La pesca de artes menores corre grave peligro de desaparecer o verse muy mermada en Santa Pola, así como en gran parte de la provincia de Alicante. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado el primer borrador de una nueva orden ministerial que prohíbe directamente faenar en las praderas de posidonia.
En concreto dicha orden aumenta la protección medioambiental de los espacios marinos reconocidos hasta ahora como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) por su ecosistema. El área que atañe a Santa Pola abarca desde el puerto de Alicante por el norte hasta la frontera con Elche por el sur, y hacia dos millas al este de la isla de Tabarca. Ahora el Ministerio pretende subir la categoría de dicha zona a Zona de Especial Conservación (ZEC) ampliando así la red Natura 2000. Igualmente, también se refuerza como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Estos cambios no son meramente nominativos, sino que van aparejados a una serie de restricciones que en la práctica imposibilitan que las embarcaciones más pequeñas puedan pescar a pocas millas del puerto santapolero.
«Los pescadores llevan años sufriendo parones biológicos y limitaciones, pero parece que nunca es suficiente» L. Serrano (alcaldesa)
320 pescadores afectados
“Esto significa que la pesca artesanal con trasmallo queda prohibida. Ahora mismo en Santa Pola tenemos 70 barcos dedicados a esta labor. Es decir, estamos hablando de que unas 320 personas, con sus correspondientes familias, se quedarían sin actividad laboral” nos comenta Ángel Luchoro, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Santa Pola.
“La orden es un auténtico atropello. En el propio estudio medioambiental del Ministerio se dice que la salud de nuestro ecosistema marino es buena. Los indicadores tanto en las especies marinas como en las aves son muy positivos, y en las praderas de posidonia también son favorables. De verdad que no entiendo de donde se sacan esta prohibición” nos apunta Ramón José, portavoz municipal de Ciudadanos y de profesión marinero.
“Esta orden se ha realizado completamente sin contar con el sector pesquero. Los pescadores son los primeros que más se preocupan de cuidar el pescado, porque es su medio de vida. El sector de Santa Pola ya lleva tiempo haciendo esfuerzos enormes, realizando paros biológicos o limitando el tamaño de las redes. Pero parece que nunca es suficiente. Quiero mandarles todo mi ánimo y apoyo, me tienen para lo que necesiten” nos comenta la alcaldesa Loreto Serrano.
La mayoría de los pescadores de trasmallo no tiene capacidad económica para comprarse un gran barco para alta mar
Embarcaciones demasiado pequeñas
No todas las artes menores se verían afectadas, pues la orden ministerial limita la prohibición a las praderas de posidonia que están a pocas millas de la costa. Por ejemplo, los naseros sí podrán seguir navegando hacia más alta mar para la pesca del camarón.
Así pues a los trasmalleros y palangreros solo les quedaría comprarse un barco más grande y con mayor autonomía para poder faenar más allá de unas diez millas de tierra, algo que la inmensa mayoría no se pueden permitir. “Las artes menores dan un buen rendimiento económico para vivir, pero con esto no te haces ni mucho menos rico. Estos pescadores no están en disposición de realizar grandes esfuerzos económicos como para comprarse de repente una nueva embarcación mucho más cara” nos comenta el concejal Ramón José.
De hecho estos mismos pescadores ya vienen de padecer una reducción significativa de sus beneficios económicos a causa de la pandemia. Si bien es cierto que la pesca fue una de las pocas actividades profesionales que no se detuvo durante la cuarentena, no se han librado de sufrir todas las consecuencias venidas de la drástica reducción del turismo y las múltiples restricciones impuestas a la hostelería.
“Estamos vendiendo mucho menos en la Lonja, lo que repercute en una caída significativa de los precios. Algunos productos se están comprando hasta un 40% por debajo de su valor habitual. Y encima ahora nos viene este toque de queda, que desincentiva todavía más que la gente salga a cenar en los restaurantes y bares” se lamenta el Patrón Mayor de la Cofradía de Santa Pola.
«La orden es totalmente contradictoria, pues admite que la pesca apenas tiene impacto medioambiental» R. José (C’s)
Poco impacto medioambiental
Así pues, parece evidente que esta orden ministerial, en caso de publicarse definitivamente, traerá consecuencias dramáticas para muchas familias de Santa Pola. Ahora bien, la siguiente pregunta que cabe hacerse es si es necesaria desde un punto de vista ecológico.
Curiosamente en el estudio medioambiental que acompaña la citada orden se analiza todo el impacto de las artes menores sobre la fauna marina y las aves, para finalmente concluir que “la presión que la pesca pueda ejercer sobre el hábitat, se considera baja”.
“La orden es totalmente contradictoria en sí misma. Cualquiera que sepa un poco de pesca sabe que los trasmalleros no ponen la red en las algas, pues si no se atascarían y no podrían subirla. Lo que hacen es buscar el contorno, sobre todo para atrapar a la sepia o al salmonete cuando salen de la posidonia para comer. Tampoco tiran el ancla. Además es que todo esto viene reflejado en el propio estudio” denuncia Ramón José.
Respecto a las aves autóctonas, el estudio medioambiental tampoco acaba de definir exactamente qué peligro suponen las artes menores para estas especies. “El propio informe admite que es muy poco frecuente que las gaviotas u otros pájaros de la zona se enganchen en las redes de los pescadores” nos apunta el portavoz de C’s.
Unanimidad en el Ayuntamiento
Por el momento parece que los pescadores cuentan con el apoyo de todos los partidos políticos locales con representación en el Ayuntamiento de Santa Pola. En el pleno municipal celebrado en septiembre se aprobó por unanimidad una moción, a propuesta del PP, instando a que el Gobierno de España modifique esta orden ministerial. Dicha moción fue apoyada por PSOE, C’s, Compromís y Vox.
El Ayuntamiento solicita específicamente dejar sin efectos la prohibición a las artes menores pues considera “totalmente compatibles la pesca y la protección del ecosistema”. El consistorio también demanda al Ministerio que “aporte cuantos estudios técnicos se hayan realizado, pues se observa una falta absoluta de justificación de los impactos”.
Así mismo la moción municipal recuerda el daño laboral causado a las familias de pescadores, y pide que la orden ministerial también vaya “acompañada de un estudio socio-económico que refleje sus consecuencias”.
«De no aceptar nuestras alegaciones iremos a los tribunales, y no descartamos la huelga» Á. Luchoro (Patrón Mayor)
Alegaciones
Tanto el Ayuntamiento como la Cofradía de Pescadores han presentado alegaciones oficialmente contra esta orden ministerial que van por la misma línea que la citada moción municipal.
“Todas estas alegaciones están justificadas en estudios de la Universidad de Alicante, del Instituto de Ecología Litoral, del GALP y de la propia Cofradía. No son ni mucho menos infundadas” nos indica la alcaldesa Loreto Serrano.
“De no aceptar las alegaciones iremos a los tribunales. La opción de hacer huelga tampoco está ni mucho menos descartada. Vamos a luchar con todas las consecuencias porque lo que está en juego es nuestro modo de vida” nos advierte Ángel Luchoro.
En 2025 la pesca de arrastre podría estar prohibida durante seis meses al año
Arrastre
Si el Gobierno rechaza las alegaciones presentadas, se estima que la nueva orden ministerial podría entrar en vigor definitivamente hacia principios de 2021. Así se repetiría el caso de la orden que el Ministerio para la Transición Ecológica impulsó contra la pesca de arrastre el pasado verano, la cual también afectó en considerable medida a la flota pesquera de Santa Pola.
“De seguir vigente esta orden, en 2025 los barcos pesqueros de arrastre solo podrán trabajar durante seis meses al año. ¿Qué empresa puede sobrevivir con solo medio año de actividad? Esto será del todo inviable” nos indica el Patrón Mayor.
La alcaldesa promete que también seguirán dando la batalla por el arrastre. “Me he estado reuniendo con todos los responsables del PP que llevan el área pesquera para preparar diferentes recursos y acciones. Conseguimos que en Les Corts nos aprobaran una moción parlamentaria en defensa de la pesca, pero en el Congreso fue rechazada. Me da la sensación de que a nivel nacional el sector pesquero es más un estorbo que otra cosa” nos comenta Serrano.
«Si estas prohibiciones prosperan, no vamos a poder hacer frente a toda la demanda de pescado» Á. Luchoro (Patrón Mayor)
Problemas para satisfacer la demanda
En sus buenos tiempos la flota santapolera de arrastre llegó a albergar más de un centenar de barcos, siendo una de las mayores del Mediterráneo. Por aquella época los pescadores podían navegar hasta el Sáhara para realizar sus capturas.
Las cada vez mayores restricciones geográficas a la pesca, unido al alza del precio del gasoil, fue mermando la flota. Tampoco ha ayudado el escaso aumento del precio del pescado en lonja durante las últimas décadas, a pesar de la inflación sucedida en España sobre todo a raíz de la llegada del euro. Muchos pescadores se acabaron acogiendo a subvenciones para desguazar sus barcos, y actualmente solo resisten ya 32 embarcaciones de arrastre en el puerto de Santa Pola.
“Llevamos ya un tiempo triplicando las capturas con cada vez menos medios, pero esto acabará siendo insostenible. Si se aplican todas las medidas que pretende el Gobierno, llegará un momento en el que no podremos hacer frente a la demanda de pescado” nos asegura Ángel Luchoro.
Turismo
Por otro lado, los políticos también temen que todas estas prohibiciones pesqueras puedan afectar al futuro desarrollo del turismo. “El Gobierno está abriendo la puerta a impulsar más restricciones hacia la velocidad de los barcos de ocio o el buceo. Esto podría perjudicar mucho a nuestras tabarqueras o a las empresas de actividades náuticas” advierte Ramón José, portavoz de C’s.
“El pescado es una de las grandes señas de identidad de Santa Pola, muchos turistas vienen aquí para comprarlo o consumirlo. Si se acaban cargando la pesca, aparte de los trabajos de los pescadores también perderemos otros muchos empleos indirectos. Es muy preocupante” se lamenta la alcaldesa Loreto Serrano.