Hay un momento en el que la acidosis clava un millón de dolorosas agujas en las piernas, el corazón se desboca, los vatios del potenciómetro empiezan a bajar en picado y cada célula del cuerpo implora, desesperada, un parón que acabe con ese sufrimiento. Ese preciso instante y la manera de afrontarlo es el que separa al ciclista del resto de la humanidad.
El ciclista, desde el más elegante y dotado de los profesionales hasta el más ‘globero’, es el que escoge ese momento para desobedecer a su cerebro, que le grita a viva voz que eche pie a tierra, para buscar un puntito más de sufrimiento que le permita llegar hasta el punto que se había propuesto.
Es por ello, por ese espíritu de superación y, por supuesto, por el placentero sentimiento de libertad que ofrece transitar caminos y carreteras casi desiertas, por lo que el deporte del pedal está ganando cada vez más adeptos entre la población. Hasta el punto, al menos a nivel turístico, de que al ciclismo se le considera, desde hace más o menos un lustro, como el ‘nuevo golf’. Una ventana de oportunidad para el sector que la Costa Blanca, una vez más, ha sabido ver desde el primer momento.
El arrugado perfil provincial ofrece rutas que permiten disfrutar de su pasión a ciclistas de todos los niveles
Montaña de primer nivel
Alicante es una de las provincias más montañosa de España y eso, cuando hablamos de turismo de bicicleta, es una tarjeta de presentación inmejorable. La zona no cuenta, es verdad, con los grandes colosos de la cordillera de los Pirineos, pero el arrugado perfil del interior provincial ofrece, a cambio, rutas de diversa dificultad que permiten que ciclistas de todos los niveles puedas disfrutar de su pasión.
Además, el frecuente paso de carreras de primer nivel internacional por la zona –entre las que destaca la Vuelta a España–, han propiciado que no pocos amantes del ciclismo de todos los rincones del mundo se hayan interesado por la Costa Blanca como destino, después de ver a sus ídolos penar por su agreste paisaje.
Las comarcas de las Marinas, con una amplísima oferta hotelera enfocada de forma muy especial hacia este sector turístico, se han convertido en un auténtico paraíso para los amantes del pedal, que no sólo encuentran en ellas el clima idóneo para disfrutar de sus salidas sino, además, una oferta complementaria con la que completar su experiencia vacacional.
La práctica totalidad de visitantes extranjeros destacan el exquisito respeto por el ciclista en carretera
Exquisito respeto por el ciclista
En tiempos en los que la seguridad del ciclista en la carretera es uno de los factores con mayor peso a la hora de tomar la decisión por un destino concreto, existe prácticamente unanimidad entre los aficionados europeos de que España, y especialmente en la Costa Blanca, es uno de los lugares más seguros para los amantes de la bicicleta.
Las distintas campañas que colectivos ciclistas y DGT han venido realizando en los últimos años, el buen estado de la mayor parte de las carreteras del interior y la señalización de las vías son elementos que juegan a favor de esa sensación de seguridad y, por lo tanto, del propio destino.
Pero todo ello no sería nada si el resto de usuarios de la vía, especialmente los conductores de coches, furgonetas y camiones, no se hubieran sentido aludidos y no mostraran el exquisito respeto por el ciclista, que la práctica totalidad de visitantes extranjeros destacan como uno de los motivos por los que repiten año tras año su visita.
Durante los meses de invierno casi todos los equipos profesionales se dan cita en la zona
El ejemplo profesional
Además, las poblaciones de las Marinas, han sabido sacar muchísimo rédito de la presencia, durante los meses de noviembre a enero, de la casi todos los equipos del pelotón profesional en sus carreteras durante sus concentraciones de pretemporada.
Con ellos, se dejan caer por la zona un importante número de aficionados, que sueñan con tratar de aguantar el mayor tiempo posible el ritmo de las grupetas profesionales durante esos primeros entrenamientos de la nueva temporada.
Uno de los mayores atractivos del ciclismo es que, al usar carreteras abiertas como lugar de entrenamiento, cualquier aficionado puede pedalear junto a sus ídolos y medir sus fuerzas con ellos. No es extraño, por lo tanto, coincidir y compartir salida y charla con figuras del nivel de Julian Alaphilippe, Remco Evenepoel, Alejandro Valverde, Mikel Landa, Tom Dumoulin, Primoz Roglič…
‘Competir’ contra la elite
La proliferación de redes sociales específicas para medir los esfuerzos de los deportistas, con la archiconocida Strava a la cabeza, se une al ya mencionado hecho de que carreras como la Volta a la Comunitat Valenciana o la Vuelta a España elijan, con enorme frecuencia, hacer parada y fonda en este privilegiado rincón.
Gracias a esas aplicaciones, cualquier aficionado puede conocer los tiempos, vatios, cadencia o pulsaciones desarrolladas por sus ídolos en cada una de las zonas de esas etapas y, de esta manera, competir contra ello, aunque sea desde la soledad de una salida individual, tratando de acercarse lo más posible a sus datos.
Instalaciones específicas
Montados sobre bicicletas que, en ocasiones, pueden llegar a costar más que un utilitario de nivel medio, el poder adquisitivo del turismo de bicicleta es, por lo general, elevado, lo que ha provocado que muchos establecimientos hoteleros no hayan dudado en adaptar su oferta dándoles las mayores facilidades a los locos del pedal.
Son muchos los hoteles de la zona que han apostado por diseñar un producto ad hoc para el ciclista. Desde cuestiones tan evidentes como un lugar seguro para dejar sus bicicletas, un taller de reparaciones atendido por mecánicos especializados en los propios hoteles o servicios de alquiler de material concertados con las muchas empresas que a ello se dedican en la comarca; a otras muchas cuestiones no siempre tan evidentes como dietas específicas, centros sanitarios especializados o guías que acompañan a los visitantes por las rutas más bellas y desconocidas.