Entrevista > Javier Balaguer Blasco / Director de cine, guionista y fotógrafo (Alicante, 8-junio-1961)
Con cuatro nominaciones a los Premios Goya, Javier Balaguer Blasco irrumpió en la industria en 2001 con su primera película ‘Solo mía’. Tras más de treinta años de trabajo en la profesión, a Javier no le asustan los retos.
Realizó los considerados como primeros videoclips a nivel nacional
¿Cuándo surge tu interés por la dirección cinematográfica?
Hubo una película que se rodó en Alcoy titulada ‘La portentosa vida del padre Vicente’. Reconozco que me dejó maravillado e impresionado. En ese momento quería ser actor, así que me trasladé a Madrid.
Fue en la capital donde conocí a José Luis Lozano, con quien monté en 1983 una productora de cine y publicidad, Isis Films, con la que realizamos tres cortometrajes y los que son considerados, a día de hoy, como los primeros videoclips que se hicieron a nivel nacional: ‘Embrujadas’ en 1983, de Tino Casal; ‘Lobo hombre en París’ en 1984, de La Unión y ‘The werewolf’ en 1984, de Azul y negro. Desde entonces, me adentré de lleno en el mundo del cine tocando prácticamente todos los palos de la industria.
«‘Solo mía’ fue la primera película, a nivel mundial, que trataba sobre la violencia de género»
En 2001 se publica tu primera película.
‘Solo mía’ fue mi primera película. Además, era la primera película a nivel mundial que trataba sobre la violencia de género y obtuvo una buena acogida de crítica y público. De hecho, estuvo nominada a cuatro goyas.
Hay que tener en cuenta que por entonces no se contemplaba hablar de algo denominado como violencia de género. Simplemente, aparecían en los medios de comunicación casos de homicidios y siempre se añadía la coletilla de que lo había hecho por problemas de drogas, de paro, de celos…
¿Cuál era tu visión?
Eso me llamó la atención, porque no había motivos que justificaran nada, así que me puse a investigar, junto a Álvaro García Mohedano, para mostrar que la violencia de género no tiene nada que ver con las drogas, ni con el paro ni con nada de eso, sino que es un problema transversal.
Recientemente has terminado un proyecto en el que uno de los escenarios elegidos ha sido las Salinas de Torrevieja, ¿por qué has escogido este emblemático punto de la provincia?
Mazda se puso en contacto conmigo para crear un proyecto para el nuevo coche con un baile kodo. Conocía las Salinas y, como quería hacer algo muy conceptual, creía que el blanco de la sal, el azul del cielo, el marrón de la tierra y el rosa del lago eran elementos que encajaban en lo que ellos buscaban. Es curioso porque, pese a ser de la provincia de Alicante, es la primera vez que hago algo aquí.
«Cada vez más, se apuesta por producciones internacionales»
Parece que al cine español siempre se le exige más que al resto, ¿cómo vivís esta situación los cineastas?
En España siempre se ha tenido el pensamiento de que todo lo de fuera es mejor. Evidentemente, en España se hacen películas muy malas, pero también se hacen películas fantásticas. Al igual que en Francia o en Estados Unidos. Además, cada vez más, el cine español apuesta por producciones internacionales, dejando de lado las tradicionales películas localistas.
En este sentido, ¿qué representa lo mejor y lo peor de la profesión?
El compañerismo. Por un lado, es cierto que haces muy buenas relaciones. Por otro lado, a veces ese mismo compañerismo es el causante de ciertas envidias. Es la idiosincrasia de este país, en el que parece que no nos alegramos de que al de enfrente le vaya bien.
¿En qué trabajas actualmente?
Estoy buscando financiación para hacer un largometraje y una serie. Tengo muchos proyectos pendientes. Por falta de ideas y de proyectos no es. Sin embargo, la producción de cine requiere muchos medios y dinero. Esta profesión es así, como una carrera de maratón, acabas un proyecto y tienes que empezar otro. Hacer una película te lleva, como mínimo, tres años porque para buscar la financiación te lleva casi un año o dos si tienes suerte.
¿Se vive mucho de las subvenciones?
En España se reparten al año unos veinte mil o treinta mil millones de euros en subvenciones a todas las industrias. La segunda industria que menos recibe es el cine. Sin embargo, siempre parece que el cine se lleve todas las subvenciones, cuando no es cierto. Es una profesión muy dura en la que muchas personas trabajan en la industria siendo a veces mileuristas.
Filmografía a destacar
2001: ‘Solo mía’.
2004 ‘Escuela de seducción’.
2008 ‘Oriundos de la noche’ (documental).
2014 ‘Frounsyya’ (documental).
2016 ‘Cervantes, la búsqueda’ (documental).
2019 ‘Domótica’ (cortometraje).