Cuánta razón tenía el, por aquel entonces, frustrado portero del Real Madrid y aspirante a cantante Julio Iglesias cuando cantaba aquello de que ‘al final, las obras quedan las gentes se van. Otras que vienen las continuarán. La vida sigue igual’ y se alzaba con el triunfo en la décima edición del Festival Internacional de la Canción de Benidorm en 1968.
Desde entonces, es cierto, nada fue igual en su vida. Ese día nació el mito y, quién sabe, se comenzó a fraguar la explosión de natalidad posterior que tantos ‘memes’ ha generado en plena era de las redes sociales.
Julio Iglesias, Raphael o Dyango fueron algunos de sus ganadores con más éxito posterior
Low Festival
Decía, el hoy en día orgulloso padre de nueve hijos (reconocidos), que las obras quedan y las gentes se van. Y es cierto. La mayoría de las personas que arrancaron la historia de aquel festival de canción ligera en 1958 y que organizaron su primera edición en 1959 ya no están aquí.
Se fueron dejando atrás su legado, que, como el de casi todos, va más allá de aquel certamen que vivió su momento de máximo esplendor con los triunfos de los Raphael, Iglesias o Dyango y cuya obra, como también decía la canción, sigue ahora adelante de la mano de los responsables del Low Festival.
Más de 25.000 personas han pasado ya por la muestra inaugurada el pasado mes de julio en la Boca del Calvari
La nostalgia sigue cosechando éxitos
Ahora, 60 años después del alumbramiento de aquella idea, imitación del todavía vigente de Sanremo (Italia), el Museo Boca del Calvari acoge una interesantísima retrospectiva hacia un evento que sirvió, a la vez, para catapultar las carreras de los artistas ya mencionados, y para lanzar la imagen exterior del incipiente destino turístico que comenzaba a ser la ciudad.
Inaugurada el pasado mes de julio, el éxito de esta muestra ha obligado a los organizadores a ampliar su programación hasta el próximo día 12 de enero de 2020, lo que permitirá multiplicar las más de 25.000 visitas que ha recibido sus primeros tres meses de vida, dando una nueva oportunidad, a todos los que no lo han hecho ya, para conocer una parte fundamental de la historia del municipio.
El Festival Internacional de la Canción de Benidorm, como tantas otras cosas en una ciudad que pelea día a día por mantener su competitividad y atractivo en un mercado turístico cada vez más hambriento de nuevas experiencias, languideció al final de su vida hasta desaparecer en el año 2006, tras haber celebrado 39 ediciones. Canceladas las de 1979, 1984 y el periodo de 1986 a 1992 dio paso, en 2008, al actual Low Festival, una propuesta más acorde a los gustos y necesidades del público actual.
De Benidorm al cine
Presentado por el legendario Bobby Deglané, y con la presencia del entonces príncipe Juan Carlos de Borbón, el festival arrancó su andadura en 1959 con el triunfo de la canción ‘Un telegrama’, interpretada por Monna Bell. Su éxito fue tan abrumador, que en aquella España en blanco y negro Concha (entonces Conchita) Velasco y Carmen de Lirio rodaron, sólo dos años después, un largometraje en la ciudad a las órdenes de Rafael Juan Salvia con el festival como argumento y trasfondo del mismo.
Buena parte de los actuales habitantes de Benidorm recuerdan únicamente su periodo final, la decadencia de lo que un día fue un evento de primer nivel internacional. No evocan, o no saben, por ejemplo, que el Festival de Benidorm fue el modelo en el que se fijaron los organizadores del Festival Viña del Mar (Chile) para poner en marcha su certamen, que sigue siendo hoy en día uno de los más consolidados a nivel mundial en este tipo de eventos.
Letras frescas y alegres
El Festival Internacional de la Canción de Benidorm ayudaba a que aquella sensación, aquel anhelo, se asentase en el imaginario colectivo. Letras y ritmos parecían hechas para ayudar a lanzar la imagen de una ciudad que prometía vacaciones, ocio y diversión a una clase media cada vez más numerosa que iba descubriendo los placeres veraniegos que, hasta poco antes, parecían coto exclusivo de las clases más pudientes o de aquellos pioneros turistas extranjeros.
Y, con todo ello, se fue construyendo una leyenda de la música española. Un certamen que no sólo vivió de sus ganadores, sino que atrajo a un importantísimo número de artistas invitados que, animados por el escaparate que suponía su presencia sobre el escenario del festival benidormense, no dudaban en aceptar dejarse ver en la capital turística.
Así, Benidorm contó con la presencia de primeras figuras como Alejandro Sanz, Sergio Dalma, Estopa, Miguel Ríos y otros muchos, aunque si hay una figura que siempre será recordada por su paso no competitivo por Benidorm esa no es otra que la enorme Aretha Franklin.
En 2019 se ha cumplido el 60º aniversario del nacimiento del Festival de Benidorm
Mirar atrás sin tristeza
En cualquier caso, 60 años después de su nacimiento y 13 después de su desaparición, el Festival Internacional de la Canción de Benidorm vuelve a estar de moda gracias a esa muestra que se puede visitar en el Museo Boca del Calvari. Una retrospectiva que, aunque supone echar la vista atrás a un tiempo que no volverá y recordar a personas que ya no están, lo hace bajo la misma premisa de los mejores tiempos del evento: la alegría.
No existe, al menos no es lo que se busca, lugar para la tristeza o la melancolía en esta muestra en la que se rinde culto y homenaje no sólo a los artistas que dejaron su huella, más o menos perenne, en el mundo de la música tras pasar por las tablas de Benidorm.
La exposición es un reconocimiento, una celebración, en honor a todas aquellas personas que a lo largo de sus 39 ediciones hicieron posible, con sus aciertos y errores, el nacimiento, auge y caída de uno de los emblemas del Benidorm del siglo XX.
Un festival histórico
Primera edición: 1959
Última edición: 2016
Primera ganadora: Monna Bell (‘Un telegrama’).
Último ganador: La década prodigiosa (‘A ti’).
Los ganadores más internacionales
– Raphael (‘Llevan’, 1962).
– Julio Iglesias (‘La vida sigue igual’, 1968).
– Dyango (‘Si yo fuera él’, 1976).