombre y hoy llamamos turismo deportivo.
Grandes deportistas que sirven de inspiración
Los hermanos Fernández Ochoa, Manolo Santana, Alfonso de Portago, Carlos Sainz, Fernando Martín, Seve Ballesteros, Jan Abascal, Edurne Pasabán, Federico Martín Bahamontes. Incluso, hoy en día, Javier Fernández o Carolina Marín. Todos ellos tienen dos cosas en común: han hecho historia en el deporte español y han llegado a las más altas cotas de sus respectivas especialidades casi por generación espontánea.
Antes de Barcelona 92 apenas existían programas serios de desarrollo deportivo e, insistimos, fuera del fútbol, la juventud apenas podía soñar con alcanzar la gloria, la fama y el dinero en el mundo del deporte. Todo cambió con aquellos Juegos Olímpicos que abrieron España al mundo y al deporte. En ellos los españoles, siempre tan críticos con nosotros mismos, descubrimos que con trabajo, esfuerzo y sacrificio podíamos ser tan buenos como cualquiera. Pero no era suficiente. Hacía falta, también, inversión.
Guillermo Amor, parte del ´Dream Team` de Johan Cruyff, fue el primer gran representante del fútbol comarcal
Panorama olímpico
De aquella generación es Guillermo Amor, hasta no hace mucho el deportista benidormense más reconocido. Jugador del FC Barcelona de Johan Cruyff, del llamado ´Dream Team`. Su palmarés contempla cinco Ligas, tres copas del Rey, cuatro supercopas de España, dos Recopas de Europa, dos Supercopas de Europa y, por supuesto, una Copa de Europa. Internacional en 37 ocasiones fue el precursor, y quizás de alguna manera ejemplo a seguir, de los muchos deportistas que la Marina Baixa ha dado después.
Liliana Fernández, que estará en Tokio 2020, es la actual representante olímpica del deporte de la comarca
Con Antonio López el fútbol comarcal volvió a Primera, y con Raúl Mesa primero y Liliana Fernández ahora ha llegado al panorama olímpico.
De la Marina Baixa al oro
La Marina Baixa ha sido, históricamente, un lugar donde las principales figuras y equipos de distintas disciplinas deportivas han preparado su asalto a las principales competiciones internacionales. Las carreteras de la comarca ven, cada invierno, a las mejores escuadras ciclistas preparar la temporada aprovechando la orografía alicantina y el sol tan esquivo en sus países.
Los parones de las ligas nórdicas son aprovechadas por los principales equipos de la zona norte de Europa para realizar sus concentraciones invernales. Las distintas pistas de atletismo repartidas por los municipios de la Marina Baixa han sido testigo de la puesta a punto de medallistas olímpicos antes de sus grandes citas. Y no es extraño que, de forma particular, grandes figuras como, por ejemplo, los hermanos Brownlee, pasen largas temporadas entre nosotros cuidándose antes de partir en busca de la gloria.
En la vida diaria
Todos ellos, junto a los equipos que pelean en distintos deportes y varias categorías defendiendo el pabellón de los municipios de la Marina Baixa son la punta del iceberg. La cara más visible de un deporte que, cada vez más, se ha convertido en parte de la vida diaria de muchos. Conscientes de los riesgos de la vida sedentaria, la demanda de nuevas y mejores instalaciones deportivas ya no es coto privado de atletas profesionales y es la ciudadanía la que exige unas infraestructuras acordes a sus necesidades.
Y es así, siendo conscientes de la importancia capital que el deporte tiene en el desarrollo de las personas y pudiendo ver de cerca los ejemplos de algunas de las principales figuras del mundo, como los habitantes de la Marina Baixa llenan polideportivos y pabellones. Desde niños en sus escuelas deportivas y ligas escolares, hasta personas mayores en sus talleres de envejecimiento saludable.
En 2017 La Nucía fue reconocida por la ACES con el premio de «Mejor Villa del Deporte de todos los tiempos»
La Nucía, la joya de la corona
Y si algún municipio ha destacado en los últimos años por su apuesta deportiva por el deporte ese ha sido, sin duda alguna, La Nucía. Con su lema, Ciudad del Deporte, lleva casi dos décadas dando pasos firmes y decididos en convertir su Polideportivo Camilo Cano no sólo en el mejor de la provincia, sino en uno de los grandes puntos de referencia de Europa. Y así quedó reconocido en 2017 cuando la Asociación de Capitales Europeas del Deporte (ACES) concedió al municipio nuciero el premio de “Mejor Villa del Deporte de todos los tiempos”.
Echando la vista atrás, el aspecto actual del Polideportivo Camilo Cano tiene muy poco que ver con el que ofrecía allá por 2001, cuando su alcalde, Bernabé Cano, asumió por primera vez la vara de mando y puso el deporte en el centro de su acción política. Sólo dos años más tarde se inauguraron los primeros campos de fútbol 7, el rocódromo, el campo de fútbol de césped artificial y la primera fase de las pistas de pádel, que en aquel momento se convirtieron en las primeras de uso público de la comarca.
Desde entonces, las instalaciones deportivas nucieras no han dejado de crecer. Especial mención merecen algunos de los hitos conseguidos a lo largo del camino. La puesta en marcha, con la presencia del nadador David Meca y la selección española de natación sincronizada, de la piscina cubierta en 2006; la inauguración de las pistas de vóley playa o el circuito de educación vial en 2007 o la creación del skate park en 2015 son sólo algunos ejemplos.
Estadio Olímpico y hotel para deportistas
Uno de los principales pasos dados por La Nucía tuvo lugar en 2009. Hace ahora diez años el Polideportivo Camilo Cano se coronaba con la apertura de su pabellón cubierto, un acontecimiento que quedó para los anales con un enfrentamiento entre las selecciones nacionales de España (subcampeona del mundo entonces) y Bélgica de fútbol sala.
En 2020 La Nucía inaugurará uno de sus proyectos más ambiciosos: el Hotel Residencia de Deportistas
Pero el crecimiento del deporte en La Nucía no se ha detenido. Casi 20 años después de aquel 2001 que dio el pistoletazo de salida a esta carrera, el Polideportivo Camilo Cano sigue afrontando retos y añadiendo instalaciones. Hace sólo unas semanas que se inauguró, acogiendo el Campeonato de España de Atletismo, el Estadio Olímpico y para 2020 se tienen ya previstas las dos nuevas ampliaciones.
Por un lado, la Academia de Tenis David Ferrer, que ya ha comenzado a funcionar en este 2019, completará su despliegue y, sobre todo, se terminará la construcción del Hotel Residencia de Deportistas. Con once millones de euros de inversión y tras unos trabajos de construcción que comenzaron a principios de 2018, contará con 144 habitaciones y tendrá capacidad para albergar hasta a 576 huéspedes. Además, será una nueva muestra del elemento dinamizador que puede ser el deporte para la economía de la comarca creando 140 puestos de trabajo.