El perfil de Altea, tan distinguible en cualquiera de las innumerables imágenes que cada año destacan la cúpula azul de la Parroquia de Nuestra Señora del Consuelo, siempre está enmarcado por dos grandes protagonistas que, irremediablemente, pasan muy desapercibidos ante la belleza de la Villa Blanca: El azul intenso del Mediterráneo, puro contraste con el blanco de sus casas encaladas, es uno de esos fondos; el otro, quizás todavía más anónimo, es la Sierra Bernia, el gran balcón del municipio a ese mar del que, de una forma u otra, vivió siempre.
Como siempre ocurre con estos tesoros naturales, no todos los alteanos –por no extendernos al resto de habitantes de la comarca–, conocen de primera mano la belleza de sus parajes y, sobre todo, sus vistas. La Sierra Bernia, como no podía ser de otra manera en un municipio como Altea, ha servido de inspiración para multitud de artistas que, a lo largo de los años, han recalado en ella.
Aunque en estos tiempos lo hayamos olvidado, la Sierra Bernia fue, durante mucho tiempo, un importante punto estratégico de la costa mediterránea. En aquel pasado remoto, cuando los visitantes que arribaban a la orilla alteana no siempre lo hacían con buenas intenciones, la montaña servía como primer punto de defensa; como inmejorable atalaya para vigilar las incursiones que estaban al caer.
La fortaleza de la Sierra de Bernia simbolizó la presencia real en la zona
De fortaleza a balcón al mar
Alto, muy alto en sus laderas (a 803 metros sobre el nivel del mar), decidió Felipe II ‘El Prudente’ construir el Fuerte de Bernia. El segundo monarca de los Austrias –hijo del todopoderoso Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico–, que no quería que se repitiera en la zona una situación similar a la vivida en 1526 con la revuelta de los moriscos, decidió la construcción de esa fortaleza en 1562.
Desde sus laderas se protegía la costa de las incursiones berberiscas
Aquel castillo, situado hoy en día en el término municipal de Callosa d’en Sarrià, sirvió para defender a Altea de los frecuentes ataques berberiscos, pero, además, su condición de fuerte obligaba a la presencia en el mismo de un contingente de tropas del Rey, algo que tenía, al menos en aquella época, un valor algo más que testimonial en una zona donde seguía dominando un sistema señorial.
La historia de aquel fuerte fue corta. Ya en 1613, bajo el reinado de Felipe III ‘El Piadoso’, tras la expulsión de los moriscos de 1609 y dado su dificilísimo aprovisionamiento, se desmanteló la instalación, siendo este uno de los motivos por los que hoy en día sólo quedan algunas ruinas de lo que fue, durante medio siglo, el símbolo de la presencia real en la zona.
A partir del 2006 la Sierra de Bernia está considerada como un paisaje protegido
Convertido en paisaje protegido
Los siglos pasaron y, poco a poco, las comunicaciones y caminos con sus distintos puntos fueron mejorando. Los habitantes de los municipios que comparten sus laderas, trabajaron su tierra y disfrutaron de sus puntos más bellos. En muchas ocasiones celebrando fiestas tradicionales relacionadas, en su mayoría, con las cosechas. En otras muchas sencillamente aprovechándolos como lugar de asueto y ocio.
Desde 2006 la Sierra de Bernia está considerada por la Generalitat Valenciana como un paisaje protegido. Esa figura ha propiciado que la montaña, con una altura máxima de 1.128 metros, sea vista, cada vez más, como un punto de evasión para los habitantes de la zona, siendo un lugar ideal para la práctica de actividades deportivas al aire libre como el senderismo o el ciclismo.
El ayuntamiento de Altea ha querido potenciar ese nuevo papel de su montaña más emblemática y en los últimos meses ha acometido dos importantes actuaciones para permitir que vecinos y visitantes puedan disfrutar de la misma de una forma cómoda, segura y con un impacto medioambiental mínimo.
Mejoras en el camino principal
La primera de estas intervenciones fue la que se realizó en el acceso principal a la Sierra de Bernia, en el tramo que comprende desde la Costera Blanca hasta el área recreativa ubicada en la parte alta, con el objetivo de facilitar el ascenso y bajada de vehículos.
El concejal de Infraestructuras de Altea, Diego Zaragozí, explica que “el presupuesto de las obras ascendió a 335.000€, cofinanciados por la Diputación Provincial de Alicante y el ayuntamiento de Altea”.
Esta importante actuación consistió en el asfaltado del camino, la instalación de talanqueras de madera en las zonas peligrosas, la canalización del agua para que cuando llueva no cause desperfectos, la señalización de velocidad y la adecuación de la zona recreativa.
Respeto a un paraje natural
Zaragozí considera que, gracias a estas mejoras, “la gente puede disfrutar del maravilloso espacio natural que es la Sierra Bernia”. Pero, siendo consciente de la condición de paisaje protegido del lugar, el edil alteano pide a “todos los que la visiten que se conciencien de que están en un paraje natural y lo respeten”.
Pero no ha sido esta la única acción que desde el consistorio de Altea se ha emprendido para hacer más accesible y conocido ese entorno entre los habitantes de la Villa Blanca. Si la ya comentada estaba enfocada a permitir un mejor y más seguro acceso a todo tipo de vehículos, la segunda, terminada muy recientemente, se alinea mucho mejor con la actual visión que se tiene del disfrute sostenible de las zonas protegidas.
En este caso, han sido las concejalías de Medio Ambiente y Turismo las que han desarrollado una serie de actuaciones consistentes en la adecuación, mantenimiento y puesta en valor del ‘Camí de les Revoltes’, que ha contado con un presupuesto de 15.800 euros que han sido subvencionados al 50% por el propio Ayuntamiento y la Conselleria de Turismo de la Comunitat Valenciana.
La técnica usada en la mejora del ‘Camí de les Revoltes’ es Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO
Una construcción tradicional
Aunque los trabajos han incluido el desbroce selectivo, podas y eliminación de la vegetación y el despedregado de la senda, lo que más llama la atención en este caso es, precisamente, el método utilizado para la recuperación de ésta.
Así, cabe destacar la ejecución de pavimento en piedra en seco labrada a una cara, por el método tradicional, sin la utilización de morteros, así como las reparaciones del pavimento empedrado para evitar la continua erosión. Para mejorar la accesibilidad de la senda se han ejecutado escalones de mampostería en seco. También se han realizado trabajos de reconstrucción del muro de piedra seca para soporte de la plataforma de camino y la delimitación de la senda mediante la creación de una línea de piedra en lateral para evitar la aparición de atajos.
El concejal de Medio Ambiente de Altea, José Orozco, destacaba en este mismo sentido que esa técnica de construcción de la “‘piedra en seco’ ha sido reciente declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco”.
Las mejoras se han realizado con materiales naturales propios del entorno como la piedra caliza
Materiales sostenibles
Todo ello, con la utilización de materiales naturales propios del entorno como la piedra caliza. Se ha señalizado la senda con marcas homologadas de pintura de seguimiento del camino. Además, se han instalado cuatro paneles interpretativos en la Font del Garroferet para orientar a los peatones.
El concejal de Medio Ambiente, Jose Orozco, se muestrea “muy satisfecho por el resultado de estos trabajos”, que recientemente pudieron comprobar de primera mano y disfrutar los participantes que subieron por aquí con motivo de la ruta ‘Subimos a la senda’, organizada por el propio consistorio.
Como ha señalado el titular de Medio Ambiente, “el objetivo de estas actuaciones ha sido la rehabilitación de la senda y la mejora de la accesibilidad y orientación del usuario, de forma que se reduzca la aparición de otras vías alternativas’’.
Orozco ha explicado que “con estas medidas se reduce considerablemente el efecto erosivo observado en algunos puntos críticos del camino. Por todo ello, estas medidas van encaminadas a disminuir este impacto ambiental, y por tanto suponen una mejora del entorno’’.
Las actuaciones apoyan las actividades al aire libre, con un claro interés turístico
Un nuevo recurso turístico
Por su parte, la concejala de Turismo, Xelo González, estima que “este proyecto se centra en aumentar la oferta turística del municipio mediante la puesta en valor de recursos y bienes patrimoniales, promoviendo un turismo de calidad interesado en el patrimonio cultural y natural’’.
En definitiva, las dos actuaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Altea en el tramo final de 2019 deben servir para darle valor al ‘Camí de les Revoltes’, que forma parte de la red de senderos de la Sierra Bernia, y para fomentar el patrimonio etnológico y natural.
Por supuesto, como ya se ha apuntado, todo ello se ha ejecutado pensando en las actuales demandas de los visitantes de la zona, muy enfocados en las actividades al aire libre y el turismo activo.
Por ello, González explicaba que “se apoya el senderismo, una actividad de interés turístico que tiene una importante repercusión sobre la desestacionalización de la demanda turística, y totalmente complementaria a la oferta de sol y playa, ya que se desarrolla fuera del periodo estival”.
Escaparate al mundo
Todas estas actuaciones van a permitir, además, que la Sierra Bernia sea, si no lo era ya, uno de los grandes escaparates de Altea al mundo. El próximo mes de febrero, las cámaras de Eurosport mostrarán los encantos de la Villa Blanca y de la Sierra Bernia a millones de aficionados de toda Europa, con motivo de la retransmisión en directo de la parte final de la etapa reina de la Volta Ciclista a la Comunitat Valenciana.
La prueba, una de las primeras del calendario internacional y que cuenta en su palmarés con algunos de los más importantes representantes del pelotón internacional, será uno de los primeros grandes eventos deportivos que hagan uso de la renovada Costera Blanca, un terrible ‘muro’ donde se situará la línea de meta.
Ello se unirá, no cabe duda, a las muchísimas instantáneas que, a través de las redes sociales, compartirán vecinos y visitantes de sus visitas a una zona que ofrece unas vistas espectaculares de la Villa Blanca y de parte de la Costa Blanca.